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sábado, 18 de marzo de 2017

Hablar con difuntos

Hace algunas semanas dentro de las lecturas de la misa se leyó el pasaje de la transfiguración (S. Mateo 17:1-8), evento donde Jesús acompañado de Pedro, Santiago y Juan en un monte alto se transforma, su cuerpo resplandece y estando ahí, sostiene una plática con Moisés y Elías –ambos representando la ley y los profetas- una nube se posó sobre ellos anunciando: “Este es mi hijo muy amado, a quien he elegido: escúchenlo”.
Dentro de las leyes judías expuestas en el antiguo testamento existe la prohibición de entablar diálogos con los difuntos, de ahí, muchas sectas lanzan acusaciones a la creencia católica de “la intercesión de los santos” afirmando que esta práctica es pagana, pero es curioso que Jesús dialogue con Moisés., el libro de Deuteronomio afirma que Moisés falleció en las tierras de Moab (cap. 34 v. 5).   
El libro de Deuteronomio prohíbe: “Cuando hubieres entrado en la tierra que Dios te da, no aprenderás hacer según las abominaciones de aquellas gentes. No sea hallado en ti quien haga pasar su hijo ó su hija por el fuego, ni practicante de adivinaciones, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni fraguador de hechizos, ni quien pregunte á pitón, ni mágico, ni quien pregunte á los muertos. Porque es abominación para Dios cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones tu Dios las echó de delante de ti” (Cap. 18 v. 9-12). La prohibición va en el sentido de la práctica del ocultismo, sustituir la fe por la magia.
Para apoyar la práctica de la intercesión de los santos podemos mirar la historia del pueblo de Israel, cuyos rabinos, consideran la intercesión de patriarcas y profetas como rezos validos ante Dios, pues creen que si uno de estos grandes –Abraham, Moisés, Raquel- estando en vida sujetos a tentaciones y así intercedieron ante Dios por los hebreos, en la eternidad sin aflicciones también harán lo mismo., un “tzadik” en el judaísmo es el homólogo de un “santo” en el catolicismo.   
Existe un pasaje donde el rey Saúl –teniendo interés sobre el triunfo de una batalla- usa como médium a la espiritista de Endor para consultar al difunto Samuel (1era de Samuel 28) siendo esta práctica reprobada por Samuel. Quien incurre en estas prácticas tiene interés por su futuro ó necesita respuestas para su vida, ósea, su interés no va encaminado a la obra de Dios, mas bien, equivocadamente decide tomar un camino alterno para descifrar algo que inquieta su alma.

Satanás imita de modo opuesto la intercesión de los santos ofreciendo a la humanidad la consulta a los muertos por medio de la magia. Si la intercesión de los santos conlleva la intención de mejorar la vida espiritual de la Iglesia y el creyente, lo opuesto es usar como puente a un espiritista –ya no Cristo- para consultar y resolver el deseo personal, no la necesidad comunitaria como sucede en la intercesión de los santos donde Cristo es redentor de todos los santos, y estos están unidos en oración por la salvación de los hombres. Por esta causa, la plática que Jesús sostiene con Moisés es motivada por la salvación y lo que Pedro, Santiago y Juan vislumbran del difunto Moisés lo vislumbran por Cristo, por lo tanto, sustituir la fe por el ocultismo y al resucitado redentor por un agorero -que no redimió a nadie- para dialogar con los difuntos es una imitación blasfema del regalo que Dios nos dio para la oración con la Iglesia celestial.