domingo, 22 de abril de 2018

La razón divina


            La razón divina es la luz que llena de verdad el sitio obscuro donde no había argumentos. Cada hombre es guiado por su entendimiento, y en ocasiones, por no tener argumentos y ser guiados por el deseo, se encuentran lejanos para encaminar su vida bajo la enseñanza de Jesús, quedan varados y sin razón para la conversión por no tener argumentos para cambiar. Como analogía, podríamos decir que el bautizado es como el fruto del árbol que es la Iglesia, sin embargo, cuando el fruto no tiene uso se pudre, se llena de larvas que van devorando la cosecha y todo fruto.
            ¿Cuál es nuestro papel dentro del templo?, ¿a quién servimos ó a quién estorbamos?, si Jesús es el camino, la verdad y la vida, ¿usted ha visto que pasa cuando un automóvil se detiene en medio del camino?, ¡no permite que otros avancen!, ¿Qué somos dentro de esta cosecha divina; frutos ó larvas?, ¿nuestro testimonio servirá para que otros avancen en este camino ó para que lo bueno que hay en ellos perezca?. Muchos nos creemos como “buenos frutos” y en esa presunción hay una larva: el ego, ojalá nos consideráramos como larvas porque al menos la larva tiene la naturaleza de transformarse, la oruga puede ser mariposa, y así, el ego cuando es detectado puede convertirse en humildad, la avaricia en caridad, el egoísmo en solidaridad, la impureza en castidad, la mentira en honestidad y la venganza en perdón, pero qué difícil es mirarse en un espejo.
            ¿Y es que ninguno de ustedes se ha mirado en un espejo?, ó cuando alguien les toma una fotografía y al verse en la imagen exclaman; “que gordo estoy” ó “que mal me veo”, ¡claro!, la imagen no miente pero es nuestro raciocinio lo que nos hace creer que somos mejor de lo que parecemos en realidad. Con las cosas divinas sucede lo mismo pero no sé si Dios nos ve de un modo más bello aunque nos miremos horribles, ó es que quizá Dios nos ve como esas larvas que tienen potencial de convertirse en mariposas, ó como esos fetos amorfos que se vuelven en hermosos bebes, y es que si, la sociedad actual parece una amalgama de larvas detestables pero la gracia es el alimento para las que están en proceso de resucitar en algo mejor, en algo más bello. ¿Y es que apoco no nos sentimos así en ocasiones?, como subvalorados por los demás, mal interpretados, desechados sin razón, como si el mundo esperara mucho más de lo que podemos dar y ser, y es que es injusto pedirle a una oruga que tome el vuelo, ¿y acaso nosotros no fuimos injustos también con los demás?, ¿no exageramos el agravio porque no queríamos la disculpa sino la humillación del otro?, ¿no fuimos severos con los demás cuando sabemos que debemos ser dóciles?, si, lo fuimos y en nuestra imperfección somos capaces de volver a cometerlo, mas sin embargo, si esto nos complace nuestra metamorfosis hacia el reino de Dios no existe, nuestro deseo por Cristo es nulo y la religión en nosotros es mera propaganda que no nutre nuestro interior., estos se vuelven sepulcros blanqueados. Aunque seamos hombres justos y de fe, pidamos recibir la razón divina para detectar esas tenues obscuridades interiores; egos, soberbias, rencores, y poder transformarlos en lo opuesto usando la oración y la gracia de Dios.