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sábado, 18 de diciembre de 2010

La rebelión de Coré 2da parte (Nuevo Testamento).


En tiempos de Moisés, la familia de Coré que pertenecía a la tribu de Levi servían dentro de las labores del templo ó tabernáculo, mas no en las labores del sacerdocio reservadas solo para la familia de Aaron. Todos los hebreos eran guiados por Moisés en busca de la tierra prometida, cuando acampaba Israel los de la tribu de levi erigían la tienda que funcionaba como templo, y Aaron y sus hijos oficiaban como sacerdotes. Cito el relato: “Coré, hijo de Isar, hijo de Quehat, hijo de Leví y también Datán y Abirón, hijos de Eliab, y On, hijo de Pelet, de la tribu de Rubén, se rebelaron contra Moisés. Les siguieron doscientos cincuenta israelitas, todos jefes de la comunidad, miembros del consejo y personajes conocidos. Se amotinaron contra Moisés y Aarón y dijeron: "Basta ya de ustedes dos, ¿acaso no están consagrados todos los miembros de la comunidad? ¿Y no está Dios en medio de nosotros? ¿Por qué entonces se creen ustedes superiores a la comunidad de Dios?” (Números 16:1-3).

La semana pasada estuvimos hablando de esta rebelión provocada por Coré en el antiguo testamento. El argumento de la revuelta de Coré era que todo Israel estaban consagrado a Dios, que Dios habitaba en medio de ellos, y que por lo tanto no necesitaban recibir instrucciones de Moisés ó Aaron. Coré afirmaba algo cierto pero erraba al querer destituir a Moisés y Aaron de su cargo. Esto me hace recordar el pasaje que es usado hoy en día por muchas sectas: “donde están dos o tres reunidos en mi Nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (San Mateo 18,20), creer que Cristo esta en medio de la asamblea es algo cierto, pero usar el pasaje para negar la autoridad Apostólica es un error, pues el mismo evangelista afirma que Jesús entrego las llaves del Reino de los Cielos a San Pedro (San Mateo 16:19) y no a quienes están congregados en su nombre. San Pablo autor de la mayoría de las cartas que forman el nuevo testamento enseño que “entre todos los siervos que forman la Iglesia Dios quiso poner en primer lugar a los Apóstoles”, para que exista orden dentro de las comunidades es necesario que alguien las guíe.

El nombre de Coré también aparece dentro del nuevo testamento. Coré es mencionado en la carta de San Pedro y San Judas. Estos dos Apóstoles usan la frase: “el camino de Coré” para referirse aquellos hombres que no reconocen las autoridades del Reino de Dios, que trastornan el evangelio a su conveniencia, y que motivan divisiones en la fe sin tener entendimiento sobre las cosas Sagradas. Un caso de rebelión particular que aparece dentro del nuevo testamento, es el de un hombre llamado Diotrefes que es mencionado en la 3era Carta del Apóstol San Juan, diciendo el Apóstol que este hombre que recibió una jerarquía disfrutaba tanto su mando dentro de la comunidad de creyentes que dejo de hacer caso al mismo San Juan y hasta llego a desprestigiarlo. Negándose Diotrefes a recibir a los misioneros y expulsando de su iglesia aquellos que los recibieran. Otro de los problemas que enfrento la comunidad Apostólica, fueron las predicas equivocadas que surgieron con distintos grupos y el sectarismo que estas podrían provocar. Por ejemplo, las tesis de los judaizantes decía que para ser cristiano se debía guardar la ley de Moisés ó los gnósticos que afirmaban que Cristo era hijo de las estrellas. También en la comunidad de Corinto la fe se partidizó, pero San Pablo exhortó a los fieles a dejar la división y estar unánimes en un mismo parecer (1era de Corintios 1:10). Fue labor de los Apóstoles, ordenar la cátedra y educar correctamente a los nuevos creyentes para ir creciendo en la evangelización, sin trastornar el mensaje de Cristo.

Crezcamos en el conocimiento de Jesucristo y la fe de la Iglesia, no sea que por la ignorancia caigamos en el error de Coré.

domingo, 12 de diciembre de 2010

La rebelión de Coré


¿Por qué será que Dios creo Arcángeles y Ángeles?, ¿Qué no podrá Dios obrar todas las cosas, siendo que es todo poderoso?. Dios no es un ser solitario sino trinitario, Dios es comunidad y vive en comunidad pero Dios esta por encima de todos. Dios encomienda tareas, establece jerarquías celestes, en el cielo, no todos son iguales sino que hay satisfacción y armonía entre todos, desde el mas pequeño hasta los mas grandes. Nosotros desde lo humano pareciera que vemos la “igualdad” como camino al bienestar de todos, pero la vemos así porque hemos marginado a otros para conseguir el interés propio, y no nos gusta recibir instrucción de nadie.

En tiempos de Moisés, la familia de Coré que pertenecía a la tribu de Levi servían dentro de las labores del templo ó tabernáculo, mas no en las labores del sacerdocio reservadas solo para la familia de Aaron. Todos los hebreos eran guiados por Moisés en busca de la tierra prometida, cuando acampaba Israel los de la tribu de levi erigían la tienda que funcionaba como templo, y Aaron y sus hijos oficiaban como sacerdotes. Cito el relato: “Coré, hijo de Isar, hijo de Quehat, hijo de Leví y también Datán y Abirón, hijos de Eliab, y On, hijo de Pelet, de la tribu de Rubén, se rebelaron contra Moisés. Les siguieron doscientos cincuenta israelitas, todos jefes de la comunidad, miembros del consejo y personajes conocidos. Se amotinaron contra Moisés y Aarón y dijeron: "Basta ya de ustedes dos, ¿acaso no están consagrados todos los miembros de la comunidad? ¿Y no está Dios en medio de nosotros? ¿Por qué entonces se creen ustedes superiores a la comunidad de Dios?” (Números 16:1-3)

En este breve relato podemos encontramos a un Israel peregrino pero organizado, Israel estaba formado por doce tribus y entre ellos había jefes, había un consejo, los de Levi preparaban al templo y la familia de Aaron eran sacerdotes, Moisés era el escogido de Dios que trajo la liberación de la esclavitud en Egipto, el hombre ungido por Dios que trajo la Alianza del Monte Sinaí y los diez mandamientos. En este relato del libro de los Números podemos encontrar ese deseo de romper con una estructura organizacional definida bajo el argumento de que “todos somos santos” y “Dios esta en medio de nosotros”. Debemos entender que la organización de Israel funcionaba para preservar la unidad de todo el pueblo, tanto que Moisés antes de morir establece como sucesor a Josue, y este fue cabeza de Israel para continuar la travesía en busca de “la tierra prometida”, que es un símbolo para nosotros del cielo ó la gloria eterna.

En tiempos del nuevo testamento también encontramos un orden establecido por Cristo, Dios convoca a las naciones por medio de Cristo, y Cristo convoca a todos por medio de los apóstoles, de los cuales Cristo establece primero doce y entrega las llaves del Reino de los Cielos solo a uno. Estos doce establecen obispos, presbíteros y diáconos, y así la Iglesia unida ha permanecido por mas de dos mil años, guiada por el Espiritu de Dios, siendo Cristo quien funge como si fuera un nuevo Moisés, el sucesor de Pedro como un nuevo Josue, y los obispos y presbíteros como sacerdotes de entre todos nosotros, que somos un pueblo consagrado a Dios en el bautismo.

Guardemos las jerarquías dentro de la Iglesia mientras vivamos en este mundo, veámoslas como un beneficio pues según la enseñanza de Jesús: “Quien es mayor entre nosotros es mas bien siervo de todos”. Entendamos que en los cielos también existen jerarquías aunque Dios puede obrarlo todo. Cada uno de nosotros sin importar la jerarquía ha recibido una tarea, llevemos una vida plena haciendo de las tareas ordinarias algo extraordinario.

domingo, 5 de diciembre de 2010

¿Porque los catolicos siguen al Papa?


Para poder entender la nueva alianza establecida por Cristo, es necesario mirar la antigua alianza pues estas dos se complementan entre sí, la primera alianza guarda dentro de sí el anuncio de una futura alianza y la segunda alianza da plenitud a la primera. Cuando hablamos del pueblo de Israel hacemos referencia a la totalidad de las doce tribus que forman Israel, esto es parecido a decir: “El pueblo de México está constituido por varios Estados”, no todos los hebreos son judíos, pero todos los judíos son hebreos ó según mi analogía: “No todos los Mexicanos son Sonorenses, pero todos los Sonorenses son Mexicanos”.

