miércoles, 31 de octubre de 2012

creyentes contra paganos


En la Iglesia de Corinto se dio una discusión referente a las comidas ofrecidas por los pueblos paganos a sus ídolos. Por un lado, los nuevos evangelizados sentían dudas por venir del paganismo y vivir la fe cristiana sin ningún antecedente, a diferencia de los judíos creyentes de Cristo que tenían más noción de los mandamientos por la primera alianza en las enseñanzas de Moisés. Esto trajo consigo división dado que en lo general los hombres que tienen más noción de las cosas se encumbran por su conocimiento sobre otros, en este caso, los judíos creyentes por su bagaje monoteísta se sentían con algo de jerarquía y “más obedientes” que los paganos evangelizados que eran vistos como “menos obedientes” por su ignorancia e impedimento por tener que purificar su percepción de las cosas tras su percepción politeísta del mundo.

Sobre la discusión de las comidas en un mundo pagano y la libertad del creyente, el Apóstol concluye lo siguiente en el siglo primero; “Todo está permitido, pero no todo me conviene. Todo está permitido, pero no todo me hace bien. Que cada uno piense no en sí sino en los demás. Coman, pues, todo lo que se vende en el mercado sin plantearse problemas de conciencia, pues del Señor es la tierra y todo lo que contiene. Si alguien que no comparte la fe los invita, vayan, si quieren, y coman de todo lo que les sirvan sin plantearse problemas de conciencia. Pero si alguien les dice: Esa es carne sacrificada a los ídolos, no coman. Piensen en el que les advirtió y respeten su conciencia” (1era de Corintios 10:23-28).

Para los israelitas comer de las víctimas es entrar en comunión con su altar. En la Misa, la copa de bendición que bendecimos es comunión con la sangre de Cristo, y el pan que partimos es comunión con el cuerpo de Cristo, y por esto, toda la Iglesia formamos un solo cuerpo, porque el pan es uno y todos participamos del mismo pan a lo largo de los siglos.

La cultura moderna lleva consigo un pasado pagano. Cuando miramos los templos griegos, mayas, egipcios, nos admiramos de su colosal arquitectura, no las rechazamos por el uso que se le dio. Nuestro país tiene un pasado pagano por el mundo prehispánico, la palabra “México” es por la tribu “mexicas”, incluso, el tamal era la masa que portaba las viseras de los hombres asesinados en honor a las deidades prehispánicas. Cuándo nos reunimos a comer tamales ninguno de nosotros piensa tributar honores a una deidad y derramar sangre inocente. Fue la acción misionera la que llevo el evangelio al mundo politeísta que se regía sin piedad y sin conciencia.



Pienso que como creyentes debemos recuperar ese anheló misionero y confiar en que por medio del evangelio podemos purificar la vida moderna que nos rodea, las costumbres, los hábitos, etc. No vivamos haciendo una prohibición del mundo moderno como hacen algunas sectas sintiéndose obedientes, sino más bien, que sea el evangelio quien nos indique como hacer uso correcto de aquello que nos rodea, pues, todo está permitido y si no nos conviene estudiemos nuestra fe para saber que es conveniente y que no.      




   

miércoles, 24 de octubre de 2012

Un camello por el ojo de una aguja



Una vez que el fariseo Saulo de Tarso se convierte al evangelio de Jesucristo y cambia su nombre a Pablo será en uno de los personajes más importantes de la Iglesia en el siglo primero, conocido por nosotros como San Pablo. Este apóstol describe en la carta a los gálatas la sorpresa de los cristianos al verlo anunciar a Jesucristo; “El que antes nos perseguía ahora anuncia la buena nueva de la fe que entonces quería destruir…”. San Pablo antes de su conversión fue un fariseo defensor del Judaísmo, un fanático enemigo de los cristianos, que encarcelaba, que enjuiciaba, que consentía y promovía la muerte de todo aquel que anunciara a Cristo. Entre los primeros cristianos la conversión del fariseo era un signo del poder de Dios, incluso, algunos creyentes dudaban de San Pablo pues no concebían la conversión del fariseo asesino de creyentes. He querido poner el caso de esta conversión porque es sin duda un milagro de Dios, de algo que para los hombres era inimaginable, imposible, un caso perdido, pero recordemos que para Dios todo es posible.  “Un camello si puede entrar por el ojo de una aguja” siempre y cuando Dios transforme al camello. 



