Sitios

domingo, 25 de agosto de 2019

La casa del Señor


            Una vez que el rey David entro triúnfate porque Dios derroto a sus enemigos, David usaba el efod –vestidura sacerdotal- y en su procesión triunfal danzaba mientras el pueblo portaba el arca de la alianza. Después de aquella algarabía y habiéndose instalado en su casa, pensó en edificarle una casa para el arca de la alianza pues el rey descasaba en una edificación y el arca en una tienda de lona. Consultó el rey con el profeta Natán y recibió de Dios esta palabra:
            “¿Así que tú me vas a construir una casa para que habite en ella? Desde el día en que saqué a los israelitas de Egipto hasta el día de hoy, no he tenido casa donde morar, sino que estaba con ellos y tenía como morada sólo una tienda. Todo el tiempo que he caminado en medio de los israelitas, jamás he dicho a alguno de los jueces de Israel, a los que había puesto como pastores de mi pueblo de Israel: ¿Por qué no me construyen una casa de cedro?. A ti David, te fui a buscar al potrero cuando andabas detrás de las ovejas, e hice de ti el jefe de mi pueblo, Israel. Doquiera que ibas yo estaba contigo, eliminé delante de ti a todos tus enemigos. Pero, te digo, haré grande tu nombre tanto como el de los más grandes de la tierra y pondré en el lugar que le corresponde a mi pueblo de Israel. Allí lo plantaré y allí se quedará. Ya no será más sacudido; los malvados ya no seguirán oprimiéndolo como antes, cuando establecí jueces en mi pueblo Israel; lo libraré de todos sus enemigos. Yo, tu Dios, te digo: Yo te construiré una casa” (2do Libro de Samuel 7:5-11)
            ¿Quién puede edificarle una casa a Dios?, ¿acaso Dios necesita una casa?. Nadie puede edificarle una casa para Dios porque Él no necesita una casa, sin embargo, en el texto de David, la respuesta de Dios se señala el peregrinar de Israel cuando recibió la libertad en Egipto y  buscó la tierra. El texto afirma “pondré en el lugar que le corresponde a mi pueblo Israel. Allí lo plantaré y allí se quedará”. Esta frase se asocia al templo de Jerusalén y la vida religiosa de Israel. En definitiva, Dios no necesita una casa, es el pueblo quien necesita un lugar físico para congregarse, y debe consagrar tal lugar para que ahí la comunidad ofrezca los sacrificios de sangre pedidos por Moisés. Por esta misma causa, hasta el día de hoy, vemos a millones de judíos en Jerusalén congregándose en las ruinas de lo que fuese aquel templo, insignia de la casa que Dios construyó para David e Israel.
            Ese mismo lugar, Jerusalén y su templo, es el lugar donde Jesús se presentó como hijo de David y le fue entregado el poder; “Seré para él un padre y él será para mí un hijo…” (v. 14), “Tu casa y tu realeza estarán para siempre ante mí, tu trono será firme para siempre” (v. 16). Habiendo participado de la muerte y retornado de ella en la resurrección, el reinado de la descendencia Davídica quedara para siempre por ser Jesús descendiente del rey David.
            Entonces, ¿Qué es el templo si Dios no requiere de una casa?. El templo es la casa que Dios edificó para su pueblo, en ese lugar, de forma simple y clara nos congregamos para alabar a Dios en comunidad y participar de su gloria por medio de la gracia recibida en los sacramentos. No somos nómadas de la fe, el templo es el lugar donde el pueblo se congrega, se enraíza con el sacerdote en sucesión, ligándonos y recibiendo los beneficios de las promesas que el hijo de David, el Cristo, entregó a sus apóstoles; el poder de perdonar pecados es uno de ellos.
            Congreguémonos pues en tal lugar, es la casa de Dios porque Él la levanto, y su casa y su realeza estarán para siempre y su trono será firme para siempre. ¡Amén!.         