Israel fue formado a través de una promesa hecha por Dios a Abraham. Dios prometió un hijo a Abraham, y Abraham tuvo un hijo y lo llamo: “Isaac”, Isaac tuvo dos hijos: “Esaú y Jacob”, y Dios estableció un lazo con Jacob y lo llamo “Israel”, Jacob tuvo varios hijos y doce forman la totalidad del pueblo de Israel establecidos en Canaán: “Judá, Simeón, Benjamín, Dan, Efraín, Manasés, Isacar, Zabulón, Aser, Neftalí, Rubén, Gad”. Estando Jacob en su lecho de muerte bendice y profetiza sobre cada uno de ellos, profetizando sobre Judá : “A ti, Judá, te alabarán tus hermanos, tu mano agarrará del cuello a tus enemigos, y tus hermanos se inclinarán ante ti. ¡Judá es cachorro de león! Vuelves, hijo mío, de la caza. Se agazapa o se abalanza cual león, o cual leona, ¿quién lo hará levantar? El cetro no será arrebatado de Judá ni el bastón de mando de entre sus piernas hasta que venga aquél a quien le pertenece y a quien obedecerán los pueblos. Amarra en la vid a su burrito, y a la cepa el hijito de su burra. Lava en el vino su túnica y en la sangre de los racimos su manto. Sus ojos están encandilados de vino y sus dientes más blancos que la leche.” (Génesis 49:8-12). En esta lectura Israel podía apreciar la promesa del Reinado Mesiánico sobre la descendencia de Judá a quien “el bastón de mando no le será arrebatado hasta que venga aquel a quien le pertenece y le obedecerán los pueblos, que es Cristo”. La unidad de las doce tribus tenía como fundamento la promesa sobre Judá, pues de Judá vendría al mundo el Rey de todos los pueblos. Por distintos motivos históricos la unidad de las doce tribus se perdió, vinieron reinados injustos que crearon los cismas, y el destierro a babilonia que marco la vida religiosa de Israel.

Los siglos transcurrieron, el Mesías vino al mundo por la descendencia de Judá cumpliendo así la profecía dada por Jacob a sus hijos. Tras la resurrección de Cristo, la Iglesia naciente quedara establecida en doce Apóstoles: “Pedro, Andrés, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Tomas, Mateo, Santiago el Menor, Judas Tadeo, Simón el Cananeo, Matías sucesor de Judas Iscariote” a semejanza de los doce hijos de Jacob. Cristo prometerá a su Iglesia estar con ella todos los días, estableciendo una promesa sobre Pedro: “Y yo también te digo, tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos” (San Mateo 16:18). Si miramos la catolicidad ortodoxa de oriente, podemos encontrar en ella la sucesión apostólica desde los doce Apóstoles. La ortodoxa de Jerusalén tiene actualmente como obispo a Teolifio III sucesor del Apóstol Santiago el Menor. Actualmente las Iglesias ortodoxas y la Iglesia catolica buscan la unidad, dado que se reconoce a San Pedro como ministro de la promesa recibida por Cristo: “Las puertas del infierno no prevalecerán”, a semejanza de la promesa de Judá entre sus doce hermanos: “De ti nacerá el rey”.

Judá ó los judíos permanecen por la promesa dada por Jacob, del mismo modo la Iglesia permanece con certidumbre a lo largo de la historia por la promesa que solo el Apóstol Pedro ha recibido de Cristo.

domingo, 28 de noviembre de 2010

Esperando a Jesús desde el judaísmo


Ahora que entramos en tiempo de adviento, deseo compartir una estracto del libro “Historia del Judaísmo” de André Chouraqui. La paráfrasis que daré corresponde al capitulo sobre la espera del Mesías, espero que sea del agrado de todos los lectores el conocer: “como se espera la venida Jesús” desde el judaísmo.

Los grandes principios de la revelación del antiguo testamento, la unidad de Dios, la unidad del cosmos, la preeminencia de la luz sobre las tinieblas, del bien sobre el mal, el hombre concebido a imagen y semejanza de Dios, la existencia de la justicia, la elección de Israel, constituyeron otros tantos ejes permanentes que dieron dirección a la historia del judaísmo. Sin embargo, el motor secreto del dinamismo de la historia hebrea se situaba en la conciencia que tenían los judíos de haber sido objetos de la visitación del verbo de Dios. Todo Israel se ordenaba en relación con la esperanza concreta, carnal de la visita del Mesías.

El Mesías, el consagrado con la unción del Señor para traer salvación, es para los rabinos el alfa y la omega de las escrituras hebreas y de la creación, el punto central al que se dirige la historia de la humanidad entera. La Tora, los Profetas y más aún la historia de Israel se interpretan en función de su reino. Un ceñido conjunto de tradiciones permite precisar el conocimiento que los rabinos tuvieron del “hijo del hombre”: preexistente a la creación, idéntico al espíritu de Dios que se cernía en el origen sobre el abismo de las aguas y que sirvió de prototipo a toda la obra del Señor orientada hacia su fin: el Rey Mesías, el hijo de David, al final de los tiempos rescatará a Israel y reinará en la paz de la universal redención.

La liturgia de la sinagoga no es mas que un largo llamado para que advenga el Reino y florezca el Redentor: todo judío, varias veces al día en sus oraciones, suplica al Señor que haga venir al prometido Redentor, “que acerque al Mesías a nuestra vida y en nuestros días y en la vida de toda la Casa de Israel”: éste era el clamor urgente que salía de las profundidades del exilio: una espera apasionada, patética, que envolvía incluso al ser de Israel: el hecho se observa todavía en los ambientes judíos que han conservado la fe tradicional.

El Mesías sigue estando presente en la oración de Israel. Él es quien permite la unidad de la Casa de Israel, cuya salvación y gloria manifestará algún día, y quien le hará olvidar el calvario del exilio, su libertador.

Bien lo decía Judah Halevi: “La verdadera grandeza de Israel ha sino nunca dudar del advenimiento del Rey de gloria y tener su fiel morada en el dolor, los ojos vueltos hacia la luz que un día traspasará las tinieblas del exilio y restituirá a Jerusalén todo su esplendor”.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Salvación: la torá y los judios

(primera parte)

Acabo de terminar de leer un libro titulado “Historia del Judaísmo” escrito por André Chouraqui http://www.jus.com.mx/webjus/?p=401. Para mi fue sorprendente conocer lo que los judíos esperan del Mesías. Según el autor, el Mesías para el Judaísmo es la encarnación del Verbo de Dios, el único que tiene autoridad para restablecer el sacerdocio para Israel, siendo también el Alfa y la Omega. Prácticamente los Judíos son unos Cristianos sin Cristo, pues todos estos atributos los encontramos en Jesús. El autor también señala que para los Judíos la “torá” es el Verbo de Dios (la torá son los cinco primeros libros de la biblia). Esto también tiene un sentido Cristiano, pues dentro de la torá es a Cristo a quien encontramos, solo hay que saber interpretarlo y para esto es necesario leer, estudiar y orar.

Estos datos anteriores me hicieron reflexionar sobre el tema de la salvación pero en un sentido mas amplio desde el Antiguo Testamento. En los inicios de la historia de Israel solo se tenia una noción vaga de la salvación y el salvador. Actualmente por la literatura que nos fue heredada por Israel y los dos mil años de vida de la Iglesia cuando hablamos de salvación fácilmente lo asociamos a “salvar el alma del infierno”. Estos dos conceptos “alma” e “infierno” no los recibió ni entendió la humanidad en unos cuantos días, sino que fue necesario que transcurrieran cientos de años para entender las revelaciones dadas por el Espíritu a sus siervos. Aun así, la Iglesia por la guía del Espíritu Santo los ha profundizado y afinado para que cada generación los comprenda. Si no hubiésemos sido evangelizados no asociaríamos la infierno con castigo eterno, ni asociáramos la palabra salvación con el cielo.

Hablando sobre el tema de la salvación, decíamos que para los judíos la torá era el Verbo de Dios. Aunque los judíos entendían la salvación de un modo distinto que nosotros, debemos exponer que bajo la interpretación judía la salvación no consistía solo en una confesión de fe, para el judío no solo basta creer en la tora como Verbo de Dios para salvarse. Muchos profetas del Antiguo Testamento solicitaron a Israel obras de arrepentimiento y no simplemente la fe, el mismo Rey David escribe el Salmo 51 dando muestras de arrepentimiento tras caer en adulterio.

La vida religiosa del judío se presentaba de la siguiente manera, la costumbre religiosa era circuncidar a los hijos al octavo día de nacidos, introduciéndolos así a la alianza del antiguo testamento, no bastaba solo la circuncisión y la fe para ser salvados, sino que los judíos debían guardar las enseñanzas de la torá. Por este motivo los fariseos acusaban a Jesús de no guardar lo escrito en la torá, pero Cristo siempre tuvo un argumento a favor, porque quienes lo acusaban hacían una mala interpretación de la torá, siendo el Verbo la inspiración misma de la torá, el Verbo encarnado es Jesús.

Cristo instruye a los judíos en la caridad, el reino de los cielos, y la correcta interpretación de la ley de Dios, etc. Jesús en muchas de sus enseñanzas solicita a los creyentes la caridad y no solo la fe. La labor de Jesús se desarrolla teniendo como contexto la Jerusalén en los tiempos de la alianza del viejo testamento. Cristo establece la Nueva Alianza en la cena pascual: “Esto es mi Cuerpo, esto es mi Sangre, Sangre de la Alianza Nueva y Eterna” (San Marcos 14:12-25), confirmándola Dios en su Resurrección. La próxima semana hare una reflexión sobre la salvación desde la perspectiva del Nuevo Testamento.

Salvación: ¿Por fe ó por obras?


(segunda parte)


La semana pasada dijimos que para el judío no bastaba solamente la fe y la circuncisión para ser salvado (aunque ellos interpreten la salvación de modo distinto). Todo judío que deseara expresar su fidelidad a Dios debía guardar las enseñanzas orales y escritas de la torá. La torá son los cinco primeros libros de nuestra Biblia, estos libros aunque están dentro del antiguo testamento no contradicen el nuevo testamento sino que lo confirman, de tal modo que para poder ser entendidos deben ser estudiados bajo la interpretación de la Iglesia.

