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miércoles, 20 de marzo de 2013

Los judíos, nuestros hermanos mayores


Hoy en día tenemos Biblias de todo tipo de versiones, para católicos las más comunes “latinoamericana” y “Jerusalén”, para evangélicos las más populares “Reina Valera”, “Versión internacional” ó “King James”, para adventistas norteamericanos la “Biblia de la palabra clara” con comentarios de Elena G. White, también, la Biblia ecuménica “Dios habla hoy” para católicos y evangélicos, para Testigos de Jehová la versión “la traducción del nuevo mundo”, para Mormones es común “Reina Valera” mas “el libro del Mormón”, para Menonitas una versión medieval escrita en alemán extinto, cada credo tiene versiones para su público “la Biblia para la mujer”, “la Biblia para jóvenes” ó “la Biblia ilustrada para niños”.      
Me gusta leer y conocer sobre Judaísmo porque creo que es una buena forma de dar una apología de nuestra fe Católica. Todos los discípulos de Jesucristo fueron judíos, los samaritanos en realidad tenían raíces hebreas de sangre y de culto pero los judíos los veían con desagrado por ser mestizos, Jesús en sus enseñanzas en ocasiones pone de ejemplo a los samaritanos para mostrar que el amor al prójimo no es exclusivo de las correctas teologías ó el linaje perfecto y puro que con tanto celo guardaban los judíos. Jesús pone de ejemplo a un hombre piadoso de samaria más no la cátedra del culto dado en samaria, de ello podemos entender que hasta los ateos pueden ser ejemplo de piedad para nosotros pero eso no significa que el ateísmo sea el camino.  
El judaísmo es importante como recurso de apologética porque los apóstoles en realidad eran judíos bautizados, a excepción de Lucas todo el nuevo testamento fue escrito por judíos seguidores de Jesucristo que entendían la nueva alianza desde un antecedente cultural judío, nosotros entendemos bajo las expectativas de una sociedad moderna que lo poco que sabe de Israel es por Jesucristo. La Iglesia es un beneficio porque es la obra iniciada por aquellos judíos bautizados, sería sumamente injusto y pobre hacer una lectura literal del nuevo testamento sin indagar en el pasado de Israel, eso sería una lectura superficial y egoísta de las escrituras, una lectura ajustada a las expectativas de la época del lector y no al contexto de los autores que en su mayoría fueron Judíos ó están ligados a ellos.


El profeta Jeremías en el antiguo testamento dará un anuncio sobre la nueva alianza que después será citado en el nuevo testamento en la carta a los hebreos; "Y estableceré con la casa de Israel un nuevo pacto: Daré mi ley en su mente y la escribiré en su corazón, y ellos serán por Dios y ellos serán mi pueblo..." (Jeremías 31:33 ó Hebreos 8:10). Claramente se afirma y se retoma que el nuevo pacto es con Israel, todos los apóstoles y discípulos directos del Señor fueron judíos, el evangelio que recibimos de los judíos es una invitación a todos los pueblos y así es como floreció la Iglesia (católica significa universal, para todos los pueblos). Cabe mencionar lo dicho “Dios dará su ley en la mente y la escribirá en el corazón”, si indagamos en el texto, nos daremos cuenta que se refiere al Espíritu Santo recibido por apóstoles en pentecostés, con El, ellos fueron guiados hacia la verdad, evidencia de ello es la celebración del primer concilio de Jerusalén citado en Hechos 15, la ley quedo impresa en el corazón y en la mente de aquellos judíos apóstoles, habrá que confirmar si nuestro corazón es conforme a estos judíos de la nueva alianza: “Jesús y los apóstoles”. La mayoría de los evangélicos y protestantes hacen una lectura distinta, según ellos, cualquiera puede leer libremente e interpretar lo que desee porque “Dios lo guía ó pone sus deseos sobre sus corazones”, pero, los textos son claros, el nuevo pacto fue impreso en el corazón de aquellos Israelitas, Jesús nació en tierras hebreas y enseño solo entre los judíos, la nueva alianza fue con los judíos que creyeron, estos se convirtieron en apóstoles, no podemos deslindar nuestra interpretación de la herencia dejada por ellos en la Iglesia.