martes, 12 de abril de 2011

En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos


Entonces Jesús se dirigió a la gente y a sus discípulos y les dijo: “En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos. Hagan, pues, y observen todo lo que les digan; pero no imiten su conducta, porque dicen y no hacen”. (San Mateo 23:1-3)

Muchos conocemos este pasaje donde Jesús habla de la hipocresía de los fariseos y escribas. Me llama la anteción el verso que dice: “En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos”, ¿Por qué Jesús se refiere a ellos de esta forma: “se han sentado en la cátedra de Moisés”?. En el libro el Pentateuco podemos encontrar un atencedente interesante, y es que en los origenes religiosos de Israel fueron los sacerdotes leviticos quienes recibieron la promesa de instruir a los hebreos en las leyes de Moisés. En Levitico leemos: Dios habló al Sumosacerdote Aarón, diciendo: Cuando hayáis de entrar en la Tienda del Encuentro que es el templo, no bebáis vino ni bebida que pueda embriagar, ni tú ni tus hijos, no sea que muráis. Decreto perpetuo es éste para vuestros descendientes, para que podáis distinguir entre lo sagrado y lo profano, entre lo impuro y lo puro,y enseñar a los israelitas todos los preceptos que Dios les ha dado por medio de Moisés. (Levitico 10: 8-11)

La historia de Israel esta llena de conflictos, guerras y divisiones. Los fariseos era un partido religioso predominante en los tiempos de Cristo. Dentro del judaizmo existieron otras corrientes como los saduceos y los esenios, y aunque todos ellos eran de raíz hebrea sus doctrinas eran diferentes, unos creian una cosa y otros creian lo opuesto. Pero la pregunta es, ¿Por qué esta división religiosa entre hebreos, siendo que la promesa de instruir al pueblo fue dada al Sacerdocio de Aaron y sus descendientes?. Obviamente Israel vivia tiempos religiosos difíciles, tiempo de confusión religiosa, ¡En la catedra de Moisés se han sentado los Escribas y los Fariseos!, un partido religioso que no recibió promesa alguna. En Israel el sacerdocio ofrecia sacrificios a Dios, e intepretaba la ley. En el sacerdocio hebreo la sucesión era por linaje y no por vocación como lo es actualmente. Cristo es Sumosacerdote por linaje y por vocación, y sus sacerdotes están establecidos en la sucesión Apostólica.

Miremos el tiempo presente y observemos nuestro alrededor, hoy existen muchos grupos religiosos modernos que se dicen interpretes de las Sagradas Escrituras sin tener un origen Apostólico. Esta pluralidad en ocasiones se convierte en una rivalidad encontra de la Iglesia. Nosotros dentro de la libertad que recibimos en la Iglesia podemos meditar personalmente las Sagradas Escrituras, siendo lo mas oportuno conocer y estudiar la intepretación de la Iglesia para que de esta forma conservemos la unidad sin perder el sentido de la enseñanza Cristiana. ¿Por qué habría de estar dividido el judaizmo siendo que existió un solo sacerdocio que tuvo origen en Aaron?, ¿Por qué habria de existir confusión entre los bautizados, siendo que la Iglesia fue establecida por Cristo en solo doce Apostoles, teniendo Pedro un lugar de suma importancia?.

Observo la historia de Israel y afirmo que es un boceto de la historia del Cristianismo. ¡Los fariseos se sentaron en la catedra de Moises, ni mas ni menos!. Parafraseando un pensamiento del filosofo frances Voltiere sobre la división religiosa en Inglaterra en 1734, “Inglaterra es el país de las sectas, aquí un Inglés puede escoger como camino al cielo, el que mejor le plazca”.

domingo, 10 de abril de 2011

Eucaristía


En la comunidad de Corinto habia mucha ignorancia del sentido Sagrado de la Santa Cena y existian muchas divisiones, rivalidades y conflictos internos. San Pablo los reprende por su ignorancia de la siguiente manera: Porque yo recibí del Señor lo que os he transmitido: que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan, y después de dar gracias, lo partió y dijo: “Este es mi cuerpo que se da por vosotros; haced esto en recuerdo mío”. Asimismo también la copa después de cenar diciendo: “Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre. Cuantas veces la bibiereis, hacedlo en recuerdo mío”. Pues cada vez que coméis este pan y bebéis esta copa, anunciáis la muerte del Señor, hasta que venga. Por tanto, quien coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será reo del Cuerpo y de la Sangre del Señor. Examínese, pues, cada cual, y coma así el pan y beba de la copa. Pues quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propio castigo. (1era de Corintios 11:23,29).

San Pablo enseño que “comer indignamente significa comer castigo”. Pero, ¿Qué sucede cuando comemos del Cuerpo de Cristo dignamente?, sucede entonces lo que Cristo dijo en el evangelio: “El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero” (San Juan 6:54). Ante este regalo de la vida eterna, he reflexionando y he concluido que lo mas importante de la vida Cristiana es el acto de comer dignamente la Eucaristia. Practicar obras de caridad es tambien muy importante, pero la enseñanza de la Iglesia afirma que nadie se salva solo por sus propias obras, sino que la salvación nos viene por la Gracia de Jesucristo.

