En los evangelios encontramos
discusiones de Jesús y los fariseos por el asunto del día sábado ó shabat, este
es el día de reposo, día sagrado para los judíos. Una de estas disputas se
encuentra en los textos de San Mateo, capitulo doce:
"En aquel tiempo cruzaba Jesús
un sábado por los sembrados. Y sus discípulos sintieron hambre y se pusieron a
arrancar espigas y a comerlas. Al verlo los fariseos, le dijeron: “Mira, tus
discípulos hacen lo que no es lícito hacer en sábado”." (Versos 1,2).
Debemos saber que el mandamiento del
descanso está asociado al trabajo porque Dios no solicito descansar simplemente,
al contrario, ordeno a los israelitas trabajar seis dias y descansar el día séptimo.
Así se lee en el libro del éxodo; “Seis días trabajaras y harás todos tus
trabajos, pero el día séptimo es día de descanso para tu Dios…” (Ex. 20:9,10). Desde esta óptica, fácilmente podemos
entender que los discípulos no estaban trabajando en el séptimo día, ósea, ellos
no esperaban recibir un salario por cortar las espigas, las cortaron porque tenían
hambre., ningún judío dice “sentir hambre y comer no es lícito en día de shabat”.
Para celebrar shabat hay que comer.
Hay algo que nadie nota en el texto
del evangelio, ¿Quién era el dueño de esos sembradíos?, ¿no tiene más derecho
el propietario de quejarse cuando ve a unos desconocidos cortado sus espigas?, ¿No
hubiese sido más fácil acusar a los discípulos por robo a decir que eso “no es
licito en día sábado”?.
En las leyes judías, en la sección
del “Kedoshim” (palabra asociada a la santidad), existen leyes relacionadas con
las plantaciones y la caridad con los hambrientos. Estas leyes judías señalan (las
cito según su orden); ley 217.- No segar la peá del campo. 218.- Dejar lo
cosechado que se cayó de un recipiente ó de la mano, para que sea recogido por
los necesitados. 219.- No recoger las espigas que cayeron de lo que fuera
cosechado (será para el necesitado). 220.- Dejar la peá del viñedo. 221.- No
recoger todos los frutos del viñedo, dejar la peá para el necesitado. 222.-
Dejar tirado lo que se cayó del viñedo (es de los necesitados). 223.- No
recoger rebuscando todo el viñedo.
Los discípulos cortaban espigas en un
campo ajeno y el evangelio no señala alguna queja del propietario, quizá aquel
dueño entendía las leyes judías, quizá no. Pero, hay algo curioso con los
fariseos; el fin de la ley del Kedoshim estaba cumpliéndose delante de sus ojos
y ellos en vez de alegrarse, prefieren mirar que parte de la ley estaba siendo
quebrantada para poder acusar (si es que en algo se quebranto la ley del sábado,
porque los discípulos no recibieron salario por cortar espigas, no estaban
trabajando).
Hay que mirar atentamente lo que sucedió
en el corazón de aquellos fariseos, y como el propietario –aunque ausente- cumplió
el fin de la ley judía al permitir que otros comieran de su sembradío. ¿Por qué
los fariseos permitieron que entrara en su corazón la tentación de acusar al prójimo
usando la ley?, ¿Por qué no pudieron ver el cumplimiento de aquella ley de Kedoshim
y alegrarse?.
Como conclusión, ¿de qué sirve
conocer las leyes divinas si las miramos atreves del odio?, como católicos, no
se trata de ignorar la ley –en nuestro caso la enseñanza de la Iglesia- se
trata de conocer la enseñanza de la Iglesia para poder crecer en el amor, en el
amor a lo que es santo, el amor a Dios y al prójimo.