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domingo, 5 de julio de 2015

La maldición de la mujer bonita

            Conocí a una mujer atractiva que siendo muy joven contrajo matrimonio con un hombre que le doblaba la edad, este representaba todo lo que ella deseaba alcanzar, sin embargo, a la vuelta de los años sus ideales de juventud lucían como vanidades. Por su belleza no faltaron pretendientes y motivada inicio una nueva relación, tuvo un segundo hijo, pero no se dio el tiempo para conocer a su nueva pareja que termino en su agresor. Hoy se encuentra en una situación más difícil que en su primer matrimonio.
            También conocí mujer que siendo adolescente se convirtió en madre soltera, después, por la necesidad de un hombre conoció a alguien, se apresuro casándose y en corto tiempo esperaba un nuevo bebe. Su belleza atraía a muchos hombres, su marido por celos se volvió insoportable, agrediéndola físicamente provocando el divorcio. Ella me pidió consejo porque le es difícil tener una relación estable, no me atreví a decírselo; eres atractiva, atraes a los hombres, pero no te toman en serio por tus hijos.
            Hará unos diez años, conocí a una mujer hermosa con la cual pensaba casarme pero sentía que todo era apresurado, le pedí tiempo y se molesto, las cosas no se dieron. Creo que ella confiaba en encontrar a otro hombre en su lista de pretendientes, si lo encontró, vivieron juntos, tuvieron un hijo y se separaron. Hoy es madre soltera, su situación es más complicada que antes, no faltara quien la seduzca.
            La belleza es un estimulo para los hombres o un espejismo que puede dar problemas si las pasiones no se controlan. El libro del Génesis describe; “Estando Abram próximo a entrar en Egipto, dijo a su mujer Sara: "Mira, sé que eres mujer hermosa, cuanto te vean los egipcios dirán: "es su mujer", me matarán y te dejarán viva, di que eres mi hermana, a fin de que me vaya bien por causa tuya y viva yo gracias a ti." Cuando Abram entró en Egipto, vieron los egipcios que su mujer era muy hermosa, los oficiales la tomaron consigo y Sara fue llevada al palacio de Faraón” (Génesis 12). Abram tenía razón, la belleza de Sara le daría problemas. Existen otros casos en la biblia donde la belleza de la mujer hace que personajes como David se conviertan en asesinos o perviertan sus convicciones religiosas como Salomón. El centro focal de esta reflexión es el modo en que los hombres usan caretas en su deseo por las mujeres, pero también, la prudencia que toda mujer debe tener ante un sequito de aduladores que querrán poseerla. Muchas mujeres hermosas son incapaces de construir una relación solida por las caretas de sus pretendientes, ellos mienten, adulan, seducen para conseguirlas. En algún momento el hombre se acostumbra a la belleza, se mostrara tal como es y las desilusiones llegaran, por esto, es necesario tomarse el tiempo necesario para conocer a la persona que esta oculta en ese cuerpo. La palabra “persona” viene del latín y significa “mascara”. Es necesario que el hombre respete a la mujer.    
            El amor que se basa solo en lo sexual en el fondo desprecia a las personas, por el rechazo de construir afinidades y confianza para un proyecto de vida a largo plazo. Nuestro cuerpo es sagrado, el propósito de nuestra vida también lo es, la vida no consiste solo en vivir las pasiones del momento, la vida puede construirse con paciencia, en la certeza que llega con el tiempo, cuando se conoce a la persona en la confianza y el afecto, cualidades que a largo plazo traen mayores satisfacciones y nos enriquecen como seres humanos. La mujer debe ser vista con respeto, como el vientre que fue hecho para dar a luz y no ser tiniebla.