La constitución dogmatica “Dei Verbum” afirma
que existe una correlación entre el antiguo testamento y el nuevo testamento,
podemos decir que, la antigua alianza escondía una alianza nueva y esta ultima
descubre las profundidades de la antigua. Vale la pena citar lo escrito por San
Pablo cuando se refiere a los ritos y festividades judías: “Por tanto, nadie os
juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días
de reposo (Sabbat), todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el
cuerpo es de Cristo” (Colosenses 2:16,17).
Desde hace tiempo sentía la inquietud de
investigar sobre las festividades hebreas, entiendo que dichas ceremonias
tienen una relación con la nueva alianza. Nosotros como católicos acabamos de
celebrar la semana santa, sin embargo, los judíos, están en el mes de Nisan (marzo
– abril) y según su liturgia en el celebran el “Pesaj” que es la fiesta de los
panes sin levadura, festividad en la cual Jesús instituyo la Eucaristía entre
sus Apóstoles.
El calendario litúrgico hebreo inicia entre
septiembre y octubre, con el mes de Tishrei, “Rosh Hashanà” ò “día de juicio”
es el primer día del año judío y la primera de sus celebraciones, según el Rabino
Moshé Bedaham de la comunidad Judía de Madrid, los judíos inician su año con el
día del juicio porque ellos conmemoran en “Rosh Hashana” la creación del ser
humano; “el día en que Adán y Eva fueron creados ese mismo día quebrantaron el único
mandamiento y fueron juzgados”. Para el Judaísmo, “Rosh Hashanna” conlleva un
juicio para toda la humanidad. En ese sentido, no existe discordia entre las
dos creencias, sino que la nueva alianza completa la antigua alianza, pues, para
la Iglesia en “el pecado original” toda la humanidad carga consigo la
desobediencia de Adán que nos excluyo de la gracia de Dios. Si los judíos celebran
su primer día del año conmemorando “un juicio”, nosotros como católicos iniciamos
nuestra vida al interior de la Iglesia con una reconciliación con Dios: “el bautismo”
que nos reincorpora a la gracia.
Después de la fiesta del “Rosh Hashanà” los judíos
celebran 10 días después la fiesta de “Yom Kipur” ò “día del perdón”, este
lapso de 10 días sirve para que los judíos mediten sobre sus malas acciones,
hagan penitencia y hagan reparación de sus malas obras. Ellos afirman que no
existe perdón sin arrepentimiento. Para los judíos el juicio de “Rosh Hashanà”
no se ratifica hasta “el día del perdón”, este es el día mas solemne del año
hebreo, ofrecen ayuno y sea abstienen de tener relación. En el “Yom Kipur”
celebrado en el templo de Jerusalén se ofrecían sacrificios de corderos por los
pecados del pueblo, actualmente, los judíos colocan un hueso de cordero en sus
mesas para conmemorar tal celebración, ellos no pueden celebrar dicha fiesta en
su plenitud como en los tiempos del Rey Salomón porque el templo fue destruido
en el año 70 d.C. y carecen de sacerdocio. Los judíos ortodoxos esperan del Mesías
la restauración del sacerdocio y el sanedrín. La fiesta judía del “Yom Kipur”
es sin duda una clara festividad que prefiguraba el sacrificio del Jesucristo “cordero
de Dios” y su labor sacerdotal al traer el perdón de pecados por su sangre en
la cruz. La esperanza de los judíos ortodoxos esta completa en Jesucristo quien
es autor del nuevo sacerdocio establecido en Jerusalén sobre los santos apóstoles.
Israel no ha perdido ese papel protagónico dentro de la salvación, pues, Jesús,
María y los Apóstoles son de origen judío. Si el “Rosh Hashanà” es según los judíos
un juicio para el mundo, consideremos que “el día del perdón” traído por Jesús
es también una misericordia que invita a todos los pueblos, de ahí la necesidad
de anunciar la reconciliación al mundo, partiendo desde Jerusalén como afirman
las Escrituras.