En el principio de los ochenta Randy
llego a California deseando ser actor, le iba bien, tenía un manager y un
agente, en la primera semana realizo una sesión de fotografías. El pensaba que
no tendría problemas porque el trabajo fluía hasta que llego una crisis en el
cine, todos los proyectos en Hollywood se vinieron abajo, nadie trabajaba desde
actores, productores, guionistas, asistentes, etc., todos empezaron a tener
necesidad incluyéndolo a él. En ese entonces Randy realizo trabajo de modelaje,
en uno de esos empleos alguien lo invito a participar en películas para adultos
y hacer dinero rápido y fácil, aunque no le intereso, necesitaba dinero.
Después de unos meses y sin trabajo, acepto la propuesta, llamo para la
audición y se presento a primera hora, así fue como Randy filmo su primer
película pornográfica. Al final de la escena cobro $100 dólares y mientras
regresaba a su casa pensaba lo fácil que fue pero al mismo tiempo se
avergonzaba porque esa cinta lo expondría. Randy no tenía mucho tiempo para
pensar, necesitaba trabajo y se enrolo, ese tipo de ofertas no dejaron de
llegar, empezó a ganar muchísimo dinero, convirtiéndose en uno de los actores
de películas para adultos más populares de todos los tiempos. Su madre no tenía
idea de lo que su hijo vivía pero la tormenta vertiginosa de aquella industria
para adultos lo estaba destrozando poco a poco. Randy dejo de saber lo que era
el amor, dejo de sentir lo que era el aprecio, perdió sus sentimientos, veía a
las mujeres como objetos, no había emociones cuando filmaba a lo que llamaba
“escenas de amor”, ahora confiesa “en eso no hay amor, es vil prostitución,
sexo por dinero”.
Randy tenía mucho dolor interno y
empezó a usar drogas por el daño emocional que le causaba la industria, acudía
al trabajo a filmar escenas para después comprar droga y superar los vacios que
le dejaba trabajar ahi, era un círculo. La pornografía daño a Randy y a muchos
adictos a consumirla, se distorsiona a la mujer, se pierde la habilidad para
tener relaciones basadas en el respeto, el afecto y la confianza. Un día de
trabajo, Randy dejo el estudio de filmación, tomo su auto, manejo dos cuadras y
se estaciono para llorar a solas, ese día no regreso a su trabajo y esa fue la
última película que filmo. Randy Spears participo en más de mil películas para
adultos como actor o director, hoy afirma que si el pudo romper con la pornografía
cualquiera puede hacerlo.
El testimonio es narrado por el
mismo R. Spears en el sitio web “Fight
the New Drug”, asociación que pretende clasificar a la pornografía como una
droga. Nuestro cerebro produce grandes cantidades de dopamina, serotonina,
oxitocina cuando miramos pornografía o consumimos drogas, aunque estos químicos
son naturales, nuestro organismo se hace adicto a ellos, los tolerara y requerirá
dosis más fuertes, por eso la pornografía es altamente adictiva y exigirán una
dosis mayor para causar el mismo efecto. Está comprobado que la adicción a la
pornografía trastorna las relaciones afectivas como lo hace cualquier droga.
“Fight the New Drug” argumenta que el mayor número de consumidores de pornografía
en internet son adolescentes entre los 12 y 17 años. Es importante tomar
medidas para restringir internet en el hogar. En la actualidad, permitir que un
adolescente tenga internet en su recamara es como tolerar que infinito material
pornográfico sea resguardado en su closet, la tentación es enorme y caer en la
adicción es fácil. Cuidemos la salud mental de los adolescentes. Randy confiesa
que la pornografía le robo la capacidad para amar.