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viernes, 13 de octubre de 2017

La misa coldplay

Debo confesar, fui ateo por muchísimos años y por un tiempo fui anti católico. Por mucho tiempo estuve convencido de que la Iglesia Católica, sobre todo el culto, eran un estorbo para el desarrollo de la espiritualidad y la fe. La misa me parecía una cosa aburrida, antigua y sin sentido para este mundo moderno. Conforme fui creciendo en mi conocimiento de la Biblia me di cuenta de la maravilla que es la Iglesia Católica. Quizá suene ortodoxo, me atrevo a decir que el culto anterior al Concilio Vaticano II, donde el sacerdote oficiaba dando la espalda al pueblo, era un culto mas bíblico porque esa era la postura que tenían los sumos sacerdotes a lo largo de la historia de la salvación (el pueblo estaba detrás de la cortina y la cortina estaba detrás de sumo sacerdote) desde el tabernáculo de Moisés hasta el templo en Jerusalén., la cortina se rompió con la crucifixión.
Como mencione, fui ateo, nací en un contexto de liturgia post-concilio y nadie tuvo que cambiar nada de la misa para que pudiese apreciarla hoy como un católico. Por esta conversión, no veo motivo contundente del porque alguien deba cambiar algo de la liturgia, ¿para qué?. Argumentaran que “se hace para atraer a la gente”, como si la evangelización fuese un asunto del número de asistentes, ¿Cuánta gente que acude a misa está realmente en misa?, ¿Por qué alguien se siente satisfecho cuando ve un templo lleno?. Desde hace mucho tiempo deje de preocuparme del número de asistentes, la evangelización es así; “el que tenga oídos para oír, oiga…”. ¿Por qué ese afán de medir el éxito por la multitud?, es vanagloria.  
Entiendo el interés de pretender renovar el culto, avivarlo, hacerlo atractivo, pero ¿si la Eucaristía por sí sola no atrae, qué sentido tiene atraer por cosas ajenas a la Eucaristía?. Yo fui un ateo, anti católico, me tarde años para encontrar la Iglesia que Jesús dejo, y me resulta irónico que habiéndola encontrado encuentre en ella católicos que deseen modificar el culto porque “la gente se aburre y no atrae a nadie…”, son de lastima, es decepcionante encontrar creyentes así, gente que no cree en el impacto que tiene la unidad del culto católico y de lo que el Espíritu puso en el Concilios bajo la sucesión Apostólica. ¿Qué sentido tiene modificar el culto para que la gente no se aburra?, después les aburre la novedad y se volverán a ir porque no están ahí por la Eucaristía, están ahí porque les entretiene.
¿Tiene sentido un templo lleno con gente que no es capaz de cargar la pequeña cruz de su aburrimiento?, ósea, ni el más mínimo sacrificio. ¿No valdría mas que se revolcaran en su pecado hasta el hartazgo y que volviesen al Padre como lo hizo el hijo prodigo?, creo que sí, sería mejor que se fueran y que su propio pecado les predique para que vuelvan a Dios con un corazón dispuesto amarlo. Eso yo lo viví, nadie me lo conto y doy gracias porque alguien estuvo orando por mi conversión.

Dicen que la “misa coldplay” fue un éxito, que había muchos jóvenes, pero creo que el culto estaba vacío porque ellos estaban “en su onda”, ¿estaban ahí por la Eucaristía?. No te fíes de la multitud, no te fíes de lo que tus ojos ven.