Esta es la cuarta parte de una descripción de
festividades judías y su correlación con la Nueva Alianza justificado en la
constitución dogmática de la Iglesia “Dei Verbum” que señala; “La economía del
Antiguo Testamento estaba ordenada, sobre todo, para preparar, anunciar
proféticamente y significar con diversas figuras la venida de Cristo redentor
universal y la del Reino Mesiánico” (Cap. IV, No. 15). También, lo enseñado por
San Pablo cuando se refiere a los ritos y festividades judías: “Por tanto,
nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva
o días de reposo (Sabbat), todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero
el cuerpo es de Cristo” (Colosenses 2:16,17).
La fiesta del “Shavuot” es “la fiesta de las
primicias” ò “la fiesta de la entrega de la Tora”, “Shavuot” significa “semanas”,
esta celebración se efectúa 7 semanas después del “Pesaj” que es la pascua de
los judíos, “Shavuot” se efectúa los primeros días del mes de Siván (mayo –
junio) y es el antecedente histórico para la fiesta judía de Pentecostés. “Shavuot”
conmemora el evento histórico de la revelación de Dios en el monte Sinaí, es el
momento en el que Israel tuvo la revelación colectiva. El centro del “Shavuot”
es que la presencia de Dios deciente en el Sinaí y el pueblo lo experimenta. El
sentido espiritual de la fiesta expresa que Dios reclama al pueblo como suyo,
como escogido para ser santo.
La tora ò los 5 libros de la biblia no menciona
el día especifico para llegar al día del “Shavuot” como en las otras fiestas
que aparecen en la Tora, por lo tanto, los judíos contaban los días desde el
2do día de la pascua judía hasta el día de “Shavuot”. Los rabinos explican que
la pascua judía celebra la liberación física de la esclavitud en Egipto, pero,
contar los días enfatiza la búsqueda de Israel en su peregrinar por el desierto
cuando Moisés promete la liberación espiritual que concluye en el decálogo.
Contar los días demuestra el deseo de los judíos por recibir la Tora, de ser
liberados del faraón para que 49 días después se conviertan en siervos de Dios
por sus mandamientos.
En el ritual hebreo, durante el periodo de las 7
semanas que existen entre la Pascua Judía y el Shavuot (Pentecostés) la cebada y
algunos otros granos no podían ser comidos tal año si antes no se presentaban
las primicias de tales cosechas ante Dios en el templo (395 cm3 en granos),
siendo mecidas estas por los sacerdotes, testimoniando los agricultores hebreos
que por la mano de Dios fueron liberados del faraón. La cebada en tiempos de Moisés
era el grano utilizado para alimentar animales, pero llegado el día de la
fiesta del “Shavuot”, los judíos hacían dos panes con el trigo y lo ofrecían a
Dios en el altar hebreo. El simbolismo significa: la cebada cruda es la experiencia
del ser humano alejado de Dios, el hombre guiado por sus instintos al modo del
animal sin conciencia espiritual, mientras que el trigo es el hombre espiritual
guiado por la Palabra de Dios. Por 49 días los judíos ofrecen cebada cruda, pero
en “Shavuot”, los judíos reconocen en “el pan de trigo” la espiritualidad
humana que se confirma en la entrega de la Palabra en el Sinaí. Los dos granos
simbolizan las dos naturalezas intrínsecas del ser humano, pero, el pan de
trigo, simboliza que la palabra de Dios transforma triturando el grano para
convertirlo en algo mejor.
Como católicos debemos impresionarnos por esta
fiesta judía, pues para nosotros Pentecostés celebra el día en que la presencia
de Dios descendió en el Espíritu Santo y poso sobre los Apóstoles, haciendo de
Jesucristo use nuevo Moisés que entrega sus mandamientos ya no en tablas sino
en el corazón de sus discípulos, siendo la Iglesia el pueblo que recibió la revelación
de modo comunitario. Si fuésemos judíos conversos al catolicismo, quizá entendiéramos
el Pentecostés cristiano como el momento en el que Dios desciende en el Espíritu
Santo y reclama a los fieles como familia suya por obra del Mesías.