La razón divina es la luz que llena
de verdad el sitio obscuro donde no había argumentos. Cada hombre es guiado por
su entendimiento, y en ocasiones, por no tener argumentos y ser guiados por el
deseo, se encuentran lejanos para encaminar su vida bajo la enseñanza de Jesús,
quedan varados y sin razón para la conversión por no tener argumentos para
cambiar. Como analogía, podríamos decir que el bautizado es como el fruto del
árbol que es la Iglesia, sin embargo, cuando el fruto no tiene uso se pudre, se
llena de larvas que van devorando la cosecha y todo fruto.
¿Cuál es nuestro papel dentro del
templo?, ¿a quién servimos ó a quién estorbamos?, si Jesús es el camino, la
verdad y la vida, ¿usted ha visto que pasa cuando un automóvil se detiene en
medio del camino?, ¡no permite que otros avancen!, ¿Qué somos dentro de esta
cosecha divina; frutos ó larvas?, ¿nuestro testimonio servirá para que otros
avancen en este camino ó para que lo bueno que hay en ellos perezca?. Muchos nos
creemos como “buenos frutos” y en esa presunción hay una larva: el ego, ojalá
nos consideráramos como larvas porque al menos la larva tiene la naturaleza de
transformarse, la oruga puede ser mariposa, y así, el ego cuando es detectado
puede convertirse en humildad, la avaricia en caridad, el egoísmo en solidaridad,
la impureza en castidad, la mentira en honestidad y la venganza en perdón, pero
qué difícil es mirarse en un espejo.
¿Y es que ninguno de ustedes se ha
mirado en un espejo?, ó cuando alguien les toma una fotografía y al verse en la
imagen exclaman; “que gordo estoy” ó “que mal me veo”, ¡claro!, la imagen no
miente pero es nuestro raciocinio lo que nos hace creer que somos mejor de lo
que parecemos en realidad. Con las cosas divinas sucede lo mismo pero no sé si
Dios nos ve de un modo más bello aunque nos miremos horribles, ó es que quizá
Dios nos ve como esas larvas que tienen potencial de convertirse en mariposas,
ó como esos fetos amorfos que se vuelven en hermosos bebes, y es que si, la
sociedad actual parece una amalgama de larvas detestables pero la gracia es el
alimento para las que están en proceso de resucitar en algo mejor, en algo más
bello. ¿Y es que apoco no nos sentimos así en ocasiones?, como subvalorados por
los demás, mal interpretados, desechados sin razón, como si el mundo esperara
mucho más de lo que podemos dar y ser, y es que es injusto pedirle a una oruga
que tome el vuelo, ¿y acaso nosotros no fuimos injustos también con los demás?,
¿no exageramos el agravio porque no queríamos la disculpa sino la humillación
del otro?, ¿no fuimos severos con los demás cuando sabemos que debemos ser dóciles?,
si, lo fuimos y en nuestra imperfección somos capaces de volver a cometerlo,
mas sin embargo, si esto nos complace nuestra metamorfosis hacia el reino de
Dios no existe, nuestro deseo por Cristo es nulo y la religión en nosotros es
mera propaganda que no nutre nuestro interior., estos se vuelven sepulcros
blanqueados. Aunque seamos hombres justos y de fe, pidamos recibir la razón divina
para detectar esas tenues obscuridades interiores; egos, soberbias, rencores, y
poder transformarlos en lo opuesto usando la oración y la gracia de Dios.