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miércoles, 28 de abril de 2010

El Arca de Noé, ¿en manos de los chinos?

Un grupo de investigadores integrado por expertos turcos y chinos asegura haber localizado la bíblica Arca de Noé en el Monte Ararat, según informó este martes la prensa turca.

Uno de los miembros del grupo, el documentalista chino, Yang Ving Cing, aseguró que han localizado una estructura de madera antigua a una altitud de 4.000 metros en el Ararat, situado al este de Turquía, cerca de la frontera con Irán.

El explorador, miembro de una organización internacional dedicada a la búsqueda de la mítica embarcación en la que Noé y su familia escaparon del Diluvio Universal, aseguró que los restos encontrados tienen una antigüedad de 4.800 años.

"No es cien por cien seguro que sea el Arca, pero sí pensamos que lo es al 99,9 por ciento", indicó Ving en declaraciones a la agencia turca Anadolu. "La estructura del barco tiene muchos compartimentos y eso señala que pueden ser los espacios en los que se ubicaron los animales", indicó.

También explicó que ha contactado ya al Gobierno turco para pedir que proteja la zona y poder iniciar las excavaciones y añadió que se solicitará a la Unesco que incluya esta región en su listado de patrimonio de la humanidad.

No es la primera vez que grupos de buscadores del Arca aseguran haber localizado la embarcación en el Ararat, la montaña más alta de Turquía, donde la Biblia narra que varó Noé cuando bajaron las aguas del Diluvio Universal.

viernes, 23 de abril de 2010

Escandalo

Dijo Jesús a sus discípulos: “Es imposible que no haya escándalos y caídas, pero ¡pobre del que hace caer a los demás!, Mejor sería que lo arrojaran al mar con una piedra de molino atada al cuello, antes que hacer caer a uno de estos pequeños” (Lucas 17:1,2).

Cuando en las sagradas escrituras se usa la palabra “escándalo” se refiere a los actos ó posturas que ocasionan tropiezos en la vida de los creyentes y en el desarrollo de la comunidad como Iglesia.

Un caso de escándalo dogmático se presento en el primer siglo de la Iglesia, pues existía una discusión sobre el seguimiento ó el desconocimiento de los preceptos dados por Moisés, por un lado los cristianos venidos del paganismo nunca conocieron la ley de Moisés, mientras que los judíos que creyeron en Jesús veían en la ley de Moisés un seguimiento a la obra de Cristo, por ejemplo: los judíos se abstenían de comer carne de cerdo por considerarla impura mientras que los paganos no, de aquí nacieron disputas, divisiones y hasta condenas de juicio divino. Tal discrepancia quedo resuelta bajo la tutela de los Apóstoles, de tal caso que San Pablo dice en Romanos 14:1 “Sean comprensivos con el que no tiene segura su fe, y dejen las discusiones que terminan en división”. V.3 “El que come de todo no debe despreciar al que se abstiene; y el que no come de todo, que no critique al que come, pues Dios lo ha tomado tal como es”. V.13 “Dejemos, pues, de juzgarnos los unos a los otros. Examinémonos, más bien, no sea que pongamos delante de nuestro hermano algo que lo haga tropezar”.

Para llevar estos temas a la actualidad, puedo decir que existen demasiadas posturas sobre la fe fuera de la Iglesia, esto ocasiona y promueve división, que en conjunto solo escandaliza a la comunidad pues no la edifica sino la segrega. Por eso me gusta lo que San Pablo dice: “Seamos compasivos, examinémonos, no participemos de la división, ni pongamos tropiezo a nadie”.