Recordemos la plática entre el joven rico y Jesús; En esto se le acercó uno y le dijo: “Maestro, ¿qué he de hacer de bueno para conseguir vida eterna?” Él le dijo: “¿Por qué me preguntas acerca de lo bueno? Uno solo es el Bueno. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos”. “¿Cuáles?” le dice él. Y Jesús dijo: “No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, y amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Dijo el joven: “Todo eso lo he guardado; ¿qué más me falta?” Jesús le dijo: “Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás un tesoro en los cielos; luego ven, y sígueme”. Al oír estas palabras, el joven se marchó entristecido, porque tenía muchos bienes. Entonces Jesús dijo a sus discípulos: “Yo os aseguro que un rico difícilmente entrará en el Reino de los Cielos. Os lo repito, es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja, que el que un rico entre en el Reino de los Cielos”. Al oír esto, los discípulos, llenos de asombro, decían: “Entonces, ¿quién se podrá salvar?” Jesús, mirándolos fijamente, dijo: “Para los hombres eso es imposible, mas para Dios todo es posible” (San Mateo 19:16-26).
Muchos interpretan este verso como si fuese algo exclusivo para las personas que tienen muchas posesiones, pero, también afirmo que hay quienes tienen pocas posesiones y estas también les son de impedimento para seguir a Jesús. Si revisamos el texto nos daremos cuenta que el joven rico en realidad era un justo porque confiesa haber guardado los mandamientos, aunque para llevar una vida consagrada que es algo extraordinario si es necesario renunciar a todo sin importar el estrato social, solo imaginemos lo difícil que es para nosotros renunciar a los planes futuros que ni siquiera son tangibles. El impedimento puede ser material ó intangible. Los discípulos preguntan: Entonces, ¿Quién se podrá salvar? porque la frase del camello y la aguja es perturbadora, aunque más bien parece una analogía que retrata el esfuerzo del hombre por entrar al reino de los cielos por sus meritos sin la asistencia de Dios, es imposible, es un esfuerzo inútil.    
Para concluir, creo que Dios no va cambiar las dimensiones de la puerta del reino, mas bien va transformar aquellos que deseen entrar para que entren. No te frustres queriendo hacer entrar a un camello por el ojo de una aguja, sigue anunciando y pídele a Dios que haga el milagro.   



miércoles, 17 de octubre de 2012

El hablar en lenguas


Desde hace tiempo he tenido ganas de escribir sobre el carisma de lenguas descrito por el Apóstol San Pablo en la carta a los Corintios, aclaro que este es diferente al don “poliglota” que los Apóstoles recibieron en el libro de los Hechos donde los extranjeros escucharon a los discípulos hablar en distintos dialectos gracias al Espíritu Santo. El carisma de lenguas descrito por San Pablo en la carta mencionada se refiere a quienes hablan misterios por el Espíritu ó “lenguaje celestial” por llamarlo de algún modo.

San Pablo menciona que las reuniones en Corinto se convirtieron en un desorden, se perdió el centro del culto pues hicieron de la cena Eucarística un banquete, una comida cualquiera, pues, en Corinto nadie meditaba si era digno ó no de comer el pan, a lo que el Apóstol añade; “quien sea indigno y coma será enjuiciado”. Según la narrativa de San Pablo pareciera que en las reuniones en Corinto muchos hablaban en lenguas, pero, lo hacían interrumpiéndose los unos a los otros, sin una comunión, haciendo una paráfrasis de las recomendaciones de San Pablo este añade; “quien habla en lenguas por el Espíritu habla misterios, si no hay un intérprete entre ustedes mejor oren en silencio, si un incrédulo llega a ustedes y le hablan en lenguas ¿qué provecho podrá sacar si no entiende nada?, más bien dirá que ustedes están locos”. San Pablo también menciona sobre Corinto que era una comunidad con muchas divisiones a pesar de tener en ella estas manifestaciones vivas del Espíritu, de ahí vendrá su tratado sobre el amor que haciendo una traducción más fiel es la caridad; “si yo regalo todos mis bienes y no tengo caridad nada soy, si conozco todos los misterios, hablo en lenguas angélicas y no tengo caridad nada soy”. Comprendo que era la Iglesia naciente que se enfrentaba al reto de definir su enseñanza religiosa sumada la tarea de evangelizar y catequizar a los paganos que no tenían referencias de nada. En la actualidad, he conocido varia gente que tiene este carisma, incluso, en distintas religiones (supongo que se da por lo dicho por Cristo “a quien toca se le abrirá, quien pida recibirá”), pero, jamás conocí a alguien que tuviese el carisma de interpretación de lenguas y de ahí concluí que quizá no hay quien intérprete porque la Iglesia ya lo ha dicho todo, la teología es clara, la revelación esta completa, a mi ver ya no hay mucho que añadir solo nos resta estudiar lo que la Iglesia ha construido.   

