Hace algunas semanas dentro de las lecturas de
la misa se leyó el pasaje de la transfiguración (S. Mateo 17:1-8), evento donde
Jesús acompañado de Pedro, Santiago y Juan en un monte alto se transforma, su
cuerpo resplandece y estando ahí, sostiene una plática con Moisés y Elías –ambos
representando la ley y los profetas- una nube se posó sobre ellos anunciando:
“Este es mi hijo muy amado, a quien he elegido: escúchenlo”.
Dentro de las leyes judías expuestas en el
antiguo testamento existe la prohibición de entablar diálogos con los difuntos,
de ahí, muchas sectas lanzan acusaciones a la creencia católica de “la
intercesión de los santos” afirmando que esta práctica es pagana, pero es
curioso que Jesús dialogue con Moisés., el libro de Deuteronomio afirma que Moisés
falleció en las tierras de Moab (cap. 34 v. 5).
El libro de Deuteronomio prohíbe: “Cuando
hubieres entrado en la tierra que Dios te da, no aprenderás hacer según las
abominaciones de aquellas gentes. No sea hallado en ti quien haga pasar su hijo
ó su hija por el fuego, ni practicante de adivinaciones, ni agorero, ni
sortílego, ni hechicero, ni fraguador de hechizos, ni quien pregunte á pitón,
ni mágico, ni quien pregunte á los muertos. Porque es abominación para Dios
cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones tu Dios las echó de
delante de ti” (Cap. 18 v. 9-12). La prohibición va en el sentido de la
práctica del ocultismo, sustituir la fe por la magia.
Para apoyar la práctica de la intercesión de los
santos podemos mirar la historia del pueblo de Israel, cuyos rabinos,
consideran la intercesión de patriarcas y profetas como rezos validos ante
Dios, pues creen que si uno de estos grandes –Abraham, Moisés, Raquel- estando
en vida sujetos a tentaciones y así intercedieron ante Dios por los hebreos, en
la eternidad sin aflicciones también harán lo mismo., un “tzadik” en el
judaísmo es el homólogo de un “santo” en el catolicismo.
Existe un pasaje donde el rey Saúl –teniendo
interés sobre el triunfo de una batalla- usa como médium a la espiritista de
Endor para consultar al difunto Samuel (1era de Samuel 28) siendo esta práctica
reprobada por Samuel. Quien incurre en estas prácticas tiene interés por su
futuro ó necesita respuestas para su vida, ósea, su interés no va encaminado a
la obra de Dios, mas bien, equivocadamente decide tomar un camino alterno para
descifrar algo que inquieta su alma.
Satanás imita de modo opuesto la intercesión de
los santos ofreciendo a la humanidad la consulta a los muertos por medio de la
magia. Si la intercesión de los santos conlleva la intención de mejorar la vida
espiritual de la Iglesia y el creyente, lo opuesto es usar como puente a un
espiritista –ya no Cristo- para consultar y resolver el deseo personal, no la
necesidad comunitaria como sucede en la intercesión de los santos donde Cristo es
redentor de todos los santos, y estos están unidos en oración por la salvación
de los hombres. Por esta causa, la plática que Jesús sostiene con Moisés es
motivada por la salvación y lo que Pedro, Santiago y Juan vislumbran del
difunto Moisés lo vislumbran por Cristo, por lo tanto, sustituir la fe por el
ocultismo y al resucitado redentor por un agorero -que no redimió a nadie- para
dialogar con los difuntos es una imitación blasfema del regalo que Dios nos dio
para la oración con la Iglesia celestial.