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domingo, 27 de septiembre de 2009

Una Fé madura

El primer libro de los reyes cuenta entre sus tantos relatos la historia del profeta de Dios llamado Elías y los profetas de Baal un antiguo dios pagano, Elías muestra la gloria del Dios de los Israelitas haciendo caer fuego del cielo mientras que los profetas de Baal no pueden obrar ninguna manifestación que contradiga que el Dios de Elías es el verdadero Dios, Elías se sentía tan confiado que la biblia señala que se burlaba de los intentos fallidos de los profetas de Baal. Por mostrar la gloria de Dios, Elías es perseguido por quienes no reconocen esta verdad: “El Dios de Israel es el verdadero Dios, no hay porque dar culto a Baal”, el profeta huye, se ve abatido y encuentra refugio en una cueva tras el temor de ser apresado y asesinado por los paganos, Elías busca fortaleza en Dios pues se siente solo y cansado, el relato bíblico dice: “Hubo un terremoto, pero Dios no estaba en el terremoto. Después brilló un rayo, pero Dios no estaba en el rayo. Y después del rayo se sintió el murmullo de una suave brisa. Elías al oírlo se tapó la cara con su manto, salió de la cueva y se paró a su entrada. Y nuevamente Dios le preguntó: ¿Qué haces aquí, Elías?”. Este pasaje señala que Dios se manifestó en la suave brisa en medio de la persecución, pero la pregunta es ¿Por qué Dios hizo bajar fuego del cielo donde no hay persecución, y donde hay persecución se muestra en una suave brisa?, cualquiera de nosotros esperaría un acto contrario, una manifestación gloriosa en medio de las aflicciones.

Esto me hace recapacitar en el nuevo testamento, por ejemplo: A María un Ángel de Dios se le presenta a solas para anunciarle que ella será la madre de Cristo, pero tiempo después cuando Herodes busca al niño para matarlo, María y José huyen a Egipto solos aguardando con Fé, ¿no sería de más provecho que el Ángel se manifestara en medio de la persecución? También puedo citar lo que le sucedió al Apóstol Pedro tras el milagro del paralitico a las afueras del templo “La hermosa” acto por el cual él y Juan fueron azotados, pero ¿Por qué en medio de los azotes no hubo ningún milagro que los librara de esto?, y con Jesús ¿Por qué no hubo ningún milagro cuando el pueblo se burlaba de Él y comparecía ante Pilato?, mientras la trasfiguración fue presenciada solo por tres personas y se les digo que no lo comentaran, ¿no sería de mayor provecho una transfiguración frente Pilato y el pueblo?.

Tal vez Dios quiere enseñarnos que, a pesar de las circunstancias adversas ó favorables sigamos siempre apegados a Él, ¿no le parece demasiado raro que en tiempos modernos donde la sociedad ha perdido la capacidad de asombro, a Dios le plazca hacerse presente a través del pan? ¿Dejaremos de seguir a la Iglesia porque no consigue asombrarnos? para el hombre común una suave brisa no es motivo de asombro, ni un pedazo de pan ó un carpintero, en cambio las maravillas y lo inexplicable le asombran y lo someten, para el hombre de Fé el motivo de satisfacción y fortaleza es Dios mismo ya sea en la brisa ó en el fuego que cae del cielo, en lo simple ó lo inexplicable.

La Fé es un don gratuito otorgado por Dios, quien tiene una Fé madura no busca ni vive de manifestaciones, sino que se conforta con la sola amistad de Dios.

domingo, 20 de septiembre de 2009

La esclavitud de la mujer moderna

A lo mejor hago mal opinando en cosas de mujeres, pero antes de empezar debo decir que existe una publicidad del hospital clínica “San Benito” de Hermosillo donde aparece una modelo en bikini con un cuerpo escultural y debajo aparece el nombre del Dr. Hugo López Caballero y de lado izquierdo dice: “Belleza Total, paquete especial $65,000 pesos, embellecimiento de abdomen, senos, glúteos, opcional: rejuvenecimiento facial”, ¿Qué pensara San Benito de todo esto?.

