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miércoles, 11 de julio de 2012

La sombra de lo que estaba por venir


Muchos hemos visto esos programas donde ponen a una persona de espaldas y la entrevistan, por alguna causa prefieren reservar su identidad, mientras los espectadores solo escuchan sus palabras sin poder conocer su rostro. Por sus palabras se puede saber que le ocurrió y por su silueta distinguir algunos rasgos físicos, pero para poder reconocerla entre la multitud necesario que nos muestre su rostro primero para saber cómo es realmente.

En una ocasión Moisés se reúne con Dios y este no le permite ver su rostro solo apreciarlo de espalda: Entonces dijo Moisés: “Déjame ver, por favor, tu gloria”. Él le contestó: “Yo haré pasar ante tu vista toda mi bondad y pronunciaré delante de ti el nombre de Yahveh; pues hago gracia a quien hago gracia y tengo misericordia con quien tengo misericordia”. Y añadió: “Pero mi rostro no podrás verlo; porque no puede verme el hombre y seguir viviendo”.       Luego dijo Yahveh: “Mira, hay un lugar junto a mí; tú te colocarás sobre la peña. Y al pasar mi gloria, te pondré en una hendidura de la peña y te cubriré con mi mano hasta que yo haya pasado. Luego apartaré mi mano, para que veas mis espaldas; pero mi rostro no se puede ver” (Éxodo 33; 18-23). Siempre llamó mi atención el porqué Dios no se muestra completo a Moisés y es que este episodio está relacionado con la revelación de Dios al pueblo de Israel. Moisés para los judíos es el gran pilar, el libertador, el siervo de Dios, el gran profeta de quien recibieron los diez mandamientos, las leyes y la alianza. Pero tal cosa es el judaísmo y la primera alianza, es como tener una silueta de Dios solo para darse una idea de lo que es, debemos estar consientes de esto cuando leemos el antiguo testamento, pues, Dios no se muestro de un modo completo a Israel porque era necesario preparar al pueblo gradualmente hasta la venida de Jesucristo. El antiguo testamento nos parece contradictorio hoy porque es como querer describir el rostro de un Dios que estuvo de espaldas, siendo que Cristo nos ha muestro como es Dios realmente. El judaísmo no está equivocado sino que está incompleto, solo ven la espalda de Dios.  



Muchos católicos leen el nuevo testamento hoy y no sienten una gran concordancia entre la práctica de los Apóstoles y la Iglesia de hoy, más allá de la eucaristía y las bienaventuranzas no alcanzan a distinguir esa armonía que existe entre la catolicidad y las escrituras. El judaísmo y el antiguo testamento es como un boceto incompleto de la Iglesia católica con Jesucristo, si lo quiere ver de una forma esquemática: “el judaísmo es como apreciar la silueta de una Iglesia y un Dios que esta despaldas pero que viene hacia nosotros y la Iglesia es como un judaísmo que tiene a Dios de frente…”, hay muchas similitudes, pero en la “silueta” no en la enseñanza sino en la forma y en sus rasgos. El judío ahora católico Roy H. Shoeman afirma que la Iglesia Católica es como el judaísmo de la nueva alianza. En Jesucristo, Dios muestra su rostro completo, ya no es una silueta sino una revelación completa, es así como la Iglesia junto a Jesús se muestran en la unidad de un mismo cuerpo. Parafraseando al Apóstol San Pablo; “todas las practicas del antiguo testamento eran solo la sombra de aquello que estaba por venir…”.