Alguna vez escuche una enseñanza que iniciaba con esta reflexión: “Si no puedes estar a solas cinco minutos con Dios, ¿Por qué crees que podrás estar junto con El durante toda la eternidad?”. Dicha enseñanza tocaba el tema del juicio individual, invitando hacer una reflexión sincera de todas nuestras obras y deseos futuros.
En lo personal he escuchado a muchísimas gentes decir: “Jesús estando crucificado perdono al sentenciado a muerte que estaba a su lado, pues le dijo: hoy estarás conmigo en el reino de los cielos”(Lucas 23:43), la afirmación es cierta, pero haciendo un reflexión profunda del texto debo comentar varias cosas; La primera es que Jesús será quien decida sobre el veredicto de la salvación individual, nosotros podemos suponer ó inferir, pero la decisión corresponde a Jesús, así que no podemos exigirle a Jesús una salvación comparándonos simplemente con el ladrón que estaba a su lado al cual recibió en su reino. La segunda es que el ladrón que confeso su arrepentimiento estando en la cruz, ¿de que creencia provenía?, ¿era romano ó era israelita? no lo se pero supongamos las dos hipótesis; si era israelita entonces conocía los mandamientos de Dios y por este origen estaría conciente de un castigo, si el ladrón fue israelita sin duda tuvo que decidir entre la fe judía ó reconocer a Jesús. Si suponemos que el ladrón era pagano, entonces prefirió invocar a Jesús antes que a sus dioses. Si el ladrón era pagano, carecía de una instrucción para dirigir su vida en la virtud, en cambio nosotros como bautizados, si conocemos los mandamientos, si hemos sido instruidos conforme al evangelio y no participamos del politeísmo. El suponer que el ladrón es de origen pagano nos orilla también a pensar, que nosotros por las enseñanzas de Cristo tenemos más oportunidades para meditar sobre nuestros actos a lo largo de la vida, mientras que el ladrón desconocía de tales enseñazas. La tercera es, ¿Cómo veía este ladrón a Jesús y como lo vemos nosotros?, sin duda, el ladrón ve en Jesús un hombre justo, popular entre el pueblo y con una enseñanza pero como maestro de unos cuantos, también lo observa como un hombre indefenso, inocente, sentenciado a la muerte injustamente por la ley de los romanos, a diferencia de nosotros, que vemos un Jesús resucitado que ha vencido la muerte con una Iglesia que permanece a lo largo de los siglos y esta en cientos de países, de tal modo que, nosotros tenemos mas argumentos sólidos para creer y confiar en Cristo, mientras que el ladrón solo se fío de la inocencia de un carpintero y su mensaje, dejando sus creencias ó temores personales de lado, ¿Nosotros hubiéramos hecho lo mismo?.
Para concluir, si decimos entonces; “al final de arrepiento…”, ¿no será acaso esto una negligencia, omisión e indolencia?, pues si vemos la ocasión para arrepentirlos y buscar la salvación, ¿porque esperar hasta el final de la vida para buscar el perdón?, ¿no será esto también querer manipular ó chantajear a Dios?: “Vivamos sin santidad, y busquemos el perdón al final de nuestros días, pues Jesús por una confesión perdono al ladrón, y ha nosotros también habrá de perdonarnos”, así piensan los que viven sin Dios y no desean alimentarse de la gracia.
Jesús perdono al ladrón y este fue recibido, pero, si tu vez la ocasión de arrepentirte y recibir la gracia aprovéchalo, no pienses: “al final lo hare”, porque ¿Qué hombre ha podido predecir el día de su muerte? Ó ¿Qué hombre puede predecir las decisiones de Cristo?.