Hoy deseo hablar del libro: ¿Por qué los hombres aman a las cabronas? Escrito por Sherry Argov colaboradora de la revista Cosmopolitan, leyendo por internet su introducción me di cuenta que la autora invita a mujeres de baja autoestima a seguir sus consejos como formulas de éxito para la relación entre hombre y mujer, el libro ha vendido millones de copias en todo el mundo ¿será este un síntoma de que millones de mujeres carecen de una sana autoestima ó están buscando una forma para sentirse amadas? ¿será que millones de mujeres están buscando ser aceptadas?, ¿no será esto también una señal de que en las relaciones humanas el mundo moderno son menos sensibles por la falta de Dios?.

Creo que es de una gran tristeza para cualquier persona el tener que seguir consejos de terceros para poder alcanzar “el amor y la aceptación”, “cambia para que puedas ser amado” citando la introducción del libro: “Las cabronas que son tan amadas por los hombres emiten una cualidad despreocupada y, sí, tienen ese sabor”. Argov ofrece un modelo a seguir para las mujeres de hoy haciendo: “Esta mujer no vive bajo los estándares de nadie más, solo bajo los propios. Es la mujer que juega con sus propias reglas, que tiene un sentimiento de confianza, libertad y poder”. Difiero de lo que Argov dice: “la mujer no vive bajo estándares de nadie más” porque irónicamente su libro propone un estándar de comportamiento para la mujer moderna vendiéndolo como receta de éxito “haz esto y actúa de este modo” (ningún escritor dirá que su libro no sirve). Me parece que toda mujer debe poner filtro a las ideas de Argov, en primera porque este libro se escribió para una sociedad americana con muchas diferencias a la nuestra, en segunda porque creo que podemos modificar algunos hábitos para convivir de una forma sana, pero caer al grado de crear una imagen falsa de lo que somos para ser aceptados ó mucho peor para poder ser amados es de una autoestima muy baja, y en la falsedad la confianza y la libertad será sólo apariencia sin sustento ni crecimiento. Creo que la mujer de hoy recibe muchos estímulos a través de los medios de comunicación que la presionan y la hacen sentir insegura, hostigándola para que actué, piense, sienta y se mire de alguna manera.

Para caminar hacia la confianza y la libertad debemos aprender a conocernos y aceptarnos tal cual somos, tomar con madurez y fortaleza el rechazo y con humildad el reconocimiento, pues la sociedad actual es reo de apariencias y estándares que no satisfacen el corazón humano.

sábado, 12 de septiembre de 2009

Algo podemos aprender del loco

El apóstol San Pablo antes de su conversión al cristianismo era conocido por la comunidad cristiana como el terrible Saulo de Tarso defensor de la fe Judía. El libro de los hechos describe como Saulo pide autorización legal para apresar a los cristianos que hablan de Jesús en sinagogas judías: “Entretanto Saulo, respirando todavía amenazas y muertes contra los discípulos del Señor, se presentó al Sumo Sacerdote, y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, para que si encontraba algunos seguidores del Camino, hombres o mujeres, los pudiera llevar atados a Jerusalén” (Hechos 9:1,2). Saulo estando en el error creyó defender la verdad de Dios pero bajo su percepción Saulo permitió muchas injusticias justificándose en su creencia, nunca admirare su violencia sino mas bien aprecio de Saulo su valentía y sé que ese deseo por defender a Dios rindió fruto tras su conversión como San Pablo convirtiéndolo en un mártir del cristianismo, en el podemos ver de dos modos como se defiende la fe hasta la sangre, como Saulo que consiente el asesinato para que prevalezca la creencia y como San Pablo que ofrece su vida en sacrifico por causa de Cristo.

Jamás estaré a favor de algún tipo violencia para defender el evangelio, pero deseo reflexionar en el acontecimiento que nos toco ver por televisión de como un hombre boliviano llamado José Mar pensando haber recibido una revelación de Dios secuestro un avión que viajaba de Cancún a Ciudad de México. No puedo admirar de Mar su modo de obrar y mucho menos ponerlo de ejemplo pero lo que si debo reconocerle es el exponerse a muchas cosas con tal de llevar un mensaje que creyó como divino, sin importarle viajar a un país extranjero ó exponerse a un disparo en medio del secuestro, sacrificar su reputación y credibilidad en ambos países, haber sido encarcelado y estar esperando sentencia y aun Mar le da gracias a Dios. Usted puede juzgar a este hombre y decir “es simplemente un demente” pero ¿no es Dios quien de las cosas malas saca cosas buenas? ¿No debemos ver primero la viga de nuestro ojo? Ó ¿es tan evidente su error que no merece la mas mínima observancia?, si algo debemos aceptar es que Mar creyó haber recibido un mensaje divino y no escatimo lo que antes mencione con tal de cumplir su misión, el único inconveniente para Mar fue exponerse y defender un error pero haciendo suposiciones ¿hasta dónde podrá llegar Mar el día que defienda la verdad? eso nadie lo sabrá.