En la Eucaristía se encuentra todo. Para participar dignamente de ella debemos tener fe y tambien obras. Debemos tener fe de que Cristo es nuestro Salvador y de que comemos y bebemos el Cuerpo y la Sangre del Señor. Debemos tener obras de arrepentimiento, penitencia y llevar una vida conforme al evangelio. Con esta suma de: fe, obras, y Gracia recibida por medio de los Sacramentos se completa la vida Cristiana. En la Eucaristía se perpetúa la Alianza que Cristo estableció, pues se renueva su unico Sacrificio. Esto es muy importante pues sin Alianza no tendría sentido tener fe ni obras, porque la Alianza fue establecida para que por medio del sacrificio de Jesucristo recibieramos la reconciliación con Dios, pues Dios enseño desde la antigüedad que: “sin derramamiento de sangre no hay perdon de pecados”, por esta causa la salvación no es un regalo recibido por nuestros meritos sino que viene por la sangre del sacrificio de Jesucristo.

Que importante es entender esto y proclamarlo, pues actualmente ante la diversidad religiosa la mayoría de nosotros decimos y pensamos: “no importa que la gente se salga de la Iglesia, siempre y cuando hagan buenas obras”, esto es igual a decir que “no importa si vienen y comulgan ó si se van y no comulgan siempre y cuando sean buenos”. En las Escrituras se afirma claramente que si comemos indignamente la Eucaristía comemos castigo, pero que si la comemos dignamente tenemos vida eterna. Esto no debe ser visto como algo intrasendente, pues si la labor de Jesucristo consistiera solamente en que nosotros debemos ser buenos, Jesús pudo haber enseñado ética y moral sin ser crucificado. Pero ¡No!, aunque Jesús exclamo: “pasa de Mi esta copa”, y sabemos que la voluntad de Dios fue su sacrificio para el perdón de los pecados quedando completa así la Nueva Alianza. ¿Y como crees tu que participamos de ella?, ¿acaso participamos de la Alianza solo por los meritos de nuestras obras?, ¡No!, sino por su Cuerpo y por su Sangre.

domingo, 3 de abril de 2011

¿oveja o cabrito?

“Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. (San Mateo 25:31-34)

En este capitulo del Evagelio de San Mateo se relata el juicio a las naciones, siendo las ovejas aquellas personas que en vida practicaron la caridad y atendieron el llamado de Jesucristo. Dice el evangelista “apartara a los unos de los otros”, la palabra apartar significa dividir, quitar, alejar, retirar. Dios es nuestro juez, y en su justicia ha permitido que nosotros decidamos en vida nuestro futuro, Dios al llamarnos a la conversión deja en nuestras manos la elección hacia un camino “cabrito ú oveja”, que cada hombre decida si se aparta para Dios ó si de Dios se aparta.

Podriamos decir que desde pentecostés Dios se ha interesado por congregar en Cristo a toda la humanidad porque nos ha enviado a compartir el evangelio con todas las naciones. Esta convocatoria que Dios hace por medio de Cristo y que el Mesías hace por medio de los Apostóles convoca al mundo en unidad con la Iglesia. Aunque suene díficil de creer ó de pensar, Dios quiere convertir a la totalidad del género humano en su Iglesia, este es el deseo de la evangelización. Con lo anterior, no me refiero a que todos seamos ídenticos sino a que todos participemos dignamente del Cuerpo y la Sangre de Cristo. La evangelización significa no solo el discipulado sino llevar el Sacramento a un mundo que no lo conoce, ni lo ha vivido.

Dice el evangelista San Mateo sobre el Juicio, Jesus dijo: “Porque tuve hambre y me diste de comer”, ha esto debo añadir yo, que Cristo es ofrecido para nuestro sustento y aun así muchos lo despreciamos. Tenemos hambre y nos negamos a comer, y cuando no compartimos nuestra fe somos propicios para que otros no coman. En ocasiones conscientemente nos abstenemos de comerlo porque sabemos que para comer dignamente debemos confesar nuestro error y apartarnos del mal, y eso nos molesta. Entonces veo que esta división entre cabritos y ovejas ¡ya ha empezado!, aunque Dios permanezca en silencio y sin juzgarme aun, confirmando en el Sacramento su deseo para que yo decida apartarme del mal.

Para concluir, ¿solo los que comulgan se van a salvar?, no, pues San Pablo dijo que quién comía indignamente del Cuerpo y la Sangre del Señor sería culpado por este acto, esto significa comer la Eucaristía sin confesión estando en pecado grave. Quien desee comer del Cuerpo y la Sangre del Señor debe ser purificado previamente, y vivir una vida acorde al pensamiento de Jesucristo. Esto es estar a la derecha del Señor, asi como Jesús se sentó a la derecha del Padre y no a su izquierda. Jesús es nuestro ejemplo porque nos indica el camino a seguir, y aunque fué sin pecado, Jesús fue tentado al igual ó mucho mas que nosotros por su papel Mesiánico.

Jesús dijo, “Luchen por entrar por la puerta estrecha, porque, os digo, muchos desearan entrar y no podrán” (Lucas 13,24). Concluyo que llegar a ser oveja no viene de un deseo, sino de una lucha contra aquello que nos impide alcanzar la Gloria.