Cristo establece la Nueva Alianza en la cena pascual: “Esto es mi Cuerpo, esto es mi Sangre, Sangre de la Alianza Nueva y Eterna” (San Marcos 14:12-25), confirmándola Dios Padre en la Resurrección. La Iglesia nace en pentecostés y recibe la tarea de evangelizar y hacer discípulos a las naciones, la evangelización consiste en transmitir el kerigma: “pasión, muerte y resurrección de Cristo”.

Hablando sobre el tema de la salvación, no es de extrañar que dentro del nuevo testamento encontremos pasajes donde se hable de esta forma: “Cree en el Señor Jesús y serás salvo”, si pensamos equivocadamente que la salvación solamente consiste en creer, entonces el arrepentimiento no tendría sentido porque no seria necesario. Si analizamos la obra de Cristo, puedo decir que su encarnación es una obra de caridad para los hombres, pues tras su encarnación la simple fe hacia un Dios invisible se ve cubierta de una realidad tangible en Jerusalén. La obediencia de Jesús para con el Padre es un ejemplo de una obra concreta y no un simple acto de fe que se desliga de las obras. Para que Cristo nos alcanzara la redención fue necesario su obra y no solamente su fe, Cristo acompaño su fe con sus obras para ejemplo de todos: “pasión, muerte y resurrección”.

Algunos creen y enseñan que solamente la fe salva, por lo general citan deliberadamente la carta de San Pablo a los Efesios: “Pues habéis sido salvados por la gracia mediante la fe; y esto no viene de vosotros, sino que es un don de Dios; tampoco viene de las obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8,9). Si leemos con atención nos daremos cuenta que San Pablo dice: “han sido salvados por la gracia siendo la fe un medio” y no afirma “han sido salvados por la fe sin merito de la gracia de Dios”. Es por medio de la gracia como el hombre se purifica, siendo la gracia lo que produce en el ser humano el “deseo” de obrar la caridad pues ya lo dijo el Apóstol Santiago: La fe sin obras esta muerta (Santiago 2:26). La gracia es un don de Dios y el hombre accede a ella por medio de la fe. En los sacramentos, la oración y la lectura divina recibimos gracia y somos fortalecidos por ella. La salvación Cristiana no viene solo por la fe ó solo por la obras, sino que es por gracia y en esto se conjugan la fe y las obras, siendo la gracia como una sabia que nos mueve a ser semejantes a Cristo en fe y en obras.

“Dirá después Cristo a los que estén a su izquierda: ¡Malditos, aléjense de mí y vayan al fuego eterno, que ha sido preparado para el diablo y para sus ángeles! Porque tuve hambre y ustedes no me dieron de comer; tuve sed y no me dieron de beber; era forastero y no me recibieron en su casa; estaba sin ropa y no me vistieron; estuve enfermo y encarcelado y no me visitaron. Estos preguntarán también: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, desnudo o forastero, enfermo o encarcelado, y no te ayudamos?, El Rey les responderá: En verdad les digo: siempre que no lo hicieron con alguno de estos más pequeños, ustedes dejaron de hacérmelo a mí” (San Mateo 25:41-46). Hay que creerle a Cristo y obrar.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Ángeles y Santos


Después Jesús salió y se fue, como era su costumbre, al monte de los Olivos, y lo siguieron también sus discípulos. Llegados al lugar, les dijo: “Oren para que no caigan en tentación”. Después se alejó de ellos como a la distancia de un tiro de piedra, y doblando las rodillas oraba con estas palabras: “Padre, si quieres, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya”. Entonces se le apareció un ángel del cielo para consolarlo. Entró en agonía y oraba con mayor insistencia. Su sudor se convirtió en gotas de sangre que caían hasta el suelo (Lucas 22:39-44).

En este pasaje leemos parte de la agonía de Jesucristo en el huerto de los Olivos previo a su arresto, como sabemos Cristo será arrestado, juzgado y crucificado. Muchos débiles en la fe preguntan: ¿Por qué El Padre permitió este sufrimiento? Ó ¿Por qué El Padre no escucho las oraciones de Cristo?. Pero, la realidad es otra, pues como leemos, al terminar Cristo de decir: “no se haga mi voluntad sino la tuya” es cuando El Padre envía un Ángel para animarlo y consolarlo en su pena, esto es señal de que Dios si está atento a las oraciones, aunque no las atienda en el modo, en la forma y en el tiempo que nosotros queremos, pues si Dios atendiera nuestras peticiones a nuestro modo, entonces ¿quién seria el siervo?.

La agonía de Cristo es la agonía de un hombre, un hombre que a la vez es Dios mismo. Siendo pues Dios y hombre a la vez, podemos encontrar una debilidad humana ante la inminente crucifixión: “Cristo es fuerte por ser Dios y es débil porque es humano”. Y en su sufrimiento fue consolado por el Ángel cuando Judas lo traicionó, y si Cristo siendo mayor a cualquier hombre aun así fue consolado, porque habremos de negar la necesidad de ser consolados por un Ángel ó de recurrir a la protección de uno de ellos, pues desde niños rezamos: “Ángel de la guarda…, no me desampares”. ¿Por qué habremos de olvidar esta creencia?, siendo que Cristo aun mas poderoso que nosotros no despreció el consuelo y recibió de aquel Ángel el animó para poder superar aquello, ¿Por qué nosotros siendo menos, habremos de despreciar este regalo?.

Miremos también la transfiguración de Cristo donde Moisés y Elías son presentados en el monte ante los ojos de los Apóstoles: Pedro, Santiago y Juan. Muchos podrían pensar que la presencia de Moisés y Elías significan una aprobación a la labor de Cristo en Jerusalén, pero no será también que en este acontecimiento Dios quiso mostrar a Pedro, Santiago y Juan, la obra que Dios realizó en estos dos hombres del antigua alianza, a tal grado que Dios manifestó la familia celeste siendo esto del agrado de Pedro pues quiso quedarse entre ellos y exclamo: “Señor, es bueno quedarnos aquí, hagamos tiendas para nosotros y para ellos” (San Mateo 17:1-8). Mostrando el Padre a Moisés y Elías nos manifiesta aquello a lo que la especie humana puede aspirar por la acción de Dios, ¿Por qué habremos de desecharlo? Ó ¿Por qué no habremos de compartirlo al transmitir la fe?. Pues aun otros dos evangelistas manifiestan a la Iglesia este evento.

No nos avergoncemos de tener una familia viva en los cielos, de hombres y mujeres que estando en el mundo aspiraron a servir a Dios, pues Dios desde las Sagradas Escrituras nos ha mostrado a que podemos aspirar. No tengamos miedo de pedirle a Dios la compañía de un Ángel que este a nuestro cuidado, pues cuando Cristo sufría recibió de Dios el consuelo por medio de aquel Ángel.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Dios se hizo semejante a los hombres para siempre


En una ocasión estaba reflexionado sobre el matrimonio. Desde mi niñez mis padres velaron y apoyaron por mi educación: pre primaria, primaria, secundaria, preparatoria, universidad, la mayor parte de mi vida me la he pasado estudiando. Al terminar la universidad pensé: ¡Por fin se acabaron para siempre las clases!. Como profesionista recién egresado, me esforcé por trabajar, estructurar un plan de ahorro, e incrementar los conocimientos en mi profesión para poder acceder a mejores oportunidades, todo este esfuerzo debía ser para algo, para alguien, pues desde mi niñez fui enrolado en esta larga travesía de preparación y previsión para “tener algo que ofrecer”. Siendo ya un adulto y viendo mis logros, errores y planes futuros, pensaba: “Todos mis logros y todo lo que tengo sea en el presente o futuro será ofrecido a la mujer que quiera compartir su vida conmigo en Matrimonio. Debo ser sabio, pues seria una lástima que la mujer con quien decida hacer mi vida venga a terminar destruyéndola, ojala me sepan valorar y yo sepa valorarla correctamente. Si en mi matrimonio viene la carencia que mi mujer no me abandone, si viene la prosperidad que no se confíe, si viene la tentación que huya y que no la alimente. En pocas palabras que seamos la compañía mutua y fiel”. ¡Cuantas cosas me pasan por la cabeza!, pero la verdad es que me siento tan bien y tan agradecido, que espero que el Matrimonio sea para vivir mejor y no para vivir peor, pues si es para vivir peor mejor me quedo como estoy.

¿Y todo esto que tiene que ver con Dios?. Creo que Dios es mas inteligente que todos los inteligentes de este mundo, creo que Dios conoce mas sobre la historia que cualquier historiador y aun así creo que Dios conoce mas sobre el futuro que cualquiera que pretenda descifrarlo por cualquier método. Y si para un hombre mortal como yo le es tan complicado encontrar una mujer con la cual comparta su vida y ser una sola carne por aquello que fue dicho: “Por esta causa dejara el hombre a su Padre y Madre para unirse a una Mujer y los dos serán una sola Carne”. También en el sentido religioso debemos entender que el Verbo de Dios se encarnó de María y se unió al genero humano para siempre, dado que el Verbo que no tenía cuerpo físico al nacer de María la Virgen fue visto en el mundo como un hombre, murió y resucitó no como Verbo sino como un hombre, y una vez muerto y resucitado no puede morir jamás y de esta forma Dios se ha unido al genero humano para siempre. Sobre Cristo resucitado podemos leer: “Miren mis manos y mis pies: soy yo. Tóquenme y fíjense bien que un espíritu no tiene carne ni huesos como ustedes ven que yo tengo” (Lucas 24:39).

