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domingo, 28 de febrero de 2010

Pecados veniales

Cuando estaba en la secundaria iba comúnmente a las tiendas de música, en aquel entonces mi afición era el rock y para comprar me guiaba por las portadas de los discos, las apariencias, las poses, los nombres y las tipografías. En aquellos años para poder comprar un disco tenia que ahorrar y una vez en casa escuchaba el material dándome cuenta que la música no era tan buena ó incluso no valía la pena, aun así seguía asistiendo a la tienda para ver los discos recientes y seguir gastando mis ahorros comprando.

¿Cuántos de nosotros asistimos a las tiendas para ver los artículos que nos gustan?, los miramos, deseamos tenerlos, alimentamos nuestra mente con ilusiones y en ocasiones habiéndolos adquirido los usamos una vez ó incluso nunca.

Creo que algo parecido ocurre con las tentaciones y el deseo hacia la compra de lo absurdo, ¿Cuántos de nosotros somos incitados en nuestra mente para hacer aquello que no debemos pero parece atractivo?, parecido a mirar la estantería de discos con portadas llenas de imágenes que nos invitan a comprar para saber lo que hay dentro y una vez que es nuestro nos damos cuenta que fuimos engañados.

Siguiendo la comparación entre la tienda de discos y las tentaciones quizá algunos logren todo lo que desean y así consumen su obra ó quizá muchos se abstengan de lo que no deben y salgan vencedores para el bien, pero ¿Qué ocurre con aquellos que asisten a la tienda solo para ver pero no para comprar? ¿Qué ocurre con aquellos que se satisfacen pensando en lo que es malo pero nunca lo ejecutan?, como si estuvieran en una tienda, se pasean por los pasillos viendo, deseando, su mente esta mal alimentada y su conciencia entiende que esos deseos son equivocados, saben su error pero disfrutan el pensar de este modo.

Dice el libro del Génesis sobre la tentación en el huerto del Edén: “A la mujer le gustó ese árbol que atraía su vista pues parecía excelente para alcanzar el conocimiento”, la tentación como siempre llega hermosamente disfrazada a nosotros para estimular nuestros sentidos y vencernos, muchos nos abstenemos del pecado mortal pero a la vez equivocadamente nos acercamos para participar de lo venial, en aquella estantería de discos alguien podría preguntarnos: ¿deseas adquirir alguno?, pero contestamos: “no, solo vengo para mirarlo e imaginarme que ya es mío”.

¡Que difícil lucha tenemos que lidiar todos los días!, sobre lo venial y lo mortal puedo decir: ¿Qué seria preferible? ¿Un pecado mortal confesado esperando obtener el perdón ó miles de pecados veniales sin confesión?, explicado por analogía: ¿Qué seria preferible para un patrón? ¿Un obrero que confiesa ser ladrón estando arrepentido ó un obrero que jamás ha sido ladrón pero le satisface la idea de robar? creo que como patrón ninguno de los dos empleados nos hará sentir tranquilos, de igual modo todo tipo de pecado nos resta paz y armonía, vale mas entretener nuestra mente en el bien y luchar contra toda clase de mal: en pensamiento, en palabra y en obra.

¡Que difícil lucha tenemos que lidiar todos los días para librarnos del mal que nos acecha!, pero cuanto nos ama Dios a pesar de esta condición.

sábado, 20 de febrero de 2010

La sabiduría de Salomón.


Estando en clase con el sacerdote Javier F. Juárez, comentábamos sobre la sabiduría del Rey Salomón, para quienes desconozcan la historia debo decirles que en la juventud del personaje Dios le pregunto: ¿Dime tu deseo y te lo concederé?, Salomón pidió el don de la sabiduría sin interesarse en los bienes terrenales ó el poder, esta petición fue del agrado de Dios y a raíz de este acontecimiento Salomón fue alabado en el mundo antiguo por su gran sabiduría, fue buscado por reyes paganos para recibir consejo convirtiéndose en un pilar de la sabiduría judía e incluso hasta el día de hoy el don de Salomón enriquece al mundo por medio del Cristianismo y otras creencias de base testamentarias.

Lo irónico y decepcionarte de este rey israelita es que siendo joven fue muy elogiado por su sabiduría, pero sus últimos años de vida no fueron ejemplares pues degrado el matrimonio teniendo cientos de concubinas, permitió el culto a dioses paganos alejándose del Dios que tanto amo.