La Iglesia a lo largo de su historia ha tenido que lidiar con discusiones de todo tipo, otro caso que puedo citar pero relacionado al escándalo inmoral, se sitúa en Corintio donde una persona tiene amoríos con su madrastra. En este capitulo (1era de Corintios 5), Pablo desaprueba tal inmoralidad exhortando a quienes presiden la comunidad a no sentirse orgullosazos sino mas bien avergonzados, diciendo que este acontecimiento es incluso vergonzoso para quienes no creen en Dios ó tienen una fe distinta. La invitación de Pablo es para proteger la integridad de la misma comunidad, pues el Apóstol sabe que permitir ó justificar la inmoralidad de algún miembro del grupo abrirá la puerta para la degradación del resto, y este escándalo servirá de tropiezo para la evangelización en Corinto. No solo es el pecado de la persona, sino el tropiezo que causa en las labores de la Iglesia en su totalidad.

Es importante ante cualquier escándalo guardar la calma, los mandamientos y perseverar en la fe, pues ya lo dijo Jesús, “es imposibles que no hayan escándalos y caídas, pero ¡pobre del que hace caer a los demás!”.

No usemos el escándalo como pretexto para abandonar a Jesús, pues eso seria justificarnos por los errores ajenos.

sábado, 17 de abril de 2010

Tu ultimo minuto


Alguna vez escuche una enseñanza que iniciaba con esta reflexión: “Si no puedes estar a solas cinco minutos con Dios, ¿Por qué crees que podrás estar junto con El durante toda la eternidad?”. Dicha enseñanza tocaba el tema del juicio individual, invitando hacer una reflexión sincera de todas nuestras obras y deseos futuros.

En lo personal he escuchado a muchísimas gentes decir: “Jesús estando crucificado perdono al sentenciado a muerte que estaba a su lado, pues le dijo: hoy estarás conmigo en el reino de los cielos”(Lucas 23:43), la afirmación es cierta, pero haciendo un reflexión profunda del texto debo comentar varias cosas; La primera es que Jesús será quien decida sobre el veredicto de la salvación individual, nosotros podemos suponer ó inferir, pero la decisión corresponde a Jesús, así que no podemos exigirle a Jesús una salvación comparándonos simplemente con el ladrón que estaba a su lado al cual recibió en su reino. La segunda es que el ladrón que confeso su arrepentimiento estando en la cruz, ¿de que creencia provenía?, ¿era romano ó era israelita? no lo se pero supongamos las dos hipótesis; si era israelita entonces conocía los mandamientos de Dios y por este origen estaría conciente de un castigo, si el ladrón fue israelita sin duda tuvo que decidir entre la fe judía ó reconocer a Jesús. Si suponemos que el ladrón era pagano, entonces prefirió invocar a Jesús antes que a sus dioses. Si el ladrón era pagano, carecía de una instrucción para dirigir su vida en la virtud, en cambio nosotros como bautizados, si conocemos los mandamientos, si hemos sido instruidos conforme al evangelio y no participamos del politeísmo. El suponer que el ladrón es de origen pagano nos orilla también a pensar, que nosotros por las enseñanzas de Cristo tenemos más oportunidades para meditar sobre nuestros actos a lo largo de la vida, mientras que el ladrón desconocía de tales enseñazas. La tercera es, ¿Cómo veía este ladrón a Jesús y como lo vemos nosotros?, sin duda, el ladrón ve en Jesús un hombre justo, popular entre el pueblo y con una enseñanza pero como maestro de unos cuantos, también lo observa como un hombre indefenso, inocente, sentenciado a la muerte injustamente por la ley de los romanos, a diferencia de nosotros, que vemos un Jesús resucitado que ha vencido la muerte con una Iglesia que permanece a lo largo de los siglos y esta en cientos de países, de tal modo que, nosotros tenemos mas argumentos sólidos para creer y confiar en Cristo, mientras que el ladrón solo se fío de la inocencia de un carpintero y su mensaje, dejando sus creencias ó temores personales de lado, ¿Nosotros hubiéramos hecho lo mismo?.

