En
el lenguaje de las Sagradas Escrituras “la mujer” es símbolo de “pueblo”. Desde
el protoevangelio en génesis 3:15 “la enemistad entre la serpiente y la mujer”
se refiere a lucha entre el pueblo de la Alianza contra el mal. En el libro de
Oseas se hace alusión al pueblo israelita como “una mujer” que debe ser fiel a
Dios porque cayó en adulterio. La idolatría es considerada un adulterio hacia
Dios porque lo sustituye por algo. La mayoría de los católicos asociamos apocalipsis
12 “la mujer vestida de sol con doce estrellas” con la Virgen María, pero,
también es correcto decir que en ese capítulo la mujer representa a ese pueblo
que dará luz al Mesías, “la mujer de las doce estrellas” es símbolo del pueblo
de las doce tribus hebreas y del pueblo de los doce apóstoles de Cristo, siendo
María la escogida. San Pablo y el capítulo final de Apocalipsis hacen alusión a
la Iglesia como la esposa de Jesucristo, la Iglesia como pueblo sin nación,
unida bajo los sacramentos es mostrada en las escrituras como una mujer.
Bajo
este antecedente me parece interesante observar el verso de San Marcos 16:1 donde
se hace mención a las tres mujeres: “María Magdalena, María la madre de Jacobo
y Salome” que compraron especies aromáticas para ungir el cuerpo de Jesús
llevándose la sorpresa que Cristo había resucitado de entre los muertos. Bajo
una interpretación personal, encuentro una semejanza entre estas tres mujeres y
los tres pueblos que esperan a Jesucristo, estos son; Judaísmo, Cristianismo e
Islam. Por un lado, el Judaísmo negó a Jesús y lo sustituyo haciéndose idolatra
como una mujer adultera; “¡Crucifícalo!” gritaban los Judíos a Pilato y “no
tenemos más rey que Cesar”, los Judíos esperan un Mesías que ya vino y vendrá.
El Islam espera el retorno de Jesús y los justos aunque lo llamen “profeta”. La
Iglesia lo espera y lo proclama como “Rey, Profeta y Sacerdote”, segunda
persona de la trinidad, la encarnación del Verbo de Dios. Es curioso esta
similitud entre las tres mujeres y las tres religiones, considerando que María
Magdalena fue adultera y fue la primera en encontrarse con Jesús resucitado y
¡si, el Judaísmo cometió adultero al asesinarlo y fue el primero en verlo
resucitado tal cual!.