En algún tiempo veía a Jesús como un
revolucionario, un rebelde del judaísmo, alguien que nos vino a liberar de la
religión. En aquellos años conocía poco la biblia y la Iglesia, veía a un Jesús
rebelde porque en el fondo el rebelde era yo.
Cualquiera de nosotros alguna vez habrá hecho
una asociación entre fariseos y jerarquía católica, es fácil otorgar ese lugar a
los clérigos cuando no estamos dispuestos a escuchar amonestaciones y estamos
empecinados en hacer nuestra voluntad, obviamente, queremos tener a Jesús de
nuestro lado y lo imaginamos rebelde para justificar nuestra rebeldía. No dudo
que existen religiosos que son como fariseos pero también existirán otros clérigos
a imagen de Cristo.
El motivo de esta reflexión es desmitificar el
Cristo que cada individuo ha hecho para sí: “el Cristo con el que justifico mi
rebeldía eclesial”. En los evangelios encuentro un Jesús más religioso que los
fariseos. Daré algunos ejemplos; ellos permitían el get –la carta de divorcio- Jesús
no la permitió, ellos lo justificaban en textos de Moisés pero él uso la moral anterior
a Moisés, el Génesis “serán una sola carne…”. El enseño “cualquiera que mira a
una mujer para codiciarla, ya adultero en su corazón”, esto me hace pensar que
los fariseos no tenían objeción en desear a la mujer ajena, a fin de cuentas el
divorcio y el matrimonio múltiple estaba permitido. Ellos convirtieron el templo
en un mercado pero él no lo permitió, citando al profeta Isaías “mi casa será
llamada casa de oración…” los amonesto duramente. Incluso, si distinguimos
ambos credos, los judíos acuden solamente el sábado a la sinagoga y una vez al
año comen el pan sin levadura, en cambio, la Iglesia ofrece el pan Eucarístico
todos los días meditando en la Escritura. ¿Quién resulto ser más religioso?.
Cada vez pongo más en duda esa idea de un “Jesús
rebelde”, ¿Cómo va ser rebelde si él hizo las cosas para que la Escritura se
cumpliera?, cumplir la Escritura es la ortodoxa más excelsa. Esta idea de un
“Jesús religioso” puede escandalizar a muchos progresistas, aquellos que
quieren una fe con menos religión, que quieren un Dios sin liturgias y sin
Iglesia, un Dios de amor sin santidad y un cielo sin infierno con una teología
alegre donde nadie cargue su cruz sino que todos se liberen de sus cruces, en
una Iglesia que se limite solo a despojar de complejos y prejuicios de culpa
para vivir “plenamente”, sin afirmar claramente que la santidad es la manera
plena de vivir.
Para mí, el mesías resulta ser un individuo con
una moral y sacralidad más exigente que la de los fariseos. Hay algo curioso, entre
judíos, el rabino de mayor misericordia es el ortodoxo y esto parte de un
razonamiento sencillo: para aplicar la misericordia sin faltar a la ley se debe
conocer la ley con mayor profundidad, es falsa la misericordia que quebranta la
ley divina. ¿Usted cree que Jesús no conocía las leyes judías y la revelación
con profundidad?, ¡claro que las conocía!, quizá mucho más que los fariseos, él
puso la ley en su correcta dimensión. Jesús supo aplicar la ley de un modo
correcto porque el motivo de la ley no es condenar, es corregir para integrar a
la persona al proyecto de Dios. Llamamos a Jesús “abogado nuestro” y un abogado
consigue la absolución mediante el uso de la ley, no fuera de la ley.