domingo, 18 de agosto de 2019

La biblia y la mujer


            ¿La biblia es machista?. Si miramos la biblia desde los ojos de la modernidad podríamos pensarlo, sin embargo, debemos considerar que las sociedades a lo largo de los siglos cargan costumbres, ideas y prejuicios. La biblia como fuente de revelación aporta luces para que los individuos se entiendan y construyan mejores sociedades. La biblia señala desde su primer libro “creó Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios lo creó, macho y hembra los creo” (cap. 1, v. 27). Ambos fuimos hechos a una misma imagen y ambos al mismo tiempo somos diferentes, no olvidemos que cada individuo posee una identidad única. En esta reflexión haré un repaso del papel que jugaron algunas mujeres dentro de la biblia.
            1.- Jacob recibió primogenitura porque su madre se lo dijo. El pasaje se encuentra en Génesis, capitulo 27. Cuando el patriarca Abraham estaba por repartir la bendición al primogénito Esaú, Rebeca esposa de Abraham, escuchó y hablo con su hijo Jacob promoviendo para que este tomara la bendición del primogénito. Aunque Esaú y Jacob eran hermanos mellizos, nacidos en un mismo parto, en la creencia hebrea es primogénito quien abre el vientre. Jacob después será llamado Israel y sobre él nacerá el pueblo del mismo nombre.  
            2.- Débora fue juez de Israel antes del tiempo de la monarquía. Débora fue profetiza, esposa de Lapidot, juez de Israel, el pueblo acudía ante ella en busca de justicia (Jueces 4:4,5). La estructura de los jueces fue la primera propuesta de Gobierno para la nación hebrea. En Débora vemos a una mujer siendo figura de poder, tomando decisiones políticas al interior del pueblo de Israel.
            3.- El pequeño David venció al gran Goliat, el guerrero filisteo más temido. Curiosamente, el hebreo más temido fue Sansón y fue derrotado por una mujer filistea, Dalila. El relato se encuentra en Jueces capitulo 16. Ningún filisteo podía derrotar a Sansón, la única forma ideada por los filisteos para derrotarlo fue mediante los encantos de Dalila. La biblia desde el relato de la caída del Génesis en el Edén (c. 3 v. 6) advierte que la mujer posee un poder que el hombre no tiene; el poder de ser mujer para convencer al hombre. Usen ese poder para el bien.   
            4.- Abimalec fue hijo del juez Gedeón y asesinó a los 68 hijos de Gedeón. Abimalec sembró violencia y gobernó a los Israelitas usando el terror pero fue derrotado por una mujer. El texto bíblico dice: “Abimelec se dirigió a la ciudad de Tebés; la sitió y se apoderó de ella. Pero había dentro de la ciudad una torre fortificada en la que se refugiaron hombres y mujeres, toda la gente noble de la ciudad. Cerraron la puerta tras ellos y se subieron a la terraza de la torre. Abimelec se acercó al pie de la torre para atacarla y avanzó hasta la puerta de la torre para prenderle fuego. Pero una mujer dejó caer sobre su cabeza una piedra de molino, que le partió el cráneo. Inmediatamente llamó a su escudero y le dijo: “¡Saca tu espada y mátame! No quiero que digan de mí: Lo mató una mujer”. Su escudero entonces lo traspasó y murió” (Jueces 9:50-54).
            5.- "Ruth" es el nombre de un libro dedicado a la fe ejemplar de Ruth, mujer de origen moabita. Imaginemos la capacidad de criterio de los hebreos antiguos al incluir en su compendio sagrado un libro que tiene por título el nombre de la protagonista; una mujer que no es descendiente de Abraham. Ni Moisés o Jesús tienen un libro que lleve su nombre.
            6.- La "mujer ideal" descrita en el libro de proverbios es mencionada como la esposa ideal que no depende del hombre y ayuda al necesitado (c. 31, v. 10-31).
            7.- Cuando el Verbo se encarnó, el Ángel dio el anuncio y la invitación a la Virgen María (S. Lucas 1:26-38), el Ángel no consultó con José pues la mujer no es propiedad del hombre. El Ángel invitó a José para que apoyara a María en su decisión.    
            Para concluir, los textos bíblicos manifiestan la capacidad de la mujer y lo expresa en personajes bíblicos femeninos. Sigamos caminando conociendo la herencia de nuestra fe.   

