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domingo, 24 de septiembre de 2017

Dios y el terremoto

"Cuando se iban cumpliendo los días para su pasión, Jesús se afirmó en su voluntad de ir a Jerusalén, y envió mensajeros delante de sí, que fueron y entraron en un pueblo de samaritanos para prepararle posada; pero no le recibieron porque tenía intención de ir a Jerusalén. Al verlo sus discípulos, Santiago y Juan, dijeron: “Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo y los consuma?”. Pero volviéndose, les reprendió" (San Lucas 9:51-55)
Tras los terremotos de septiembre han circulado por redes sociales mensajes afirmando “Dios castigo al pueblo de México por sus pecados”, algunos se refieren al aborto, uniones homosexuales, corrupción del Gobierno, otros, las sectas Cristo céntricas afirman “este castigo vino por la idolatría”.
Existen muchos textos del antiguo testamento que se refieren a la destrucción como un “castigo” divino; Sodoma y Gomorra, el diluvio con Noé, etc., pero estos textos corresponden a un período en el cual lo bueno y lo malo era imputado a Dios, el creador bendecía ó maldecía, esa fue la interpretación que los antiguos hicieron de las catástrofes naturales, y de alguna forma intentaron liberarse de tal castigo; los paganos haciendo sacrificios y los hebreos guardando la ley de Moisés ó creando mas leyes para guardar mejor la ley.  
Cristo concluye la revelación, él nos muestra aquello que no conocíamos de Dios; su infinita bondad y misericordia. Es un error de interpretación sobre poner los textos bíblicos más antiguos por encima de la última revelación dejada por Jesús. La biblia se interpreta desde la enseñanza de Jesús y no desde la óptica de los hebreos de la antigüedad. En el fragmento del evangelio de San Lucas, el mesías reprende a sus discípulos por tener esa actitud de dañar la integridad de aquel que se niega a recibir al salvador., pensar que Dios daña al que se opone a él no es correcto.
Sobre la tragedia que vive el país tras los terremotos, ¿podemos culpar a Dios por la autoría de tal calamidad?, no, él no es culpable, él no es el autor de esto ni se complace en el dolor ajeno. El creador hizo funcionar su creación por medio de leyes –los físicos saben de esto- fuimos nosotros los que edificamos en zonas de riesgo; sismo, huracán, inundación, etc., los antiguos lo hicieron ignorándolo pero el hombre moderno con tecnología no debe hacerlo. Dios provee al mundo hombres de ciencia que nos hablan con cordura pero no los escuchamos., simplemente en Hermosillo, ¿cree usted que Dios no envío algún profeta para anunciar que no es correcto edificar sobre el vado de un rio?, ¡claro que lo hizo!, pero no entendemos hasta que el agua arrase con todo.

En medio de las tragedias Dios provee al mundo de seres con vocación de servir y hacen posible encarnar el mandamiento; “amarás a tu prójimo como a ti mismo…”, y quizá sin saberlo ó conociéndolo responden a ese llamado del Espíritu ante la necesidad de las víctimas. Dios ha estado con nosotros en todo momento, ha hablado por las bocas de los hombres de ciencia que dijeron; “no construyas tal cosa…”, ha estado en las manos del que ayuda y ha estado atento a la oración del que desfallece. Dios ha estado con nosotros siempre para que nosotros estemos con él.    

domingo, 17 de septiembre de 2017

¿Jesús tiene sangre pagana?

