Llevando clases sobre
Pensamiento Social Clásico nos toco reflexionar sobre la obra de Max Weber: La ética protestante y el espíritu del
capitalismo. El autor, economista y sociólogo alemán, construye su obra
entre 1904 y 1905. El principal argumento es conocer por qué los países protestantes
son más desarrollados que los países católicos. Weber sostiene que en su
contexto social; los individuos protestantes poseen profesiones mientras que
los católicos poseen oficios. Desde la óptica protestante, el autor hace ver
que la idea del protestantismo es expresar una alabanza a Dios por medio de la
producción y el trabajo con un sentido de ética y retribución divina expresada
en los bienes materiales. Esto es una clase de providencia divina. La salvación
y la santificación se expresaran en la abundancia dentro del capitalismo. Nos
referimos al protestantismo de inicios del siglo XX.
Como antecedente, esta
cosmovisión del protestantismo -teología y capital- no es algo nuevo. En la
biblia esta expresado el período de “la retribución”, un tiempo antiguo donde
el pueblo de Israel creía que la retribución de Dios a la obediencia era la
prosperidad agrícola y la fecundidad; tal es el caso de las bendiciones a la
obediencia descritas en el libro de Deuteronomio (cap. 28). Sin embargo, esta
creencia israelita a lo largo de la historia de la salvación se desmoronó,
muestra de ello es el libro de Job (el hombre rico que es fiel a Dios pero le
viene la desgracia). Es la llegada de Jesús y el cristianismo lo que despojo a
la pobreza del estigma de la “desobediencia” (no se es pobre por ser infiel a
Dios, se es pobre por otras causas). Por esta situación, me parece evidente que
el protestantismo del cual habla Weber tomó la creencia de la retribución de
los antiguos judíos, la asoció al cristianismo y al capital para construir una
creencia nueva. Hoy en día es común encontrar sectas que promueven la
prosperidad utilizando versículos bíblicos del período israelita de la
retribución.
Volviendo a la interrógate
de Weber; por qué los países protestantes son más ricos que los países católicos,
y, bajo el paradigma de ese protestantismo, que asocia la salvación y la
retribución económica como símbolos tangibles del reino de Dios en la tierra, cómo
saber si fue la filosofía protestante lo que motivó la reproducción del capital
o si fue la aristocracia en su afán por el capital lo que perfilo el
pensamiento del protestantismo.
Mirando a la historia
debo señalar, la reforma de Lutero –padre del protestantismo- fue teológica y
política, esta no hubiese sido posible sin el apoyo de los reyes que abrazaron
el protestantismo y lo establecieron en sus países. Los estudios de Weber no
nos aportan para entender sí; ¿fueron los países más ricos de Europa quienes
rompieron con el catolicismo para construir el protestantismo? o ¿fueron los
países que abrazaron el protestantismo los que se volvieron ricos?. Esto lo
señalo porque en la historia, es común que las rupturas se den desde las élites
que tienen cierto poder e influencia, no desde los grupos y países que no
tienen poder. Por ejemplo, los menonitas también son protestantes, su credo los
limita a las actividades agrícolas, no acuden a las universidades, fueron
perseguidos (por católicos y protestantes), no tuvieron lugar en la Europa
protestante –ningún poder político adoptó su creencia- y permanecieron errantes
por el mundo.
Este retrato que Weber
hace al protestantismo puede asociarse con la obra “el Suicidio” de Émilie Durkheim,
la cual muestra mayor número de suicidios en países protestantes. Bajo los
paradigmas del protestantismo de finales del siglo XIX e inicios del XX, parece
ser que los protestantes de aquel tiempo, se veían motivados al suicidio por la
frustración de no alcanzar el agrado divino que se expresa en los bienes
materiales. Sin el afán de poner en duda la buena intención y fe de un
protestante o un evangélico, estas obras son importantes para entender a las
sociedades. Centrémonos en el desprendimiento de Jesús y sus apóstoles, que por
amor al evangelio vivieron el martirio privándose de todo.