Sin querer juzgar a Salomón y sin especular sobre su destino eterno, creo que su vida es de testimonio para nosotros pues sin importar el cargo dentro de la iglesia ó fuera de ella, todos tenemos debilidades, faltas, momentos de luz y de penumbras, tiempos de mansedumbre y de rebeldía, pero mirando a Salomón pienso: ¿de que nos servirá tener toda la sabiduría y el conocimiento conocido? si aun así hacemos el mal, ó ¿de que servirá conocer los deseos de Dios? si escogemos concientemente aquello que le desagrada, y ¿de que servirá discernir entre el bien y el mal, lo verdadero y lo falso? Si aun así no seguimos lo justo.

No digo con esto que la sabiduría sea un don inútil, el conocimiento y la sabiduría nos instruyen dándonos claridad sobre el bien y el mal, pues el tomar decisiones en la ignorancia solo nos resta libertad porque, ¿cómo podremos decidir si no conocemos? ó ¿qué cosecharemos de lo que ignoramos?. Instruirse da claridad de reflexión creando expectativas del futuro y en base a eso decidimos aunque la lección es personal, ojala usemos este albedrío para reproducir el bien y no para multiplicar el mal, para edificarnos y no para destruirnos.

Salomón por la sabiduría que Dios le concedió pudo instruir a muchos hombres, pero su sabiduría no le sirvió de garantía para concluir su vida lejos de la inmoralidad, pues siendo el mas sabio de todos los hombres termino aprobando la idolatría y el adulterio, ¿Qué garantía podemos tener nosotros?. El personaje de Salomón puede ser una analogía de Israel, el pueblo antiguo llamado para dar luz a las naciones que cayo en decadencia asesinando al Mesías que tanto esperaba y anunciaba, ó analogía de occidente con las naciones cristianas quienes presumían tener al único Dios verdadero y ser poseedores del conocimiento de Cristo, ahora son naciones donde la inmoralidad y el sincretismo se ha reproducido que incluso un extranjero no evangelizado se espanta, pensemos de este modo: Salomón es testimonio para que ningún creyente se confíe.

Ojala aprendamos algo de los errores de Salomón, y recordemos a Jesús refiriéndose a la salvación: “Amar a Dios primero y al prójimo como a uno mismo”, la sabiduría sin amor es hueca, pero quien ama a Dios se interesa por el y de ahí brota sabiduría.

domingo, 14 de febrero de 2010

Bienaventurados los humildes

El orgullo en buena medida puede ser sano así como la comida en buena medida nos nutre, el orgullo va ligado a lo que estimamos: “somos el orgullo de nuestros padres”, “estamos orgullosos de lo que hemos logrado”, así como la comida en exceso se convierte en una carga para la salud, el orgullo desmedido desemboca en la arrogancia siendo un exceso de estima hacia lo nuestro opacando a los demás, quien peca de arrogante difícilmente podrá ver sus errores.

Lo contrario al orgullo es la humildad, caracterizada por la actitud de aquella persona que no presume sus logros, reconoce sus fracasos y debilidades actuando sin orgullo: “El Maestro reconoció su error con humildad”.

El personaje de Noé es un ejemplo dentro de las sagradas escrituras, en este relato del Génesis se dice que Dios miro a la tierra y vio que estaba corrompida, pues todos los hombres seguían los caminos del mal y el mundo estaba lleno de violencia, Noé fue un hombre justo que se comporto bien en todo pues caminaba en la virtud (Génesis 6:9-12). Al leer que Noé no actuaba como el resto de los hombres me hace recordar la reflexión de un sacerdote: “Si vivimos en medio de una sociedad que impone modelos de vida sin virtud y sin espiritualidad, no creamos que el pensamiento de la mayoría es el correcto ó es aquello que debe ser aprobado por democracia, la falta de valores en la sociedad terminan degradándola, no seamos esclavos de lo que dictan las mayorías, sigamos las virtudes que traen recompensa a la vida del hombre”.

Para aprender a reconocer las virtudes ajenas y las injusticias propias se necesita de la humildad, también de la fortaleza al estilo de Noé para no dejarse convencer por un entorno corrompido, pues este personaje pesar de no contar con una religión estructurada como la actual por su humildad pudo atender el llamado del Espíritu obrando aquello que da recompensa a la vida; perseverar en las virtudes, llevar una vida sobria y no desenfrenada como el resto de la sociedad.