Espero que entienda porque nosotros como Iglesia hemos sido llamados para compartirle al mundo un mensaje divino el evangelio de Cristo. A la fecha conozco pocos que estando en la verdad y sin participar del error han viajado a países extranjeros dejando su reputación atrás sin escatimar ser encarcelados ó ser tildados de locos ¿Qué sacrificio hacemos por defender y divulgar la verdad en donde vivimos?, cada quien observe el tamaño de su fe.

Viendo televisión vi a Mar diciéndole a su custodio aquello dicho por Pablo: “Dios escogió a lo vil y menos preciado de este mundo para avergonzar a los sabios” en esta frase pude ver que la ignorancia y la valentía equivocada de Mar ha venido para avergonzar aquellos que participan de la verdad y que por temor a las circunstancias no la comparten.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Confianza en el perdón de Dios.


Habían dos personas en una parroquia que confesaban el mismo pecado por años, la primera un día se canso de confesar lo mismo y dijo: “no tiene sentido porque siempre es lo mismo” y así se alejo de la confesión porque no le vio sentido, la segunda pensó: “si tiene sentido porque siempre que confieso sea lo mismo ó algo distinto obtengo el perdón”, y por esto continuo insistiendo en no pecar pero cuando caía se arrepentía y lo confesaba.


Cuando uno participa constantemente de la eucaristía tiene una vida descansada en su espíritu porque siempre se vivirá mejor estando reconciliado con Dios que vivir sin reconciliarse, sin embargo cuando alguno de nosotros cae en algún pecado digno de confesión y rompe con la comunión cotidiana siempre existe un sentimiento de vergüenza que nos impide acercarnos con libertad al sacerdote, lo curioso es que cuando uno confiesa “lo de siempre” cae en lo que pareciera un juego sin sentido en donde ya no sabemos si “pedir perdón o disculpas”, sobre este ciclo de pecado y gracia un sacerdote comento: “Si tú estás enfermo de por vida ¿no habrán de recetarte las mismas medicinas por siempre?” visto así suena bastante lógico pero, llevado a la confesión pareciera que el entendimiento se niega a creer que confesar “lo de siempre” es válido y más bien nuestro intelecto cree que estamos cayendo en un juego absurdo, aunque nuestro corazón desee el estar reconciliado con Dios.


Todos sin excepción en alguna ocasión pasada ó futura hemos participado del pecado, lo más importante para no perder la confianza en los instrumentos de Dios es que aun en esta condición Dios sigue invitándonos a participar de su gracia mediante los sacramentos. No dudo que muchos por caer en este ciclo de confesar “lo de siempre” se sientan frustrados ó crean que no van a ningún lado, sin embargo es importante que sepan lo dicho por el apóstol Juan: “Que si confesamos nuestros pecados, Él, que es fiel y justo, nos perdonará nuestros pecados y nos limpiará de toda maldad” (1º Carta de Juan, 1:9).


Dios cuando perdona olvida con tal de darnos otra oportunidad y una vez perdonados El no es quien nos hace sentir culpables de nada, sino mas bien existe alguien que desea hacernos sentir culpables con el fin de que no valoremos el perdón de Dios para que no volvamos a Él, y como antes dije: Dios cuando perdona olvida y donde hay perdón ya no existe la culpa ni el castigo, no dudemos pues del amor de Dios en su perdón.


Habiendo pues confesado nuestras faltas debemos tener confianza en su amor: “El amor perfecto echa fuera el temor, pues hay temor donde hay castigo. Quien teme, no conoce el amor perfecto. Amemos, pues, ya que Dios nos amó primero” (1º Carta de Juan, 4:18,19).