El papa Francisco visito Colombia a principios de septiembre y entre sus discursos resalto la siguiente frase: “por las venas de Jesús corre sangre pagana…”, las criticas en redes sociales no se hicieron esperar, los sectarios hicieron escarnio del Pontífice acusándolo de “blasfemo”, hasta algunos católicos pusieron en duda la afirmación de Bergoglio porque creen que esta expresión demerita a Jesús.
La sangre de Cristo nos limpia de todo pecado, su sacrificio nos reconcilia, ¿Porque el papa afirma que Jesús tiene sangre pagana?, ¿Quiénes son los paganos?. Los paganos eran los pueblos politeístas ajenos a la fe de Israel y el pacto de Abraham. En la biblia podemos encontrar que en la antigüedad se prohibió a los Israelitas mezclarse con paganos porque ellos tenían cultos politeístas. En muchos textos bíblicos los paganos resultan ser los enemigos de la fe judía porque los obligaban adorar a otros dioses.
El celo judío por preservar el linaje puro y un culto alejado del sincretismo politeísta era el sello distintivo de todo israelita, la enemistad entre judíos y samaritanos fue eso, los samaritanos fueron hebreos mestizos mezclados con paganos de culto sincretista, ilícito para judíos. En el pasaje de Jesús y la samaritana, cuando este pide de beber, ella manifestó su sorpresa con una pregunta; “¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana?”. En este pasaje el mesías no se detiene por el prejuicio y la costumbre social de la época, él es cercano a todos, necesitado como todos. Hasta sus discípulos se sorprendieron de verlo hablar con una samaritana.  
Aunque las palabras de Francisco buscan propiciar el acercamiento entre los pueblos y derribar barreras que dividen, su expresión obliga a estudiar y mirar al Jesús bíblico, nacido de mujer, con una genealogía donde hay buenos y malos, hebreos y paganos. Parece que el dicho de Francisco despertó en algunos lo contrario; una barrera, vuelven las rencillas de “linajes puros” y el espíritu de los fariseos está de nuevo en muchas bocas, como si la sangre de Jesús fuese limpia por su estatus de raza y no por su obediencia al Padre, como si la sangre ajena a nuestra fe valiese menos.    
Dentro de la genealogía de Jesús no es difícil mostrar la sangre pagana, basta citar un solo verso: “Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham” (S. Mateo 1:1). El padre de Abraham, Terah, fue un pagano, según la tradición judía, era un politeísta que se ganaba la vida fabricando ídolos, esto lo sabe cualquier judío formado y lo enseña sin espantarse. ¿Cómo es que el papa ahora ha dicho “por las venas de Jesús corre sangre pagana” y esto espanta a muchos?, ¿Cuál será el verdadero apego de aquellos que se espantan?, ¿Sera que su fe es débil y frágil y han puesto a Jesús en una vitrina, aislado de las realidades humanas? Ó ¿simplemente están buscando algún pretexto para acabar con Francisco?.

Cuando el papa expresa esta realidad en la genealogía de Jesús desea mostrarnos que en la construcción del proyecto divino todos los pueblos participan, Dios lo ha permitido porque es necesario que veamos el bien común dejando atrás las diferencias ó los privilegios. Por la historia de la salvación podemos apreciar cómo fue posible construir esa encarnación del mesías por la sangre de muchos, de generación en generación hasta llegar a él, y que, por la sangre de uno –el Cristo- se logra reconciliar a todos. ¿Estamos reconciliados entre sí?, ¿no debiese ser la discordia un motivo de mayor espanto?. La enemistad con el prójimo es enemistad contra Dios. 

domingo, 10 de septiembre de 2017

La formación en los menores

Había un hombre que enseño a sus pequeños hijos amar la vida, y para esto, planto una planta muy pequeñita en una parte del patio. En el inicio los niños estaban interesados pero conforme paso el tiempo perdieron interés por la planta, no querían regarla ni limpiar sus hojas, les daba flojera y preferían hacer otras cosas pero el padre los obligaba y se armaban discusiones por la rebeldía de los hijos. Los hijos crecieron y el árbol también, en los veranos aquella familia disfrutaba la sombra y los frutos de aquel árbol que había crecido fuerte y bien enraizado, y atender al árbol era más fácil por la sobra que tenia.     
El amor en ocasiones es así, es el árbol que todos quieren tener pero nadie quiere atender. Este amor no es solo un amor de pareja, es un amor a Dios, al prójimo, a los hermanos, el amor a la vida y el amor a uno mismo.
Sonora ocupó el cuarto lugar en suicidios este año y cuatro de cada diez son cometidos por jóvenes de 15 a 29 años. Estos jóvenes no amaron su vida como para vivirla ó quizá la vivieron muy rápido, esta realidad parece no conmovernos, los vemos como arboles ajenos.   
Sin duda el papel de la Iglesia debe ser formativo, una escuela para apreciar la vida ajena y la propia, sin embargo, siento que el catecismo para niños culmina en una Eucaristía y desconozco si el modo y la forma en la formación logra trascender en el menor para tener una experiencia con Dios. El despertar al Espíritu no puede darse solo por la experiencia académica de memorizar información y responder correctamente las preguntas de un examen final. Cada formador debe ser sensible y no olvidar que está educando almas y que la experiencia no debe ser a la de un aula de cualquier escuela pública, es una formación de espíritu que no se limita al resultado de un examen, eso hasta lo denigra. Es difícil compartir las cosas espirituales.  
Son el padre y la madre los principales formadores en la fe y el amor a la vida, pero en tiempos modernos parecieran ser el principal obstáculo porque ellos mismos carecen de una formación apta para llevar una vida cristiana, y los más laxos hasta prefieren no bautizar sino dejar que el menor lo decida cuando a él le plazca. Esta idea de libertad es errónea, la formación es necesaria para ser libres. Nadie deja a libre elección del adolescente ir a la escuela ó no ir, todos optaran por no ir. Ellos no son libres para escoger lo mejor porque lo mejor no lo conocen aun, no pueden verlo a su corta edad. La formación espiritual es necesaria para ser libres, la Educación Pública no formara a los menores en cuestiones de afecto, discernimiento y significado de la vida, los menores necesitan una formación que los ayude a vencer las tentaciones promovidas en el mundo; televisión, internet y calles. Dentro de cada  individuo existe una lucha interior entre el bien y el mal, y es necesario cooperar con los menos formados para que el bien en ellos crezca. Como un árbol pequeño que está indefenso ante tormentas y sequias, necesita profundizar en el bien para tener raíces y ramas fuertes.