La semana pasada visite a unos familiares al sur de Sonora, cuando una de mis tías me vio lo primero que me dijo fue; “¡una de tus tías fue a un encuentro de renovación carismática y recibió el carisma de interpretación de lenguas!”, “¡muy bien!” exclame y comente que jamás había conocido a alguien que lo tuviese. Mi tía con su carisma apareció y me comento que en la reunión había otra persona que tenía el mismo talento e interpretaron lo mismo, “¡muy bien!” volví a exclamar pues eso lo entona más con el modo de Jesús; “un testimonio es verdadero a razón de dos ó más testigos” (debemos reconocer que hay muchos charlatanes, no debemos ser ingenuos sino prudentes). Ansioso le pregunte; “¿y que interpretaron?”, ella contesto; “el mensaje fue una alabanza sencilla a Dios: te alabamos, te alabamos”, “bien” conteste porque a mis adentros pensaba: “la revelación ya está completa”.       

miércoles, 10 de octubre de 2012

La biblia y el feminismo


El feminismo es un movimiento social que promueve la igualdad de derechos entre la mujer y el hombre. En la sociedad actual es común encontrar posturas feministas oponiéndose a la Iglesia como si la religión se opusiera a los derechos del género humano. A mi ver existe un error de apreciación por desconocimiento.

Como ejemplo análogo, es preciso citar que por lo menos en Norteamérica antes de la Guerra de secesión (1861), los primeros movimientos feministas surgieron teniendo como argumento las Sagradas Escrituras en un contexto protestante. Las feministas cuestionaban la idea de la supremacía del varón blanco pues la lectura de las Escrituras era solo para los hombres blancos, prohibida para los negros y las mujeres, que desde el púlpito protestante se predicaba el amor al prójimo pero en lo social se aprobaba la esclavitud de negros y se negaba a las mujeres el derecho a votar. Las feministas norteamericanas abogaron por defender los derechos de los negros persiguiendo también los suyos bajo la igualdad que manifiesta el versículo: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó” (Génesis 1:27). Es esencial entender que una de las principales premisas de las Sagradas Escrituras es la dignidad humana, siendo el Espíritu quien inspira a cada autor para plasmar las enseñanzas teniendo en su contexto inmediato sociedades que interpretan bajo su óptica y que a lo largo de los siglos van profundizando en las enseñanzas dadas por los autores sagrados para mejorar la vida en las comunidades. Si el contexto social es “machista” ó “racista” no por eso el fundamento del cristianismo lo es, porque, “en el principio Dios creó al género humano, varón y hembra los creo”. La esencia del mensaje es que ante Dios somos iguales todos en dignidad.      



En el libro de los proverbios se hace la descripción de la “mujer ideal”; Una mujer de carácter, ¿dónde hallarla? Es mucho más preciosa que una perla. Sabe su esposo que de ella puede fiarse: con ella saldrá siempre ganando. Le reporta felicidad, sin altibajos, durante todos los días de su vida.    Ella se ha conseguido lana y lino porque trabaja con manos hacendosas. Como los barcos de los comerciantes, hace que su pan venga de lejos. Se levanta cuando aún es de noche para dar de comer a los de su casa. ¿Tiene idea de un campo? Ya lo compró: una viña que pagó con su trabajo.            Se pone con ardor a trabajar porque tiene en sus brazos el vigor. Vio que sus negocios iban bien, su lámpara no se apagó toda la noche: sus manos se ocupaban en la rueca, al huso sus dedos daban vuelta. Le tendió la mano al pobre, la abrió para el indigente. No le hace temer la nieve por los suyos porque todos tienen abrigos forrados. Para ella se hizo cobertores, y lleva un vestido de lino y de púrpura. Su marido es conocido entre los oficiales, porque se sienta entre los ancianos del país. Vende telas que ha teñido, hasta el comerciante le compra un cinturón. Va irradiando salud y dignidad, mira con optimismo el porvenir. Lo que dice es siempre muy juicioso, tiene el arte de transmitir la piedad.  Atenta a las actividades de su mundo, no es de aquellas que comen sin trabajo. Sus hijos quisieron felicitarla, su marido es el primero en alabarla: "¡Las mujeres valientes son incontables, pero tú a todas has superado!" ¡El encanto es engañoso, la belleza pasa pronto, lo admirable en una dama es la sabiduría! Reconózcanle el trabajo de sus manos: un público homenaje merecen sus obras" (Proverbios 31:10-31). Esta lectura de proverbios describe un perfil de mujer que no necesita ser sustentada por su marido por ser emprendedora y auto suficiente  su mayor atributo aparte de ser fiel a Dios es que en su autonomía financiera decide estar unida a su esposo y este le reconoce y se alegra de sus triunfos. El derecho de la mujer no es impedimento para acercarse a Dios.