En el matrimonio dos se unen por amor pues desean hacer una vida juntos hasta que la muerte los separe. Apreciemos como Dios ha deseado unirse para siempre con el genero humano, compartiendo todas sus riquezas y sus triunfos, invitándonos a una unidad que no terminara nunca dado que Cristo es Dios y hombre que vive para siempre, y que no escatimo repartir su Gracia a pesar de nuestros errores e ignorancia, pues El no es un ser que se haya unido al genero humano por conveniencia buscando la felicidad como lo hacen los novios en la tierra, sino que Dios en su Caridad ha mirado la pobreza espiritual de nuestra especie y se ha compadecido haciéndose semejante a los hombres, para que todos los hombres se hagan a semejanza de Cristo y así obtengan las riquezas de su Espíritu.

Dios se hizo semejante a los hombres para siempre.

En las bancas de nuestros templos hay jóvenes llenos de dudas

Estando en la primaria (1984) mi papá nos llevo a una cabina de radio, en aquel entonces no todos tenían acceso a la información como hoy. La persona que operaba la cabina nos puso un tape sobre “futurología”. Futurólogo es la persona que por medio de las estadísticas y análisis del comportamiento social crea hipótesis que suponen la vida ordinaria de las futuras generaciones. Lo que no he podido olvidar de aquel estudio de 1984 fue que el especialista decía: la generación futura próxima aun antes de terminar su desayuno podrán intercambiar información con gente de otros países, no habrá necesidad de salir de casa, y para la primer década del año dos mil, dos hombres contraerán matrimonio. Esto para mi era inimaginable, simplemente mi entendimiento de niño no podía asimilar aquello, es como si alguien hoy sostuviera la creencia de que en treinta años mas el “círculo” se convertirá en “cuadrado” sin dejar de ser círculo.

Tiempo después y aun en mi niñez, en unas vacaciones escuche una conversación entre mi tía que nos visitó desde el Distrito Federal y mi madre; “Hermana, es que en ciudad de México las jovencitas se meten con los novios antes de casarse”, yo como niño me preguntaba: ¿Por qué una mujer desea dejar de ser virgen antes de contraer matrimonio? ¿Qué no para casarse hay que ser virgen?. Recuerdo que en la secundaria (1989) nos dieron la clase de “educación sexual” y como jóvenes nos daba mucha pena hablar sobre el tema delante de los maestros. También recuerdo que estando en la preparatoria (1992) se aprobó una ley para vender preservativos en las farmacias, en aquel entonces como adolescentes ver los condones enseguida de los cigarros y los chicles era algo que no lo percibíamos muy normal. Después estando en la universidad (1995), recuerdo que un amigo fue papá antes de terminar la carrera y su esposa dio a luz antes de casarse, curiosamente un francés con quien teníamos trato en aquel tiempo comento; “En Europa si la gente tiene hijos no se casa, cada quien hace su vida por su lado”, en aquel entonces no podía imaginar que una pareja tuviera un hijo y optara por separarse sin ni siquiera intentar el matrimonio.

Hoy sabemos que la hipótesis propuesta por el futurólogo en 1984 fue acertada, sus estudios sobre el comportamiento social realmente plasmaron el comportamiento social de las próximas generaciones. Hoy el tema de la virginidad ya ni siquiera se comenta incluso suena hasta ridículo, pues se da por sentado el derecho a la relación sexual prematrimonial. Hoy si dos personas tienen un hijo si lo desean se casan ó hacen su vida por distintos rumbos.

Hacia memoria de cómo es que se fue defendiendo todos estos “derechos” en pos de la felicidad: “no necesito estar casado para hacer el amor”, “si no somos felices es mejor separarnos”, “es mi cuerpo y yo tengo derecho a decidir sobre mis deseos”. Y así fue como mi generación creció con frases y argumentos en defensa de la libre sexualidad, creándonos a todos estas ideas ó ideales sexuales que nos traerían una felicidad. Pero hoy en pleno 2010, volteo alrededor y lo que observo es una juventud deprimida, sin ideales, madres solteras, matrimonios que duran menos de un año, abortos, pareciera que el matrimonio para toda la vida es algo inimaginable. Ahora pienso que cuando la sociedad estaba mas acotada en su pensamiento sexual se veía mas feliz.

En las bancas de nuestros templos hay jóvenes llenos de dudas, dudan de la Iglesia, de Cristo, de la moral y de todo, pues hoy todo esta puesto a discusión. Si el padre de familia no vive su fe ni se prepara para conocerla, los hijos menos lo harán. ¿A dónde vamos a parar, si es que como laicos no hacemos nada para educar a otros en la enseñanza de Jesús?.

domingo, 24 de octubre de 2010

¿Por qué vamos a misa entre semana?


Las funciones del equipo de acogida están relacionadas con dar la bienvenida y atender a quienes asisten a la misa, de esto, dijo en una reunión un miembro en mi parroquia; “como no tenemos grupo de acogida, armemos uno para las celebraciones del domingo, pues para las misas de entre semana es menos necesario, pues por lo general siempre asistimos las mismas personas”.

¿Por qué vamos a misa entre semana?, ¿Por qué ir a misa fuera del día domingo, si la Iglesia solo pide el domingo? ¿Para que ó porque ir si no estoy obligado?. Si usted asiste a misa entre semana por primera vez, quizá se sorprenda al ver jóvenes, adultos, ancianos y gente de todo tipo que pudiendo estar haciendo otra actividad como: “nada” ó “dormir”, prefieren asistir a misa y ¡entre semana!. Pero, si usted es de las personas que asiste entre semana a la celebración, se dará cuenta que por lo general entre semana asisten las mismas personas.

En primera creo que yo voy a misa porque me gusta ir, quiero ir, y deseo en un futuro seguir asistiendo pues encuentro en la misa un beneficio. Haciendo un recuento de mi vida desde mi niñez, no recuerdo cuando fue que deje de asistir a misa, quizá debió ser a los pocos años de mi primera comunión. Que curioso es llevar toda una preparación en la niñez solo para poder participar por primera vez en la comunión, y pasando este evento irse alejando poco a poco de la comunión, y en el caso de algunas personas terminar incluso como enemigos ó rivales de Iglesia. Esto me recuerda el porque voy a misa entre semana y también el domingo, aunque ahora como adulto.

Asistir a misa constantemente es también una preparación, ¿preparación de que ó para que?. Es una preparación pues como si fuéramos atletas nos ejercitamos día a día para que nuestra condición no decaía sino que permanezca, para que nuestro rendimiento mejore y poder superar los obstáculos. Todo atleta que descuida su entrenamiento perderá su condición física, y le será mas difícil superar aquellos obstáculos que antes le eran fáciles de superar. Como creyentes en domingo nos preparamos y entre semana también lo hacemos, como si fuéramos niños de catecismo asistimos a una clase que ya no dura varios meses sino que es una preparación para toda la vida, pero ya no esperamos solo recibir una comunión que es gratificante y que podemos romper por nuestra debilidad, sino que nos ejercitamos para no perder una reconciliación prometida que será eterna, a la cual tuvimos acceso el día de nuestro bautismo, que perfeccionamos por la enseñanza guardada, por la frecuencia a los sacramentos, y que indiscutiblemente para poder ser solicitada desde el cielo como herencia es necesario que los herederos veamos la muerte con esperanza, para que resucitemos a semejanza de Cristo.

¿Por qué será que en los funerales, los católicos que participan en la misa entre semana y en domingo lloran menos que quienes no asisten nunca a ella?, ¿Será que lloran menos ó no lloran porque no se compadecen del dolor ajeno?, ó ¿Será que están ejercitados como atletas en la fe, y reciben de Dios la Gracia para poder llevar el dolor con esperanza?.

domingo, 17 de octubre de 2010

El lugar Santísimo del Templo


En la antigüedad, los israelitas peregrinaron por el desierto hacia la tierra prometida y erigieron por mandato de Dios un tabernáculo. Esto era una gran tienda que fungía como templo y era trasladada a lo largo del viaje. Aaron recibió la orden de ser el primer sumo sacerdote en los tiempos de Moisés, la labor del sumo sacerdote consistía en entrar al tabernáculo y traspasar hasta la segunda cortina donde se encontraba el lugar llamado “El Santo de los Santos”, en ese lugar estaba el Arca de la Alianza que contenía en su interior la vara de Aaron y las tablas de los diez mandamientos, estos eran los símbolos de la primer alianza. Solamente Aaron ó su sucesor podía entrar al “Santo de los Santos” para ofrecer en ese lugar sacrificios a Dios, no cualquier hebreo podía entrar a ese lugar, incluso lo tenían prohibido con pena de muerte. Para poder entrar al “Santo de los Santos” se debía ser varón primogénito de la tribu de Levi, recordemos que Israel es un pueblo formado por doce tribus. También, se debía cumplir con la purificación solicitada, esto incluía los preceptos hebreos y la pureza de la vestimenta sacerdotal. Dichas ordenanzas eran muy estrictas, y solamente se podía entrar al Santo de los Santos una vez por año.

