Sitios

domingo, 8 de abril de 2012

y el perro lo seguía

En casa tenemos una perra pug de dos años. La raza de los pug es peculiar; su tamaño es como el de un gato, su nariz es corta y en ocasiones se les complica respirar sobre todo cuando corren, tienden a ser obesos, su carácter es amigable, incluso no es un perro muy diestro sino perezoso. Creo que el pug es de los animales menos agresivos, sus características no lo son, en el reino animal quizá el pug perdería todas las batallas ó simplemente moriría de hambre por no poder siquiera robarle una rata a un gato. La única virtud del pug es dar afecto a sus dueños.

El famoso conductor de televisión Cesar Millán, mejor conocido como “el encantador de perros” afirmo que es necesario educar al ser humano para que este conviva con el reino animal, el famoso conductor dice que existen estudios sobre el carácter de los animales y que los perros son ejemplo de fidelidad y podemos aprender mucho de ellos. En lo personal me da la impresión que Dios puso a los canes para que el hombre jamás estuviese solo, es común ver personas que viven solas pero acompañadas de un perro, y aunque estos no hablan, si expresan emociones de cariño, apego y alerta, reconocen a sus amos sin perseguir un interés monetario ó circunstancial, pareciera que están programados para acompañar y servir al hombre como lo hacen los ángeles.

En el libro de Tobías ‎existe un versículo poco conocido pero interesante; "Partió el joven con el ángel, y el perro los seguía..." (Tobías 6:2). Se cree que el libro de Tobías fue escrito entre los siglos IV y III a.C., aunque algunos se inclinan por el siglo II a.C., el libro trata de los percances que existen en el deseo de conseguir un buen cónyuge como compañero de vida teniendo la probabilidad de quedar solo. Este “joven” es el hijo de Tobías que parte solo de viaje buscando recuperar un dinero mientras que en el trayecto se topa con un hombre de humilde condición que es un ángel de Dios, mas, el perro no se aparto del hijo de Tobías en una travesía peligrosa en un mundo sin leyes dominado por Babilonia. Es interesante encontrar en este libro sagrado como se hace mención a un “perro”, considerando que en el contexto antiguo las sociedades vivían apegadas a la naturaleza por la economía agrícola y de ganado.



Observemos detenidamente a los animales que componen el reino animal y como dentro de su limitado raciocinio pueden manifestarnos valores y virtudes, desde la compañía desinteresada que ofrece un perro, ó el orden de las aves cuando emigran en grupo, ó el trabajo en equipo que logran las hormigas. Es meritorio parafrasear a San Juan bautista; “Hagan, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no comencéis a decir a sus adentros: tenemos a Dios por padre; porque yo les digo que Dios puede levantar hijo aun de estas piedras…” (Aun las creaturas pueden ser ejemplo para los que están perdidos). Cuando decimos: “el perro es el mejor amigo del hombre” deberíamos llenarnos de vergüenza, pues, el mejor amigo del hombre debería ser el hombre. “Se fue pues el hijo de Tobías junto con el Ángel y el perro lo seguía…”