“Entonces respondiendo Juan, dijo: Maestro, hemos visto á uno que echaba fuera demonios en tu nombre; y se lo prohibimos, porque no sigue con nosotros. Jesús le dijo: No se lo prohibáis; porque el que no es contra nosotros, por nosotros es”. (Lucas 9:49,50)
A menudo escuchamos en televisión, radio y distintos medios; “Ven a ver los milagros y el poder de Dios”, muchos dicen que es charlatanería, otros señalan que Cristo esta obrando milagros y otros lo atribuyen a las fuerzas del poder interior. Si quieren saber mi opinión personal contestare “no lo se” pues Bíblicamente es posible y no debe de extrañarnos. Muchos hombres que “predican este tipo de sanidades” usan el pasaje de Lucas 9:49 para justificar su sectarismo, mas yo agregaría buscando la unidad, que Cristo antes de ser entregado para su crucifixión oro a Dios diciendo; “Para que todos sean una cosa; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean en nosotros una cosa: para que el mundo crea que tú me enviaste”. (Jn: 17:21) En pocas palabras Jesús pidió a Dios por la unidad de los creyentes.
Muchos creen que la manifestación de un don ó carisma del Espíritu Santo es una aprobación por Dios a la enseñanza del grupo, “si Dios hace milagros entre nosotros es porque estamos bien”, pero este razonamiento es errado puesto que Jesús también dijo; “Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre lanzamos demonios, y en tu nombre hicimos mucho milagros? Y entonces les diré: Nunca os conocí; apartaos de mí, obradores de maldad”. (Mateo 7:22,23)
El punto central que quiero tocar es este; usted puede recibir un milagro de Dios en cualquier lugar con Fe (porque Dios lo ama), pero la enseñanza que se imparte ahí sobre la voluntad de Dios eso es realmente lo que hay que cuidar, no desviar al pueblo en falsedades que nos alejan del amor a Dios y al prójimo.
Otros creen que si hay santidad habrá milagros y que si no hay santidad no habrá milagros, pero esto tampoco es así, puesto que en la iglesia de corinto pareciera que abundaban los carismas ó dones del Espíritu Santo, pues Pablo dedica casi dos capítulos de su carta para estos temas (1era de corintios 12:11, 12:30, 14:1), aclarando que en la iglesia de corinto un miembro tenia relación con la mujer de su padre y a los corintos no les importaba (1era de corintios 5:13) (quizás por el razonamiento que cite anteriormente, “Si Dios hace milagros es porque estamos bien”).
Los milagros y los prodigios hoy en día pueden ser charlatanería ó puede ser autentica manifestación de la invocación del Espíritu de Dios, mas Pablo dijo a los corintos que por mas milagros, profecías ó cosas extraordinarias que pudieran manifestar por el Espíritu, si no tenían caridad y amor de Dios de corazón, lo primero no les servia para nada. (1era de corintios 13:1-13)“Ahora permanece la fe, la esperanza, y la caridad, estas tres, pero la mayor de ellas es la caridad” (1era de corintios 13:13).
La gloria que Jesús recibió de Dios le fue dada a la Iglesia por voluntad de Cristo, para que fuera una misma en unidad, así como Dios y Jesús son uno (Juan 17:22). El Espíritu Santo por el cual los hombres obran milagros congregara a los hombres en la unidad de la Iglesia. Procuremos la caridad y la unidad en amor antes que cualquier carisma.
A menudo escuchamos en televisión, radio y distintos medios; “Ven a ver los milagros y el poder de Dios”, muchos dicen que es charlatanería, otros señalan que Cristo esta obrando milagros y otros lo atribuyen a las fuerzas del poder interior. Si quieren saber mi opinión personal contestare “no lo se” pues Bíblicamente es posible y no debe de extrañarnos. Muchos hombres que “predican este tipo de sanidades” usan el pasaje de Lucas 9:49 para justificar su sectarismo, mas yo agregaría buscando la unidad, que Cristo antes de ser entregado para su crucifixión oro a Dios diciendo; “Para que todos sean una cosa; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean en nosotros una cosa: para que el mundo crea que tú me enviaste”. (Jn: 17:21) En pocas palabras Jesús pidió a Dios por la unidad de los creyentes.
Muchos creen que la manifestación de un don ó carisma del Espíritu Santo es una aprobación por Dios a la enseñanza del grupo, “si Dios hace milagros entre nosotros es porque estamos bien”, pero este razonamiento es errado puesto que Jesús también dijo; “Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre lanzamos demonios, y en tu nombre hicimos mucho milagros? Y entonces les diré: Nunca os conocí; apartaos de mí, obradores de maldad”. (Mateo 7:22,23)
El punto central que quiero tocar es este; usted puede recibir un milagro de Dios en cualquier lugar con Fe (porque Dios lo ama), pero la enseñanza que se imparte ahí sobre la voluntad de Dios eso es realmente lo que hay que cuidar, no desviar al pueblo en falsedades que nos alejan del amor a Dios y al prójimo.
Otros creen que si hay santidad habrá milagros y que si no hay santidad no habrá milagros, pero esto tampoco es así, puesto que en la iglesia de corinto pareciera que abundaban los carismas ó dones del Espíritu Santo, pues Pablo dedica casi dos capítulos de su carta para estos temas (1era de corintios 12:11, 12:30, 14:1), aclarando que en la iglesia de corinto un miembro tenia relación con la mujer de su padre y a los corintos no les importaba (1era de corintios 5:13) (quizás por el razonamiento que cite anteriormente, “Si Dios hace milagros es porque estamos bien”).
Los milagros y los prodigios hoy en día pueden ser charlatanería ó puede ser autentica manifestación de la invocación del Espíritu de Dios, mas Pablo dijo a los corintos que por mas milagros, profecías ó cosas extraordinarias que pudieran manifestar por el Espíritu, si no tenían caridad y amor de Dios de corazón, lo primero no les servia para nada. (1era de corintios 13:1-13)“Ahora permanece la fe, la esperanza, y la caridad, estas tres, pero la mayor de ellas es la caridad” (1era de corintios 13:13).
La gloria que Jesús recibió de Dios le fue dada a la Iglesia por voluntad de Cristo, para que fuera una misma en unidad, así como Dios y Jesús son uno (Juan 17:22). El Espíritu Santo por el cual los hombres obran milagros congregara a los hombres en la unidad de la Iglesia. Procuremos la caridad y la unidad en amor antes que cualquier carisma.