Si miramos los símbolos de la Antigua Alianza de Dios con Israel, podremos encontrar las realidades presentes, pues nosotros podemos ver en el Santo de los Santos del tabernáculo de Moisés una prefigura de el Santísimo que es el lugar donde se guarda el Cuerpo y la Sangre de Cristo siendo esto la realidad de la Nueva Alianza. A diferencia de los hebreos para nosotros no existe limitaciones para acceder al lugar Santísimo del templo, esto debemos entenderlo de parte de Dios como un mensaje “ya no hay limitaciones para acercase a El”. Debo decir que para ser un solo cuerpo con Cristo ó comer su cuerpo y beber su Sangre si es necesario la confesión y la penitencia previa, y a esto estamos invitados todos sin excepción.

Hablando de lo que sucede en la actualidad en las parroquias, siento gran respeto por todas las personas que se responsabilizan de una labor dentro de la Iglesia. Hace poco asistí a una reunión y veía como la coordinadora de la vela perpetua hablaba a los presentes, invitando a todos los creyentes a que se acercaran a velar por una hora el Santísimo, esto llamo mi atención por los antecedentes mencionados sobre el lugar Santísimo de la Antigua Alianza y los requisitos necesarios para acceder a tal lugar. Aunque hoy no hay requisito alguno, pareciera que nosotros como creyentes ponemos los siguientes requisitos para ser parte de la vela perpetua: “ser mujer, jubilada ó próxima estarlo”. Creo que es una lastima que en esta Nueva Alianza que Cristo estableció nos privemos de tantos privilegios por nuestra ignorancia.

Si viviéramos en tiempos de Moisés ninguno de nosotros aunque lo deseáramos con todo el corazón y ofreciéramos cantidades de dinero a los sacerdotes, aun así no podríamos entrar al Santo de los Santos en el tabernáculo de Moisés, “era pena de muerte”. Hoy por la Nueva Alianza establecida por Cristo podemos entrar cualquier día de la semana sin ningún requisito, desafortunadamente muchos dicen, “no tengo tiempo”, otros entran al Sagrario pensando en irse, y unos dicen “¿Por qué yo?, ¿no lo podrá velar otro?”, pereciera que el privilegio vino a convertirse en una carga.

¿Y que pensarían ustedes si les dijera que el Santísimo es un pedazo del Reino de Dios?, ¡todos quieren entrar al cielo!, pero a la vez dicen; “no tengo tiempo, que lo haga otro, ojala que esto no dure una eternidad”. Maldita la ignorancia, pero divina la Misericordia.

domingo, 10 de octubre de 2010

Las bases puestas por otros

En una ocasión un ateo retaba a un grupo de creyentes. Éste les decía de la siguiente manera;“Convénzanme de que Dios existe”. Uno contestó; “Bueno, el anuncio de Cristo no es un asunto de convencimiento a terceros, pues ya lo dijo Jesús: toca y se te abrirá, busca y encontrarás, quien pide recibe. Esta por demás entrar en una discusión, mejor, el día que tengas deseos de conocer a Dios simplemente búscalo y lo encontraras. Porque si ya haz escuchado hablar de Jesús, ¿Qué acaso no existe el libre albedrío?, ó ¿Cómo podremos convencerte de la existencia de Dios?, si así fuera, ¿Que utilidad tendría la fe?”. Muchos de nosotros estamos acostumbrados a que algunos nos hostiguen con comentarios referentes al tema de Dios ó la religión. Nosotros como creyentes podemos compartir anécdotas que lleven a la fe, pero el abrirse a este don es decisión de quien escucha. La fe es gratuita para quien la busca.

Previo a la resurrección de Cristo, los discípulos anunciaron en Israel la venida del Reino de Dios, que consistía en proclamar a los Israelitas la llegada del Salvador. Los textos sagrados describen: “Y si en algún lugar no los reciben ni escuchan sus palabras, salgan de esa familia o de esa ciudad, sacudiendo el polvo de los pies”(Mateo 10:14). Este anuncio no tenia la finalidad de convencer ó discutir sino simplemente anunciar. Después de la resurrección de Jesús, la Iglesia naciente recibirá la gran comisión que consiste en comunicar la pasión, la muerte y la resurrección de Cristo, esto es el evangelio.

El Apóstol San Pablo realizó varios viajes con el fin de difundir el evangelio, y debemos decir que el Apóstol no anunciaba el evangelio donde ya hubiese sido anunciado, pues así lo dijo en una de sus cartas: “Pero he tenido cuidado, y de esto me honro, de no predicar en lugares donde ya se conocía a Cristo, y de no aprovecharme de bases puestas por otros” (Romanos 15:20). San Pablo se abstenía de evangelizar en las comunidades ya evangelizadas, al decir “no aprovecharme de la labor de otros” se refiere a la labor iniciada por la Iglesia en ese lugar. Evangelizar no consiste solo en ir a difundir la fe, sino que trae consigo la responsabilidad de adoctrinar en la fe. Sin doctrina firme, solo se multiplicara la confusión y esto llevara a las divisiones y los pleitos. La evangelización desde el siglo primero fue una labor estructurada y no disgregada.

Aunque el nombre de Jesucristo es conocido en nuestra comunidad, no por esto dejaremos de hablar de Cristo. Pero debemos comunicar a Jesús de forma estructurada, como creyentes en un solo cuerpo, no desarticulados unos de otros, pues antes de nosotros hubieron hombres que emprendieron arduas travesías para traer el evangelio a estas tierras, y hablaron de Cristo a los nativos que jamás habían escuchado un mensaje igual. Esta es la evangelización de la que habla San Pablo, a esto se refiere en no competir con la labor emprendida por otros.

Si San Pablo viviera hoy entre nosotros, quizá se abstendría de evangelizar a los ya evangelizados, pero lo haría para convertirse en maestro ó para ser recibido como forastero que busca tierras donde nadie conozca a Jesús. Si San Pablo viviera, sin duda se sumaria a la labor emprendida por otros, para dar ejemplo a los creyentes y los no creyentes de que la fe Cristiana debe conservar un mismo hablar, un mismo sentir y ser un solo cuerpo.

Vivamos pues tal unidad, construyendo sobre la obra que otros creyentes iniciaron.

domingo, 3 de octubre de 2010

No te harás imagen, ni semejanza


Los hebreos vivieron mucho tiempo en la tierra de Egipto, pero llegado el momento se multiplicaron tanto que representaron un peligro para los intereses del Faraón. Por esta causa, Egipto exploto al pueblo de Israel cometiendo con ellos grandes injusticias. Fue entonces que Dios envío a Moisés para liberar a Israel de la esclavitud del Faraón. Los Egipcios eran politeístas e Israel tenia una revelación limitada en el conocimiento de Dios, y es en el Sinaí donde Moisés recibe de Dios los diez mandamientos. Literalmente el primer mandamiento dice así: “Yo soy Yahvé, tu Dios, el que te sacó de Egipto, país de la esclavitud. No tendrás otros dioses fuera de mí. No te harás estatua ni imagen alguna de lo que hay arriba, en el cielo, abajo, en la tierra, y en las aguas debajo de la tierra. No te postres ante esos dioses, ni les sirvas, porque yo, Yahvé, tu Dios, soy un Dios celoso” (Éxodo 20, 2-5). Debemos entender que la conciencia Israelita de la época estaba impregnada de la influencia politeísta.

Tiempo después, cuando Dios ordena a Moisés la construcción del tabernáculo ó el lugar de adoración. Dios pedirá la construcción de querubines, arcángeles (Éxodo 25,18), y figuras talladas que serán una representación del santuario celestial y serán consagradas como objetos del Templo. Siendo estas piezas una pedagogía para que los hebreos descubran por ellas la similitud con el templo celestial ó el cielo, sin existir en estas piezas ningún motivo de pecado. La carta a los Hebreos se refiere a este evento; “Los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte” (Hebreos 8,5). El Tabernáculo de Moisés es una representación del mundo celestial.

Volviendo a citar el primer mandamiento para llevarlo a un contexto mas actual; “No tendrás otros dioses fuera de mí. No te harás estatua ni imagen alguna de lo que hay arriba, en el cielo, abajo, en la tierra”. Sin duda el mandamiento esta ligado con evitar la idolatría, que significa poner algo por encima de Dios, sean el dinero, las posesiones, ó logros personales, etc. Jesús lo traducirá como; “Amaras al Señor tu Dios con todo tu corazón, y sobre todas tus cosas”. Pero referido a “no te harás semejanza alguna de Dios”, yo tengo mi opinión. Previo al ministerio de Jesús, existieron dos hombres conocidos como “Judas el Galileo” y “Teudas”, quienes se mostraron ante los hebreos como Mesías, esto es una copia del Cristo verdadero, y quienes siguieron la copia también cargaron con el error de estos dos hombres.

Actualmente hay quienes hacen ó interpretan a Cristo a su modo ó antojo, abriéndole la puerta al sectarismo, distorsionando la enseñanza heredada por los Apóstoles y los Padres. Muchos grupos promueven con libertad su propia interpretación de las Sagradas Escrituras haciendo de sus doctrinas una “imagen ó copia” de la Palabra de Dios, mostrándola a otros como autentica ó genuina. Una interpretación equivocada que se enseña a otros como verdadera simplemente confunde y divide. Quien se aferra a su interpretación solo por sentirse iluminado y rompe su comunión con la Iglesia, ha hecho de su interpretación “un ídolo”, pues San Pablo llama a la Iglesia como la columna y el baluarte de la Verdad de Cristo (1era de Timoteo 3,15).