jueves, 4 de octubre de 2012

Dios es todo poderoso


En una de las clases del Padre Homero García referentes al catecismo de la Iglesia se hablo del tema “Dios todo poderoso”. Los seres humanos entendemos “poder” como el dominio, la facultad ó la fuerza que uno ejerce para mandar o ejecutar alguna acción según la voluntad. Cuando afirmamos “todo poderoso” comprendemos que es el dominio absoluto de todo. Sé que muchos no entienden ó no creen esto de “Dios todo poderoso” porque quisiéramos que Dios ejerciera esa “fuerza”, ese “mando” ó “dominio” sobre todas las cosas para mejorar la vida de los hombres. Podemos sentirnos decepcionados si solo esperamos magnificencias de Dios.

Los Apóstoles dijeron a Cristo; “Señor, ¿Por qué no hacemos bajar fuego del cielo para que estos hombres duros de corazón perezcan?”, respondiéndoles el Señor; “no vine a perder las almas de los hombres sino a salvarlas”. El fuego es símbolo de purificación, este texto debe hacernos reflexionar sobre el día en que el Espíritu Santo descendió en pentecostés, soplo y se poso sobre los discípulos como “lenguas como de fuego”, obviamente el lenguaje es simbólico, pero, esta llegada del Espíritu Santo si destruyo la vida de aquellos hombres de corazón duro transformándolos por la conversión a una vida nueva. Aquella solicitud de los discípulos “hagamos descender fuego del cielo” se cumplió al modo de Dios y no al modo de los hombres. Bajo este antecedente, ¿cómo es que Dios hará visible su poder entre nosotros?, ¿esperaremos acaso una magia celeste que se lleve a los “malos” y deje con vida a los “buenos” en un arrebato de justicia celestial estableciendo la paz y la equidad en el mundo?, no, pues una fuerza así se parece más al modo en que los hombres desean que Dios actué, esperando que la justicia y la equidad sea ante los ojos de todos un milagro de Dios y no una responsabilidad del ser humano.

El poder de Dios está en su debilidad y nos fue mostrada en Jesucristo. Belén el poblado más insignificante de Israel, tan minúsculo y de mala fama que un apóstol expreso; “¿de Belén puede salir algo bueno?”, es recordado gracias a Jesús, un joven maestro de la fe, llevado a juicio, juzgado injustamente y muerto en una cruz, que en esa insignificancia por la resurrección trascendió mas allá de los imperios y los siglos. Los evangelistas hacen una descripción detallada de la crucifixión pero no de la resurrección, se describe el lamento del Verbo visto como un hombre débil aunque fuerte en la cruz encontrando la muerte, mientras que la majestuosidad del acto de la resurrección no es descrita como nosotros lo deseáramos llevándose a cabo en el silencio de un sepulcro sin testigos.

San Pablo afirmaba que “los más débil de Dios es más poderoso que lo más fuerte de los hombres”, el poderío de Dios no es un estruendo, ni una magia, es más bien ese milagro que el creador puede efectuar en los corazones duros de los hombres, en esos sepulcros blanqueados que por la conversión pasan de la muerte al despertar a una vida nueva, de un Dios que en su debilidad no es visto a los ojos de los hombres pero que bajo ese mismo poderío por la fe puede ser visto, avergonzando aquellos que antes lo vituperaban por no verlo y que ahora por la fe lo miran y lo aman. Dios está en medio de nosotros y es todo poderoso.