viernes, 28 de marzo de 2014

Noè


Daré algunas reflexiones sobre el personaje bíblico Noé, aprovechando que la película de mismo nombre (Noah en ingles), protagonizada por Russell Crowe, se exhibe en los cines de la ciudad. Dado que el cine es entretenimiento, y no necesariamente está obligado a educar, aunque existen directores que por ética si lo hacen en sus producciones, no dudo que muchos al ver la película “Noé” tendrán dudas sobre: el relato bíblico, la fe, la salvación, la justicia divina, etc. Espero pronto ver la película, y si es posible, comentarla.
Antes que nada, Noé vivió en una sociedad distinta a la nuestra, en otro tiempo donde la revelación ò lo que el mundo conocía de Dios y la espiritualidad era “primitivo” si lo comparamos con lo que hoy sabemos.
El relato de Noé fue escrito por Moisés para los israelitas. Es parte de la tora judía ò pentateuco cristiano. El autor no fue testigo ocular de los hechos narrados, como en el caso de los evangelios de san Juan ò san Mateo. Moisés se baso en relatos hebreos, hasta ese entonces, la fe Israelita carecía de escritura, la creencia se transmitía de modo oral, de los padres a los hijos. Por eso la historia de Noé es una historia simple que puede ser memorizada por cualquiera.  Cito algunos extractos del relato;
 “… Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé”. “Y se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia. Y miró Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida; porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra. Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra. Hazte un arca de madera de gofer; harás aposentos en el arca, y la calafatearás con brea por dentro y por fuera”… “Dios dijo a Noé: Entra en el Arca, tú y tu familia, pues tú eres el único justo que he encontrado en esta generación. De todos los animales puros, tomarás contigo siete parejas de cada especie, cada macho con su hembra. De los animales impuros, tomarás un macho con su hembra. Del mismo modo, de las aves del cielo tomarás siete parejas, cada macho con su hembra, con el fin de que se conserven las especies sobre la tierra. Porque dentro de siete días, haré llover sobre la tierra durante cuarenta días y cuarenta noches, y exterminaré a todos los seres que creé. Noé hizo todo lo que Dios le había ordenado”. (Génesis 6:9-14, 7:1-5)
Noé es anterior a los patriarcas de Israel. Por lo tanto, Noé no fue hebreo, sino un hombre justo de alguna cultura de su tiempo, se desconoce cuál. Sin embargo, es probable que Noé fuese morador de alguna población en las regiones de Mesopotamia. En “el poema de Gilgamesh” se cuenta la historia de “Utnapishtim”, hombre que recibió la orden de construir un barco y salvar a todas las especies, porque los dioses decidieron poner fin a la raza humana por su corrupción. No sería de extrañar que ambos relatos se refieran al mismo personaje, aunque narrado bajo la óptica de pueblos distintos.  
Aunque Moisés narra “un diluvio en el mundo”, no debemos deslindar de la lectura las limitaciones de su época. El relato se refiere a la extensión territorial conocida hasta ese entonces, ósea, esas regiones, no necesariamente el globo terráqueo como hoy lo conocemos.

Noé es citado en los evangelios como paralelo ò prefigura de la venida del hijo del hombre (Jesucristo). Cito; “Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre”. (S. Mateo 24:37-39). El caso de Noé sirve también para entender: “la salvación de los no cristianos” ò “la justificación”. Pero eso lo tocaremos después.