No fabriquemos por la ignorancia una semejanza de Dios ó de la Iglesia.

domingo, 26 de septiembre de 2010

La emoción

En lo personal me gusta mucho el dibujo, desde niño siempre tuve la habilidad para dibujar, recuerdo que cuando veía manchas en las paredes ó en los pupitres y las formas de las manchas se asemejaban algún animal ó personaje, yo con el lápiz ó el crayón delineaba la figura y añadía elementos para que la mancha se pareciera aun mas a lo que yo imagine. ¿Quién no ha mirado las nubes y ha dicho?, “mira, parece un animal”, ó ¿Quién no ha visto las sombras en los cerros y expresado?, “mira, parece el perfil de una persona”, incluso decimos que la luna tiene un conejo, pero cuando una mancha se asemeja a un símbolo religioso muchos entran en emoción y dicen: “¿Será un milagro?”, “¡Es un milagro!”.

Se dice que en una población lejana, una humedad sobre una barda formo una imagen que se asemejaba a la del Cristo de la divina misericordia, entre los católicos unos creían y hacían mandas y otros no sabían que pensar, los protestantes se burlaban porque decían que eso no estaba en la Biblia, y el párroco a sus adentros pensaba: “No conviene tomar postura, no valla ser que me mal entiendan y confunda mas a la gente, mejor sigo anunciando la enseñanza de la Iglesia pues para eso fui ordenado y esa es la voluntad de Cristo”.

Narrare ahora una anécdota personal. Después de mi primera comunión paso muchísimo tiempo para que yo de nuevo volviera a comulgar, tal vez porque crecí y fui perdiendo la Fe, ó quizá porque lentamente me deje guiar por todas las enseñanzas distintas a la Iglesia. Pero cuando la Fe llego de nuevo, y de nuevo la confianza en la Iglesia, volví a comulgar después de muchísimo tiempo y sentí un baño espiritual, una renovación en mi mente y en mi espíritu. Hoy trato de comulgar frecuentemente, pero ya no siento en cada comunión aquel baño del Espíritu Santo descendiendo sobre mi, ¿Por qué?, ¿Por qué antes si sentía y ahora no?, ¿Será que Dios se olvido de mi?. Después entendí que mi actitud era muy egoísta, ¿Por qué me interesa solo lo que yo sienta?, ¿Porque no me pregunto, que siente Cristo cada vez que yo comulgo?, ¿Qué solo lo que yo sienta es lo que interesa y lo que sienta Cristo no interesa tanto?. Aunque en la tierra no sintamos gran cosa, el relato de la oveja perdida afirma; “Alégrense conmigo, porque he encontrado la oveja que se me había perdido. Yo les digo que de igual modo habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que vuelve a Dios que por noventa y nueve justos que no tienen necesidad de convertirse.” (Lucas 15; 6,7). Esto lo entendí muy bien, hay alegría en el cielo aunque en la tierra no sintamos nada.

Volviendo al relato de la humedad en forma del Señor de la divina misericordia. ¡La comunidad estaba emocionada!, el propietario de la barda se sentía escogido por Dios, se hacían grupos de oración entorno a la barda, flores, canciones, veladoras, fotos de familiares fallecidos a los pies de la barda, chamacos comiendo raspados y paletas, promesas de conversión, lagrimas, peticiones, etc. Entre mas fama ganaba la barda de la misericordia mas se polarizaba la comunidad, los protestantes insistían que eso no estaba escrito, y los devotos decían: “Dios nos visito”. Mientras tanto, el Párroco de aquella comunidad diariamente ofrecía a Cristo para todos en la Eucaristía, elevando el pan, pronunciando las palabras para consagrarlo citando las Sagradas Escrituras. Pero la gente de aquella comunidad no asistía a la comunión simplemente porque en aquel acto ¡no sentían nada!. Al tiempo la humedad se fue de la barda y también se fue la gente, pero la Iglesia siguió.

domingo, 19 de septiembre de 2010

La adoración a Dios


Israel era un pueblo formado por doce tribus extendidas a lo largo de Canaán, todas las tribus tenían como sede religiosa la ciudad de Jerusalén por su templo. El templo de los hebreos era de suma importancia porque en el habitaba la presencia de Dios, dentro del templo en el lugar llamado “El Santo de los Santos” estaba el arca de la Alianza, y dentro del arca estaban la vara de Aaron y las tablas de Moisés que contenían los diez mandamientos del monte Sinaí.

La historia de Israel relata que las tribus del norte de Canaán fueron desterradas a Babilonia, quedando en el sur de Canaán la sede religiosa en Jerusalén con solo dos tribus, Judá y Levi. Las diez tribus restantes estando en Babilonia se convirtieron en mestizos, siendo los samaritanos el fruto de la mezcla entre dos razas. Cuando los hebreos mestizos son liberados de Babilonia y retornan al norte de Canaán establecen su sede religiosa en la ciudad de Samaria, buscando retornar a sus raíces hebreas establecen un culto similar al de los hebreos de Jerusalén. Esta nueva sede traería un celo entre los samaritanos y los de la tribu de Judá. Para los Judíos, la sede era Jerusalén y ahí se debía adorar a Dios pues ahí estaba el templo y la promesa de Dios dada a Salomón (2da de Crónicas, Cap. 5-7).

Tiempo después el evangelista San Juan narrará la platica entre Jesús y la samaritana, siendo la ciudad de adoración una interrogante para esta mujer; “Los patriarcas adoraron en este monte, pero los Judíos dicen que en Jerusalén se debe adorar a Dios, ¿Dónde se debe adorar?” (San Juan 4:20). Jesús responderá a la samaritana que el Mesías viene al mundo por la descendencia de la tribu de Judá, y que en la Nueva Alianza se dará culto a Dios en Espíritu y en Verdad. De esta nueva adoración (de la cual participamos actualmente), otra cita del Evangelio nos dará otra señal, pues una platica entre Jesús y los fariseos, dice: “Destruyan este templo y yo lo reconstruiré en tres días” (San Mateo 27,40), los fariseos no entendieron las palabras de Jesús pues solo imaginaban el templo construido por el Rey Salomón en Jerusalén, pero Jesús se refería a su propio cuerpo como templo de Dios, señalando tres días para referirse a su resurrección.

Tras la resurrección de Cristo, los Apóstoles se refieren a nuestro cuerpo como “El templo del Espíritu Santo” (1º Carta a los Corintios 6,19), pues por los sacramentos hacemos presente a Dios dentro de nosotros. Como ya mencione, para los Israelitas el templo era de suma importancia pues en el habitaba la presencia de Dios y los elementos de la Antigua Alianza establecida con Moisés. Para nosotros en la Nueva Alianza, por el sacrificio de Cristo nos convertimos en templos ó sagrarios de Dios, pues por Jesús nos alimentamos del Cuerpo y la Sangre de Cristo que son piezas centrales en el establecimiento de la Nueva Alianza (San Mateo 26,28).

Miremos a los samaritanos que por el destierro perdieron las nociones religiosas y establecieron una sede distinta con un culto similar pero incompleto. Jesús nos ha compartido su cuerpo y su sangre haciendo de nuestro cuerpo su sagrario, su casa de oración. No seamos movidos por la ignorancia religiosa, no establezcamos un culto distinto pero similar al instituido por Cristo, no nos hagamos mestizos con las creencias extrañas al Cristianismo de los Apóstoles. Malo es acostumbrarse a vivir en el destierro, lejos del templo de Dios, nuestro cuerpo es el templo del Espiritu de Dios porque somos su sagrario, un templo sin la presencia de Dios no es templo de nada, aunque exteriormente luzca similar.

sábado, 11 de septiembre de 2010

Los valores y la utilidad

¿Cómo podemos valorar el costo de las cosas?, por lo general el costo de las cosas va asociado con la “renta” ó el “beneficio que estas otorgan”. Una definición sencilla para la palabra “renta” es la utilidad ó beneficio que nos rinde una cosa. A mayores beneficios mayor el costo del bien. Cuando recibimos de una inversión inicial un ingreso constante que cubre los gastos de operación decimos que un negocio es “rentable”. A mayor utilidad mas deseable es el negocio, a menor utilidad el negocio es menos deseado y vale menos.

En una ocasión, un hombre compro 5 hectáreas a $60 pesos por m2, sobre ellas desarrollo un proyecto, solicito permisos y compro los derechos para introducir servicios, hizo tercerías, construyo una barda perimetral, colo guarniciones y banquetas, e hizo una calle interior que conecto al Blvd. principal, y en el acceso puso con cartel que decía: “Venta de terrenos, lotes desde 150 m2 a solo $1,200 pesos por m2”. Podemos decir que este hombre recibirá una “renta” ó “utilidad” bruta de $1,200 pesos por cada m2. Este inversionista incremento el “valor” de su propiedad pues añadió “beneficios” (servicios, barda, calles, etc).

