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domingo, 18 de octubre de 2015

La experiencia con Dios

Desde pequeños se nos inculca por el catecismo los principios más básicos de nuestra fe, se nos habla del llamado de Abraham y la historia de Isaac, se nos enseñan los diez mandamientos, el padre nuestro, el sacrificio de Jesús y su resurrección, etc. En aquellas clases aprendimos a memorizar dogmas y se nos avalo como creyentes para recibir la primera comunión.
            Cuando asistí al Instituto Bíblico sucedió algo similar; aprender, memorizar y ser evaluado con exámenes. Era muchísima información para procesar, desde historia de profetas mayores y menores, hasta la geografía e hidrografía de Israel. En ocasiones no había ni tiempo “para estar con Dios”. Estando en la papelería, fotocopiando el material del Instituto, pensé: “Dios no es un juego de fotocopias”, ¡y es verdad, Dios es persona!.
            Aclaro que vale la pena estudiar nuestra fe desde la academia, no deseo que se mal interprete mi reflexión, ni deseo que los creyentes que saben poco estimen en menos los consejos de aquellos que saben un poquito más de cristianismo. Es muy bueno estudiar, es excelente, sin embargo, el pensamiento católico surgió de un encuentro con Jesús, no pudo surgir de otra forma. La memorización de textos y dogmas dan herramientas para identificar nuestra fe, pero también, la fe católica puede entenderse por medio de experiencias de oración y contemplación, eso marca la vida del creyente y resucita en él la convicción y afecto hacia su Iglesia.
            Por el día a día, podemos enfrascamos en las formas eclesiales y la memorización de dogmas al grado de ser hasta incrédulos de cosas que tienen antecedente bíblico. Como ejemplo; un ex seminarista comento que a ellos les enseñaban que las conversiones al modo de San Pablo, hoy no son posibles. San Pablo recibió “un destello de luz y una voz lo llamo desde el cielo”, ¿será cierto que eso ya no sucede?, creo que ese tipo de situaciones son impredecibles, ¿A cuántos creyentes escuchamos hoy afirmando que “Dios les hablo” o que incluso conocieron “el infierno” y por esa situación han abrazado la fe?. Por lo general, la misma parroquia ¡no se los cree!.
            Dios no tiene límites, Dios no son solo textos y dogmas para memorizar, Dios es persona y puede ser experimentado de muchas maneras y formas. No debemos olvidar que la guía pastoral es muy importante para el crecimiento de aquellos que han tenido una experiencia inexplicable, no podemos dejar todo a la libre imaginación de cada creyente, de ser así, la Iglesia seria un manicomio. La conversión de San Pablo no puede ser entendida sin la presencia de Ananías en Damasco, su bautismo y la guía de los Apóstoles en la Iglesia.

            Para concluir, podemos ser católicos por muchas circunstancias; por la herencia Española, por tradición nacional “Guadalupanos”, por herencia y costumbre familiar, pero ninguna de las anteriores podrá superar la experiencia de haber vivido a Dios.