Un
apologista es aquel que se encarga y esmera en defender la fe, en los primeros
siglos la Iglesia tuvo defensores de la fe. San Pablo plasma en la biblia su
labor apologética en sus retoricas hacia los judaizantes, cuando estos deseaban
imponer las leyes de Moisés a los cristianos, ó también, cuando los griegos
abrazaron la fe e introdujeron rumores sobre la naturaleza de Jesús al
referirse a él como “hijo de los dioses” haciendo alusión a la mitología, por
esto, expone en la carta a los Colosenses “él existe antes de todas las cosas y
todo subsiste en él” (cap. 1 v. 17). En el naciente cristianismo de San Pablo, el
Verbo es junto al Padre autor de todas las cosas.
El
apologista es un educador que ofrece una retorica para derribar los argumentos
que se oponen al legado de fe apostólico, pero, ¿esto sirve de algo actualmente?,
si, y lo explicare con una anécdota. Viví como ateo por muchísimos años, cuando
desperté a la fe no sabía a qué Iglesia debía acudir – quizá para ustedes es
fácil definirlo porque son católicos – yo investigue, trate de conocer, pues un
ateo venido a la fe no tiene porque dar preferencia a la Iglesia Católica sobre
cualquier otro credo y menos si se estima analítico. En este camino conocí
personas de distintos credos, algunos de buena intención, otros fanáticos. En ese
tiempo me gustaba escuchar las predicaciones del Padre Jorge Loring por EWTN pero
lo consideraba algo fanático y fariseo por su postura católica definida y pesada
como un plomo. En ese entonces era creyente sin Iglesia – como tantos – creo
que pase cuatro años de mi vida enviando preguntas al apologista Frank Morera, el
siempre respondió aunque su postura me parecía muy cerrada y acotada.
El modo y
la forma usada por Loring y Morera resulto arcaica y cerrada en su momento,
pero de no exponer la fe con tal claridad y sustento, seguiría sin conocer la
Iglesia; “la columna y fundamento de la Verdad” (1era de Timoteo 3:15). La
Iglesia Católica es una bendición por su estructura y orden doctrinal, su
jerarquía pastoral y sobre todo su secuencia histórica. ¿Usted cree que todas
las religiones son iguales?, yo que viví la fe sin Iglesia sostengo que no todo
es igual.
Por esta
experiencia de vida afirmo que es decepcionante escuchar a católicos que
homologan la Iglesia con cualquier otro credo sin dar importancia a la promesa
que tiene San Pedro. Ustedes, los que piensan así, viven en la ignorancia, con
su indiferencia propician que otros no tengan acceso a la eucaristía, ni tengan
contacto con la enseñanza que prevalece en la sucesión apostólica., su actitud
es el tropiezo de los alejados, aquellos que desean encontrarse con Jesús de un
modo más pleno y en una obediencia mas grande., su diplomacia no libra a nadie
del error, al contrario, hace que los hombres permanezcan y crezcan en el. Consideremos
que la eucaristía fue establecida por el amor de Jesús, y esta expresión no
puede ser hallada fuera de la sucesión apostólica. No todas las religiones son
iguales. ¿Cuál es el pago que Dios les dará a ustedes?, al menos guarden el
talento en un banco para que genere intereses.
Deseo
terminar haciendo un paralelo entre el pueblo de Israel y la Iglesia. Debemos
reconocer que el papel de Israel fue guardar la revelación hasta la llegada del
mesías, básicamente, ese es el papel de la Iglesia de Pedro hoy en día; hacer
discípulos, guardar la enseñanza de Jesús y la revelación hasta su segunda
venida. En el antiguo testamento los judíos se equivocaron en muchas ocasiones
pero la voz de los profetas y la promesa sobre la tribu de Juda provoco que
Israel permaneciera. Hoy en día, las voces de muchos católicos exigen que la
Iglesia se modernice y se ajuste a la moral de hoy en temas como el aborto, el
matrimonio homosexual y los matrimonios múltiples, también el sectarismo es una
plaga., hoy, es fundamental dar una correcta apología de la santidad y compartir
el papel que la Iglesia juega en el proyecto de la salvación, la unidad es
fundamental. Unámonos a San Pedro así como Israel se unió a Juda, no sea que un
día el mesías llegue ó nos llegue la muerte y nuestra ignorancia nos haga
cosechar el fruto, siendo encontrados lejos del pueblo santo.