Aplicando esta parábola a la vida de las personas y fuera de las expresiones monetarias, debemos reconocer que las naciones necesitan ciudadanos que otorguen “beneficios” mas que perjuicios, esto significa que los individuo sean de “utilidad” a sus comunidades pues todos formamos parte de una comunidad y de esta forma todos damos y recibimos beneficios, así es como en base al “beneficio” viviremos en una mejor ó peor sociedad. Se dice que la sociedad ha tenido una gran perdida, cuando fallece una persona que por su vida y ejemplo otorgaba beneficios y era de utilidad para muchos. Podemos decir entonces, que una persona rinde mayor “utilidad” a su comunidad en razón a la practica y la convicción de los “valores”: “ética, fidelidad, respeto, compromiso, apego a la verdad, etc.”. Siendo los valores, aquellos conceptos que elevan la calidad de las personas y la comunidad. Una persona que desee ser valorada positivamente por su comunidad, deberá crecer en valores para aumentar su capacidad de otorgar beneficios a terceros y para si. Como ya mencione, la comunidad recibirá ó se privara de los beneficios emanados de los valores que practiquen ó dejen de practicar los miembros que integran tal sociedad.

Cuando empezamos a ver la perdida de los valores en una sociedad, como miembros de ella dejamos de recibir beneficios, pues se multiplican las cosas que le restan valor: “corrupción, desintegración familiar, alcoholismo, etc”. Si habláramos de la sociedad en el sentido monetario lo entenderíamos claramente: “la sociedad ha perdido valor, se devalúo”, recibiremos menor “utilidad” de ella porque ha decrecido su valor. Es preferible emigrar.

Volviendo al aspecto individual, digo que estimamos a los demás en relación con sus valores: “decencia, compasión, compromiso, etc.”. Por esto deduzco que la practica de la vida Cristiana nos añade valor, pero para practicar primero hay que conocer, y para conocer primero hay que creer.

Jesús como el inversionista a lo que valía poco le añadió valor por medio de su enseñanza, y así la humanidad recibe beneficios por la vida de los hombres que han perseverado en la practica del Cristianismo. Esto añade valor también a la sociedad.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Por la santidad de uno


En la creencia antigua de los Israelitas toda circunstancia buena ó mala de la vida se le atribuía su origen en la voluntad de Dios. Si la comunidad era afortunada económicamente, la creencia antigua suponía que esto era una bendición de Dios, por el contrario si una desgracia caía sobre ellos, sea terremoto ó invasión, la interpretación de la época era que Dios había enviado un castigo.

Los primeros cinco libros de la biblia fueron escritos por Moisés y a esta colección se le llama Pentateuco. En tiempos de Moisés los hebreos aun no sabían que Dios es amor y percibían la religión de este modo, pero nosotros por Cristo sabemos que Dios es amor. De tal modo, debemos leer los textos antiguos estando concientes de la revelación que tenia el autor sobre Dios en su época, pues recordemos que Jesucristo completa la revelación muchos siglos después.

Aun así, Moisés escribe cosas de las cuales podemos aprender si las leemos desde la enseñanza dada por Jesús. Moisés escribe en Génesis la destrucción de Sodoma y Gomorra mencionando la intercesión de Abraham para la salvación de los justos. Génesis dice de esta forma: Dijo entonces Dios, “Las quejas contra Sodoma y Gomorra son enormes, y su pecado es en verdad muy grande. Voy a visitarlos, y comprobaré si han actuado según esas quejas que han llegado hasta mí. Si no es así, lo sabré”. Los hombres partieron y se dirigieron a Sodoma, mientras Dios se quedaba de pie delante de Abrahán. Se acercó entonces Abrahán y le dijo: “¿Es cierto que vas a exterminar al justo junto con el malvado? Tal vez haya cincuenta justos dentro de la ciudad: ¿es cierto que vas a acabar con todos y no perdonar el lugar en atención a esos cincuenta justos?. ¡Tú no vas a hacer algo semejante, permitir que el bueno sea tratado igual que el malvado! ¿O es que el juez de toda la tierra no aceptará lo que es justo?”, Dios le dijo: “Si encuentro en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré a todo el lugar en atención a ellos”. (Génesis 18:20-26).

El relato de Moisés indica que Abraham busco cincuenta justos y no los encontró, Abraham solicito a Dios el perdón de toda la comunidad en caso se encontrar solo treinta justos, Dios acepto pero Abraham no los encontró, y Abraham pidió de nuevo a Dios el perdón de toda la comunidad en caso de encontrar solo diez justos, Dios acepto perdonar a toda Sodoma en atención a esos diez justos, pero Abraham no encontró en Sodoma ningún justo.

La enseñanza que nosotros podemos retomar de esto, a mi modo personal de ver, es que si en Sodoma hubiera existido un solo justo, esta comunidad hubiera recibiría el perdón de Dios en atención a este solo justo. Por esta razón, miremos nuestras comunidades y entendamos que en ellas habita Jesucristo en el sagrario, y es por atención a Cristo que Dios ha decidido otorgar el perdonar a quien lo busque, a pesar de que nuestras acciones sean malas ó a pesar de que caigamos en los mismos errores.

Considerémonos afortunados por tener a Cristo, dado que por su resurrección y su vida, es posible la resurrección y el perdón de todos.

domingo, 29 de agosto de 2010

Piedad


Si algún extraño nos pide un vaso con agua, ¿habríamos de negárselo?. ¿Qué sacrificio podrá ser dar un vaso con agua a un desconocido?, pero ¿Qué clase de satisfacción podrá sentir quien la recibe?. Todos tomamos agua a diario, la tomamos por placer y por necesidad. Sabemos que quien deja de tomar agua por un periodo prolongado caerá enfermo, estará débil, y será incapaz de razonar coherentemente por la deshidratación. Jesús dijo tener el agua viva que satisface la sed interior de todo ser humano, e independientemente de la creencia personal de cada quien, el espíritu de cada quien busca a Dios, aunque en el entendimiento lo interpreten de distintas maneras.

Las personas que tienen Fe beben de las aguas que Jesús da, y lo hacen porque les satisface ò por necesidad. Acercarse a Dios permite a las personas crecer interiormente porque la oración permite una introspección interior, y este tipo de prácticas nos dan por gracia una claridad para ordenar nuestras ideas. Acercarse a Dios es acercarse a la paz, y la paz que Dios tiene nos la regala cuando nos acercamos a El, y lo hace por piedad sin distinción pues Dios no necesita nada de nadie. Esta paz dada solo por El es satisfactoria y necesaria para la vida de cualquier hombre, por esta razón y por muchas que no citare Jesús se dice tener el agua viva.

Dios quiere que demos a otros el amor que El nos ha dado, ¿habremos de negarle a otros lo que hemos recibido de Dios? siendo que Dios tiene piedad de nosotros en cada momento que nos acercamos a El, ¿actuaremos sin piedad, negando a otros el amor que Dios nos dio en Jesucristo?. Actuar con piedad es otorgar a todos sin distinción lo que Dios nos ha otorgado, pues Dios a nadie excluye sino que a todos nos invita. Dios es quien practica el amor desde el principio para con todos sin distinción y sin importar su procedencia conozcan que El es amor. Dios quiere que todos se enamoren de las cosas que El ha hecho y las usen con amor, porque El ha hecho todo con amor, ¿Cómo pediremos piedad a Dios, actuando sin piedad a la creación?, fuera de Dios todo es creación, el cielo, la tierra, los bosques, los mares, y los hombres.

Ten piedad para con todos aunque parezca injusto mas no quebrantes las leyes civiles, ten piedad para con todos porque Dios con todos ha tenido piedad, pues todos sin importar quienes sean, que pienses ò que hagan han sido beneficiados por Dios sin merecerlo.

Detén el pleito alejándote de el, detén la mentira no abriendo tu boca, detén la calumnia no prestando oídos, actúa con piedad y no te vistas de juez, porque Dios quiere llamarte hijo y no juez del mundo. No te enojes con nadie por los errores que hay en el mundo, ni te enfades porque crees que el mundo esta dañado y enfermo, ¡ten piedad del mundo y busca atenderlo como se atiende a un enfermo!, pues si te hicieras un examen medico te darías cuenta que tu organismo no esta del todo sano, así que ten piedad.

Regala un vaso con agua al sediento, comparte la fe si la tienes y no la estimes en menos, pues tú no conoces la satisfacción de aquel que la recibe.

domingo, 22 de agosto de 2010

Imagen fiel


En ocasiones vemos publicidad mediante fotografías en revistas ó anuncios panorámicos, estas imágenes nos muestran una realidad donde se suma algo de ficción, pues la tecnología añade atributos por encima de la realidad: intensidad de color, contraste, luminosidad, corrección de forma, etc. Al ver imágenes de conjuntos habitacionales donde se muestran las áreas verdes, casas muy bonitas, niños jugando y papas enamorados, percibimos una realidad que existe mas no en su totalidad, pues pareciera que nunca hará calor, que no existen los mosquitos, las hipotecas, los vecinos problemáticos ó las discusiones de pareja. El mundo no es color de rosa, mucho menos los que vivimos en el.