Noé antes de obrar debió escuchar y para poder escuchar debió abrir sus oídos a Dios en humildad, sobre este llamado de Dios hacia la santidad y el conocimiento de El, paralelamente a la historia de Noé, Jesús alabaría a Dios por dar entendimiento a los humildes: “Yo te alabo, Padre, Señor del Cielo y de la tierra, porque has mantenido ocultas estas cosas a los sabios y eruditos y las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, pues así fue de tu agrado” (San Mateo 11,25).

Debemos aprender a escuchar con humildad la exhortación de la Iglesia para practicar las virtudes y alejarnos de aquello que nos corrompe, Noé se salvo de aquel diluvio por ser justo en medio de una sociedad corrompida, siendo el y su familia herederos de la creación pues al abrir el arca Dios le dijo: “Poblad la tierra”.

Aprendamos a escuchar con humildad el llamado de la Iglesia al arrepentimiento, por esto Jesús dice: “Bienaventurados los humildes, porque ellos poseerán en herencia la tierra” (San Mateo 5,3). Reconozcamos en nuestros errores y faltas, para poder construir una vida en la virtud.

domingo, 7 de febrero de 2010

¿Superstición, Convicción ó Fe?

Toda persona que cocina sabe que al preparar un cocido se debe procurar el punto exacto de cocimiento, de lo contrario el alimento puede quedar crudo ó quemado. Si nos alimentamos solo de cosas crudas podemos enfermar, si nos alimentamos de restos carbonizados no podremos nutrirnos como debemos, de tal suerte que debemos consumir los alimentos en el punto exacto donde podamos nutrirnos y degustarlos, pues nuestro cuerpo los necesita para funcionar. De este ejemplo, puedo decir que el espíritu humano se alimenta, se nutre y crece, el espíritu necesita de los dones divinos para poder funcionar sanamente.

La superstición, la convicción y la Fe, miradas de forma superficial parecieran ser lo mismo pero no es así, la ignorancia en la fe puede llevarnos a la superstición que es el pensamiento mágico, el ocultismo, los hechizos y las corazonadas, la real academia española define a la superstición como: “creencia extraña a la Fe religiosa y contraria a la razón”, una característica de la superstición es que no nutre el espíritu del hombre sino que lo encarcela en creencias que no lo llevan a ningún lugar, no lo instruye para la vida ni tiene como fin perfeccionar al ser humano en la virtud sino que lo somete a la inseguridad de lo inexplicable. Es necesario educar la Fe para crecer y no caer en supersticiones, y aclaro que el estudio de la Fe un deseo personal de superación.

La convicción en cambio es un conjunto de ideas razonadas, de pensamientos y de palabras, puede instruir la vida humana por medio de la razón y el entendimiento, debe servir para complementar la Fe mas no para justificarla, la Fe se condimenta con el entendimiento humano, pues: ¿Cómo podremos seguir a Dios si primero no entendemos que es lo que nos pide? Ó ¿Qué podemos esperar si primero no lo sabemos?., Trayendo de nuevo el ejemplo de la cocina podríamos decir que la convicción es como un recipiente donde podemos dar forma y cocinar los mejores caldos ó los peores venenos, digamos pues, argumentos sólidos para crecer en la Fe ó convertir a la convicción en un verdugo.

Sobre la Fe, la real academia española la define como “fidelidad”, y sobre esto puedo decir que la Fe debe movernos para obedecer aquello que conocemos y es creído entre nosotros como verdadero. Por la Fe en Dios, Noé construyo con esmero y paciencia el arca y se salvo, por la Fe en Dios los grandes santos y profetas antiguos guardaron los mandamientos, por la Fe en Dios leemos que José permaneció al lado de María soportando dificultades y por ello es contado dentro de la sagrada familia. Por la Fe deseamos construir nuestra vida y sociedad bajo la virtud exhortada por la Iglesia y por la convicción usamos el entendimiento dando motivos de razón contra aquellos que desean inculcar el ateísmo.

“La Fe es garantía de lo que se espera; la prueba de las realidades que no se ven” según la carta a los Hebreos, pero, si tengo Fe y no entendimiento lo sagrado ¿cómo podre saber qué es lo que espero?, si no conozco la religión ¿cómo podre seguirla?.