domingo, 11 de agosto de 2019

La voz de Dios


            Un rey poderoso deseaba comunicarse con uno de sus súbditos y envío un mensajero pero no hizo caso, le envío un segundo mensajero y tampoco escucho, envío un tercero, lo ignoró y el mensajero dijo “¿no escucharas la voz del rey?”, aquel hombre respondió “no necesito de nadie para hablar con él…”, y el mensajero sorprendido se marcho. ¿Qué pensara el rey de ese hombre?, lo tomara por arrogante y cerrara las puertas del palacio cuando él lo busque por necesidad.  
            Muchas personas suelen decir “no necesito de ningún hombre para hablar con Dios” –yo mismo solía decirlo- sin embargo, ¿Cómo saber si Dios desea expresarse por medio de los hombres?. Dios desea expresarse por medio de los hombres, Jesús refiriéndose a sus discípulos dijo “quien los recibe a ustedes me recibe a mí” (S. Mateo 10:40). Dios se expresa por medio de personas.   
            En la biblia existen muchos ejemplos que refuerzan esta posición. El caso más claro es el de Moisés, Dios le dice “ve y dile al faraón, rey de Egipto, que libere de su tierra al pueblo de Israel…” (Éxodo 6:11).
            El caso del profeta Jonás es muy claro, Dios habló con el pueblo del Ninive por medio de Jonás; “La Palabra de Dios fue dirigida a Jonás, hijo de Amittay, en estos términos: “Levántate, vete a Ninive, la gran ciudad, y proclama contra ella que su maldad ha subido hasta mí” (Jonás 1:1,2).
            También está el caso del rey Saúl, rey de Israel, Dios habló a Saúl por medio del sacerdote Samuel: “Cuando Samuel vio a Saúl, Dios le indicó: “Este es el hombre del que te he hablado. El regirá a mi pueblo” (1era de Samuel 9:17) y cuando Saúl intentaba hablar con Dios, este no le respondía (1era de Samuel 14:37).
            Dios se toma la libertad de escuchar o no, de responder o no hacerlo –dicen que no responder también es una respuesta- Dios no escucha la oración del altanero, pero también, Dios es bondadoso y usa los medios para comunicarse con los altaneros; una Predicación, la Sagrada Escritura, el consejo de algún individuo, etc.  
            Un ejemplo pocas veces visto es el de Jesús con Pilato. Cuando Pilato pidió respuesta a Jesús por la acusación de los fariseos, Jesús no contesto, no respondió (S. Marcos 15:5), sin embargo, Dios habló con Pilato por medio de su esposa: “No tengas nada que ver con ese justo…” (S. Mateo 27:19). Dios le envío un mensaje a Pilato.  
            En ocasiones así pasa con nosotros también, Dios nos habla por medio de nuestros seres queridos, nuestros familiares. Por el pecado dejamos de escuchar a Dios que habló a nuestra conciencia y al ignorarlo manifestamos que nuestro amor por Él se mermo. Pero Dios se comunica con nosotros por medio de nuestros seres queridos para que en atención a ellos –a los que amamos- prestemos atención y optemos por hacer la piedad y la justicia. Dios nos habla por medio de personas para que existan testigos y –al cumplirse el exhorto- nuestra soberbia se vea devastada. Dios nos llama de múltiples formas.  
            Si escuchamos hoy la voz de Dios, la voz del perdón, del afecto y la justicia, no endurezcamos nuestro corazón.