"Cuando se iban cumpliendo los días para su
pasión, Jesús se afirmó en su voluntad de ir a Jerusalén, y envió mensajeros
delante de sí, que fueron y entraron en un pueblo de samaritanos para
prepararle posada; pero no le recibieron porque tenía intención de ir a
Jerusalén. Al verlo sus discípulos, Santiago y Juan, dijeron: “Señor, ¿quieres
que digamos que baje fuego del cielo y los consuma?”. Pero volviéndose, les
reprendió" (San Lucas 9:51-55)
Tras los terremotos de septiembre han circulado
por redes sociales mensajes afirmando “Dios castigo al pueblo de México por sus
pecados”, algunos se refieren al aborto, uniones homosexuales, corrupción del
Gobierno, otros, las sectas Cristo céntricas afirman “este castigo vino por la
idolatría”.
Existen muchos textos del antiguo testamento que
se refieren a la destrucción como un “castigo” divino; Sodoma y Gomorra, el
diluvio con Noé, etc., pero estos textos corresponden a un período en el cual
lo bueno y lo malo era imputado a Dios, el creador bendecía ó maldecía, esa fue
la interpretación que los antiguos hicieron de las catástrofes naturales, y de
alguna forma intentaron liberarse de tal castigo; los paganos haciendo
sacrificios y los hebreos guardando la ley de Moisés ó creando mas leyes para
guardar mejor la ley.
Cristo concluye la revelación, él nos muestra
aquello que no conocíamos de Dios; su infinita bondad y misericordia. Es un
error de interpretación sobre poner los textos bíblicos más antiguos por encima
de la última revelación dejada por Jesús. La biblia se interpreta desde la
enseñanza de Jesús y no desde la óptica de los hebreos de la antigüedad. En el
fragmento del evangelio de San Lucas, el mesías reprende a sus discípulos por
tener esa actitud de dañar la integridad de aquel que se niega a recibir al
salvador., pensar que Dios daña al que se opone a él no es correcto.
Sobre la tragedia que vive el país tras los
terremotos, ¿podemos culpar a Dios por la autoría de tal calamidad?, no, él no
es culpable, él no es el autor de esto ni se complace en el dolor ajeno. El
creador hizo funcionar su creación por medio de leyes –los físicos saben de
esto- fuimos nosotros los que edificamos en zonas de riesgo; sismo, huracán,
inundación, etc., los antiguos lo hicieron ignorándolo pero el hombre moderno
con tecnología no debe hacerlo. Dios provee al mundo hombres de ciencia que nos
hablan con cordura pero no los escuchamos., simplemente en Hermosillo, ¿cree
usted que Dios no envío algún profeta para anunciar que no es correcto edificar
sobre el vado de un rio?, ¡claro que lo hizo!, pero no entendemos hasta que el
agua arrase con todo.
En medio de las tragedias Dios provee al mundo
de seres con vocación de servir y hacen posible encarnar el mandamiento; “amarás
a tu prójimo como a ti mismo…”, y quizá sin saberlo ó conociéndolo responden a
ese llamado del Espíritu ante la necesidad de las víctimas. Dios ha estado con
nosotros en todo momento, ha hablado por las bocas de los hombres de ciencia
que dijeron; “no construyas tal cosa…”, ha estado en las manos del que ayuda y
ha estado atento a la oración del que desfallece. Dios ha estado con nosotros siempre
para que nosotros estemos con él.