El catecismo no concluye en la primera comunión, al contrario, es solo el inicio, la formación cristiana abarca todas las etapas del individuo y tiene como meta el convertirnos en un reflejo vivo de Jesús. ¿Qué tanto nos parecemos a él hoy?.         

domingo, 3 de septiembre de 2017

La pobreza de San Ignaciano

Recientemente en una reunión se expuso parte de la vida de San Ignacio de Loyola enfatizando su afecto por la pobreza. No soy un conocedor de la vida de este santo pero vale la pena compartir lo poco ó mucho que pude reflexionar en base aquella reunión. 
San Ignacio fue un militar español converso a la fe católica, provenía de una familia de nobles e ilustres de la casa de Balda, uno de los linajes más antiguos de la provincia de Guipúzcoa, España. A él se le debe la fundación de la compañía de Jesús comúnmente conocidos como “Jesuitas”, caracterizados por el uso de ejercicios espirituales y el voto de pobreza.
Tras su conversión y en su proceso, San Ignacio se despoja de sus comodidades para abrazar la pobreza, vive pidiendo limosna y reparte lo recibido entre los pobres. En un tiempo él pensó que guardar cosas materiales –por más pequeñas que fuesen- limitaba su confianza en Dios, de tal forma, que en un tiempo vivió solo con lo que tenía en su bolsa, en el hoy, sin saber, ni guardar algo para mañana. Por esta experiencia puedo decir que parte de su formación e inspiración religiosa la recibió gracias a la pobreza.
Parte del interés de San Ignacio fue la preocupación de los pobres, también, la necesidad espiritual ó más bien la pobreza espiritual que existe dentro de cada persona, esto es, la carencia de Dios, la necesidad de la evangelización y la predicación para resolver tales carencias que son invisibles y no distinguen clases sociales.
De tal suerte, al pertenecer a una familia de ilustres y nobles españoles, me atrevo afirmar que San Ignacio al encontrarse en Dios, huye de su pobreza espiritual enraizada por la confianza que tuvo en la nobleza y se une a la pobreza para enriquecerse espiritualmente. Tras este acto radical, San Ignacio nos enseña en su arrebato, que la pobreza espiritual puede ser peor que la pobreza material, al lanzarse a ese vacío confiando en Dios nos hace entender que él apostó por algo mejor y el costo de oportunidad de esa inversión fue despojarse de sus riquezas terrenales.
Entonces, si un rico se atreve hacer una inversión de ese tipo para recibir algo mejor –dejar sus bienes terrenos, abrazar la pobreza buscando la riqueza espiritual- no debiésemos ver a la pobreza como “algo malo” ó como “una tragedia” –lo vemos así porque nuestro corazón está inclinado a las comodidades terrenas- mirando el ejemplo del Santo, la pobreza debiese ser vista como una oportunidad de crecimiento interior y aprendizaje, de tal manera que no debiésemos ver a los pobres con lástima sino con admiración, como maestros en la fe por su confianza en Dios y retribuirle en su necesidad terrenal como a un hermano, no como a un marginado, ósea, el que vive al margen de nosotros.

Termino con una fracción del pensamiento Ignaciano; “Dios me ama más que yo a mí mismo. ¡Siguiendo a Jesús, no me puedo perder!, Dios proveerá lo que mejor le parezca”.