Decía un libro titulado “seis sombreros para pensar”, que la realidad era parecido a imprimir una fotografía, y que en ella hay varios tonos: “rojo, negro, blanco, amarillo, etc.”, rojo es ver el mundo con pasión, negro es ver el mundo fatalista, blanco es ver el mundo con confianza, amarillo es analítico, etc. Aunque el libro habla sobre el análisis de gerencia de empresas, el autor nos pide que miremos los problemas desde distintos ángulos para poder percibirlos completamente, pues esta es la mejor forma de tomar decisiones. Si yo veo un mundo totalmente blanco y doy mi confianza a cualquiera, no es de extrañarse que alguien se aproveche de mí. En cambio si soy totalmente negro limitare mi posibilidad de desarrollo por ser totalmente negativo. Así que para ver mejor, debo pensar en varios colores, incluso ponerme el “sombrero” de quien ve el mundo blanco, negro, amarillo, para percibir la realidad de otro y así entablar una comunicación.

Todos los colores se complementan entre si y al final nos dan un retrato de la realidad, pero a diferencia de la publicidad donde los colores se maximizan con fines de lucro mostrando una realidad exterior atípica, debo sumar también la realidad interior, ¿Qué imagen tengo yo de mi? y ¿Qué imagen tienen los demás de mi?, ¿Habrá diferencias enormes ó habrá algunas semejanzas?. Como no podemos saber completamente lo que los demás piensan acerca de nosotros, en primera porque no nos conocen completamente, y en segunda porque quizá teman decir lo que en verdad piensan, me enfocare más bien en nuestro ser interior, ¿Qué debemos buscar? “la coherencia”, que nuestra imagen interior sea coherente con nuestra imagen exterior para mostrar una imagen fiel. Hay quienes muestran una imagen de ellos mismos y ocultan otra dependiendo el grupo social, si están en la Iglesia son muy persignados, si están con los amigos muy reventados, nunca dicen lo que realmente piensan sino que aprueban lo que el grupo aprueba.

Sobre la honestidad, San Agustín tiene una frase muy conocida: “Señor, dame el don de castidad pero todavía no”, pareciera que lo dijo un sin vergüenza, pero la verdad es que San Agustín se mostró como realmente es ante Dios, con sus deseos buenos y malos, mostró una imagen coherente y completa de si mismo. También, se dice que un ateo hizo una oración a Dios y dijo de esta forma: “Señor en quien no creo, Padre que no reconozco, te pido si es que me escuchas, tengas compasión de mí por mi ignorancia e incredulidad”, creo que si existieran más ateos que hablaran con tal sinceridad habría más conversiones, pues aunque muchos no creen por ideología y desean conservar esta imagen en lo exterior, en su interior dudan.

No tengamos miedo de mostrarnos ante Dios y los demás como realmente somos, no vendamos una ficción de nosotros, eso es publicidad. A fin de cuentas todos tenemos errores y virtudes, cosas por aprender y enseñar.

domingo, 15 de agosto de 2010

sabado ó domingo


Hace poco me toco discutir con un adventista sobre el tema del sábado. Primero debo decir que el surgimiento de los adventistas del séptimo día se da cuando William Miller un ex metodista de E.U., militar y agricultor postula una serie de hipótesis bíblicas referentes al segundo advenimiento de Cristo, estos postulados serian conocidos como: “El movimiento Miller” entre 1830 y 1940, dando las bases teológicas para los adventistas del séptimo día, influyendo también en Charles Taze Russell fundador de los Testigos de Jehová.

Los adventistas modernos justifican la observancia del sábado en el decálogo de Moisés y otros libros del Pentateuco, los adventistas hacen una apología del sábado acusando a los cristianos de no guardar los mandatos de Dios por sustituir el sábado por el domingo. Defienden que Dios en el antiguo testamento instauro el sábado como día de reposo, y que no existen versículos bíblicos en el nuevo testamento que confirmen el cambio del sábado por el domingo. Alegan también que San Pablo asistía a las sinagogas en sábado y que por esto nosotros debemos reunirnos tal día.

En aquella ocasión, afirmé al adventista que el sábado judío y el domingo cristiano tienen significados distintos, el sábado para los judíos es un día de reposo y reunión sagrada y no es un día de sacrificio de corderos, sino que según la ley judía el día siguiente al sábado debía sacrificarse un cordero como ofrenda a Dios (Levítico 23:11,12). En esta tradición judía podemos encontrar una prefigura de Jesucristo como “cordero de Dios”, y aunque Jesús fue sacrificado el viernes, Dios confirma al mundo que Jesús es el cordero sin mancha resucitándolo el día siguiente al sábado. En resumidas cuentas, para el judío el sábado es reposo y reunión, y para nosotros el domingo es día de resurrección, los motivos son distintos. Por otra parte, San Pablo si asistía a las sinagogas los sábados como afirman los adventistas, pero asistía no por apego al sábado de Moisés, sino que su fin era anunciar a los judíos el papel mesiánico de Jesucristo (Hechos 13,44), pues los judíos se congregaban los sábados en las sinagogas para escuchar la ley de Moisés (Hechos 15,21).

Para finalizar debo decir que en el primer siglo de la Iglesia sucedió una discusión similar con un grupo denominado “judaizantes” (religiosos judíos que creían en Jesús como Mesías), los judaizantes procuraban que los Apóstoles evangelizaran e inculcaran las tradiciones hebreas a los nuevos creyentes incluyendo el sábado, de modo que un griego, etiope, romano ó extranjero que abrazaba la fe cristiana, también debía abrazar los mas de seiscientos mandamientos de Moisés para poder salvarse. De este acoso de los judaizantes hacia los nuevos creyentes ajenos a Moisés, San Pablo escribirá en la carta a los colosenses una retórica para poner fin aquellos judaizantes que insisten en exigir preceptos de la antigua ley: “Por tanto, que nadie los venga a criticar por lo que comen o beben, por no respetar fiestas, lunas nuevas o el día sábado” (Colosenses 2,16). En este verso podemos entender que para San Pablo guardar ó no guardar el sábado ó dar atención a prácticas antiguas era irrelevante e innecesario dentro de la cátedra de los Apóstoles.

Los Apóstoles se reunían el primer día de la semana para la fracción del Pan (Hechos 20,7), esta fracción es el cuerpo de Cristo, cordero de Dios dado en sacrificio, resucitado de entre los muertos el día siguiente al sábado.

domingo, 8 de agosto de 2010

Este es el Pan Vivo que descendió del cielo


Dijo Dios: “hagamos al hombre a imagen y semejanza nuestra…”, pero pasado el tiempo el hombre por su propia libertad peco y murió, y dijo Dios: “Del polvo te saque, y al polvo vuelves, polvo eres y en polvo te convertirás…”. Y así la vida infinita que el hombre tenia se perdió culpa del pecado, pues por el pecado entro la muerte.

Siendo los hombres ciegos en su espíritu y estando sujetos a la servidumbre de esta vida por temor a la muerte, pensaron en sus corazones: “vida solo hay una…”, y así es como todos los hombres buscando disfrutar su vida se afanaron por alcanzar cosas terrenales, se hicieron esclavos del trabajo con tal de hacer riquezas, se afanaron todos por alcanzar bienes y todo aquello que los hiciera sentir superiores, y de esta forma los hombres adoraron las riquezas.

Dijo Dios: “Miren como el hombre en su corta vida se a inclinado por las riquezas materiales, y es que toda riqueza que nace de la tierra también a la tierra regresa por ser polvo. Es necesario que el hombre conozca la riqueza del Espíritu que no es polvo y que permanece para siempre”.

Siendo el hombre ciego para ver a Dios y dudando por esta causa de la certeza de su existencia, dijo Dios: “Yo mismo del polvo me vestiré, pues el hombre adora todo aquello que es terreno, todo aquello que de la tierra nace y que a la tierra regresa, pero mi Espíritu del cielo es y al cielo vuelve. Ojala así puedan conocerme y adorarme para que entren al lugar donde Yo estoy”.

Y de esta forma fue como Dios descendió hacia donde estaban los hombres, y Dios siendo eterno sin ser hecho del polvo, como del polvo se mostró a los hombres, no en forma de oro ó cualquier otra riqueza, sino que Dios en el cielo exclamo: “¿Habrá algún hombre que busque primero el oro antes que el pan?, ¿No buscaran todos primero el alimento?, si son sabios ó indoctos, ancianos ó niños, todos por temor a la muerte buscaran primero el alimento”. Y así fue como Dios descendió hacia los hombres en forma de Pan.

Estando pues Dios en el mundo, los sacerdotes de Dios oraban y mostraban a los hombres a Dios en forma de Pan, muchos creyeron a la palabra de los sacerdotes y otros no, pero unos estando ciegos en su alma así mismos se decían: “¿Cómo es que nos piden adorar a un trozo de Pan?, ¿Qué puede hacer el Pan en la vida del hombre?”. Pero los sacerdotes exclamaron a los hombres por los siglos: “¡Este es el Pan Vivo que descendió del cielo, el que come de este Pan vivirá eternamente!, lo que es del polvo al polvo regresa, lo que es del cielo al cielo va”. Pero aun así, muchos hombres a lo largo de la historia siguieron siendo siervos de las riquezas terrenales, las adoraban con sus ojos, las deseaban en sus pensamientos y cuando las obtenían ¡no las compartían para no profanarlas!.

Así vivieron muchos hombres por muchos años, sin entender que para el Reino de Dios toda riqueza terrenal ó todo aquello que pueda ser alcanzado por el hombre es como un simple trozo de pan, migajas nacidas del polvo y que al polvo van.