Daré algunas reflexiones sobre el personaje
bíblico Noé, aprovechando que la película de mismo nombre (Noah en ingles), protagonizada por
Russell Crowe, se exhibe en los cines de la ciudad. Dado que el cine es entretenimiento,
y no necesariamente está obligado a educar, aunque existen directores que por ética
si lo hacen en sus producciones, no dudo que muchos al ver la película “Noé” tendrán
dudas sobre: el relato bíblico, la fe, la salvación, la justicia divina, etc. Espero
pronto ver la película, y si es posible, comentarla.
Antes que nada, Noé vivió en una
sociedad distinta a la nuestra, en otro tiempo donde la revelación ò lo que el
mundo conocía de Dios y la espiritualidad era “primitivo” si lo comparamos con
lo que hoy sabemos.
El relato de Noé fue escrito por Moisés
para los israelitas. Es parte de la tora judía ò pentateuco cristiano. El autor
no fue testigo ocular de los hechos narrados, como en el caso de los evangelios
de san Juan ò san Mateo. Moisés se baso en relatos hebreos, hasta ese entonces,
la fe Israelita carecía de escritura, la creencia se transmitía de modo oral, de
los padres a los hijos. Por eso la historia de Noé es una historia simple que
puede ser memorizada por cualquiera. Cito
algunos extractos del relato;
“… Noé, varón justo, era perfecto en sus
generaciones; con Dios caminó Noé”. “Y se corrompió la tierra delante de Dios,
y estaba la tierra llena de violencia. Y miró Dios la tierra, y he aquí que
estaba corrompida; porque toda carne había corrompido su camino sobre la
tierra. Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la
tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré
con la tierra. Hazte un arca de madera de gofer; harás aposentos en el arca, y
la calafatearás con brea por dentro y por fuera”… “Dios dijo a Noé: Entra en el Arca, tú y tu familia, pues tú
eres el único justo que he encontrado en esta generación. De todos los animales
puros, tomarás contigo siete parejas de cada especie, cada macho con su hembra.
De los animales impuros, tomarás un macho con su hembra. Del mismo modo, de las
aves del cielo tomarás siete parejas, cada macho con su hembra, con el fin de
que se conserven las especies sobre la tierra. Porque dentro de siete días,
haré llover sobre la tierra durante cuarenta días y cuarenta noches, y
exterminaré a todos los seres que creé. Noé hizo todo lo que Dios le había
ordenado”. (Génesis 6:9-14, 7:1-5)
Noé es anterior a los patriarcas de Israel.
Por lo tanto, Noé no fue hebreo, sino un hombre justo de alguna cultura de su tiempo,
se desconoce cuál. Sin embargo, es probable que Noé fuese morador de alguna población
en las regiones de Mesopotamia. En “el poema de Gilgamesh” se cuenta la
historia de “Utnapishtim”, hombre que recibió la orden de construir un barco y
salvar a todas las especies, porque los dioses decidieron poner fin a la raza
humana por su corrupción. No sería de extrañar que ambos relatos se refieran al
mismo personaje, aunque narrado bajo la óptica de pueblos distintos.
Aunque Moisés narra “un diluvio en el
mundo”, no debemos deslindar de la lectura las limitaciones de su época. El
relato se refiere a la extensión territorial conocida hasta ese entonces, ósea,
esas regiones, no necesariamente el globo terráqueo como hoy lo conocemos.
Noé es citado en los evangelios como paralelo
ò prefigura de la venida del hijo del hombre (Jesucristo). Cito; “Mas como en
los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los
días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en
casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta
que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo
del Hombre”. (S. Mateo 24:37-39). El caso de Noé sirve también para entender: “la
salvación de los no cristianos” ò “la justificación”. Pero eso lo tocaremos después.