Para concluir, si decimos entonces; “al final de arrepiento…”, ¿no será acaso esto una negligencia, omisión e indolencia?, pues si vemos la ocasión para arrepentirlos y buscar la salvación, ¿porque esperar hasta el final de la vida para buscar el perdón?, ¿no será esto también querer manipular ó chantajear a Dios?: “Vivamos sin santidad, y busquemos el perdón al final de nuestros días, pues Jesús por una confesión perdono al ladrón, y ha nosotros también habrá de perdonarnos”, así piensan los que viven sin Dios y no desean alimentarse de la gracia.

Jesús perdono al ladrón y este fue recibido, pero, si tu vez la ocasión de arrepentirte y recibir la gracia aprovéchalo, no pienses: “al final lo hare”, porque ¿Qué hombre ha podido predecir el día de su muerte? Ó ¿Qué hombre puede predecir las decisiones de Cristo?.

sábado, 10 de abril de 2010

Discusiones que velan la razón


Recuerdo que cuando estaba más joven, comúnmente solía discutir entre amigos sobre temas de política, dado que en mi adolescencia era orgulloso y altanero, solía tomar una actitud de no prestar atención a los argumentos que me interpelaban sino pensaba; “cuando mi compañero termine, refutare todo lo que ha dicho, y demostrare que yo se mas que el, yo tengo la razón”, la discusión se encendía a tal grado que ninguno de nosotros analizábamos lo dicho, caíamos en contradicciones sin saberlo, el sentido de la platica se perdía y no se distinguía el objetivo principal entre tantos discursos, aquello se parecía a una lucha prolongada donde aquel que diera mas argumentos predominaría sobre el otro, obviamente era una platica desgastante, que no nos dejaba nada sino solo rivalidades.

Con el paso de los años mi actitud cambio, y ahora con el evangelio admito que hablar de Dios no es algo fácil pero tampoco digo que sea difícil, a lo que me refiero es que dudo mucho que por medio de argumentos se pueda llegar convencer alguien de que Jesús es verdaderamente Dios ó de que la Iglesia ha sido creada por voluntad del mismo Cristo a pesar de los errores humanos. Recordando rápidamente los evangelios podemos decir que la mayoría de las personas que creyeron en Jesús fueron personas que antes de la Fe, experimentaron un fracaso ó una desesperanza en sus vidas: ¡no fueron personas que buscaran una explicación, sino que deseaban ser sanadas!, en cambio los escribas y fariseos pedían argumentos a Jesús sobre su obra y este respondía con sencillez: “Ya les he dicho quien Soy, crean en las obras que hago” (no hay mas explicación).

Entonces, ¿Cómo difundir el mensaje del Señor en estos tiempos donde hay tanta información y argumentos que refutar?, en primera, creo que no es una labor de convencimiento como un insistente vendedor de seguros, mas bien creo que llevando una vida de comunión, trabajo religioso y constante oración podamos transmitir esa paz que el mundo no tiene, y quien recibe la paz no necesita ningún argumento. En segunda dejar que las personas hablen, lo ejemplifico con el testimonio de un sacerdote: este hombre decía que antes de entrar al seminario trabajaba en una compañía y sin intención sus compañeros acudían a el para contarle sus problemas, esto lo hacían porque nunca los interrumpía, ni juzgaba ó recriminaba, sus comentarios eran para edificar y no para destruir, siempre se mostraba humilde y dispuesto, y solo en ese momento cuando los hombres necesitaban aliento este hombre se convertía en instrumento para que Dios soplara el aliento de vida.

Para terminar, dice el evangelio de Lucas que después de la resurrección, y una vez que los discípulos visitaron el sepulcro para percatarse de que este estaba vacío, caminaron a Emaus pero; “Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se les acercó y se puso a caminar con ellos,. Pero algo impedía que sus ojos lo reconocieran” (Lucas 24:15,16).

En ocasiones, las discusiones necias y sin sentido velan el entendimiento humano quedando Cristo oculto delante de nuestros ojos. Hablar de Cristo es fácil cuando el pueblo invoca ser purificado y perdonado de sus maldades, pero a la vez, hablar de Jesús es difícil cuando a nadie le interesa ser purificado ó perdonado, aun con esto hay que seguir trabajando.