Creo que si la Virgen María es
nuestra madre los judíos son nuestros abuelos. Jesús, la Virgen y los Apóstoles
fueron educados en la cultura judía y esas creencias son la antesala del
cristianismo.
El pasado 3 de septiembre los judíos
iniciaron su año nuevo (5774) con la fiesta del Rosh Hashanna, que es la
celebración del “día del juicio”. Para ellos esto es motivo de fiesta y no de
temor. En el inicio de cada año convocan a todos los judíos para que
reflexionen sobre sus obras y entren en un periodo de penitencia que durara 10
días hasta Yom Kipur (14 de septiembre). Es interesante que el judío inicie su
año litúrgico con un juicio, argumentan que en el principio Dios dio la vida y
la juzgo pues dijo “que era buena”, también creo al ser humano que ese día se
corrompió pero ahí es donde inicia el intento de Dios por rescatar al hombre.
Para el judío la vida humana inicia con un juicio, esto se asemeja al
pensamiento cristiano pues la vida después de la muerte inicia también con un
juicio.
El presidente Barack Obama por medio
de la Casa Blanca dio un mensaje a la comunidad judía de Estados Unidos por
motivo del año nuevo hebreo. El discurso de Obama inicia con la felicitación judía
de ¡Shana Tova!, afirmando que “el inicio de cada año es una oportunidad para
hacer las cosas mejor y reafirmar los mandamientos”, citando parte del discurso
de un rabino de renombre: “cuando Dios dio la vida a Adán, dio vida a toda
nuestra raza, al judío y al extranjero, extranjero no es un término geográfico sino
un concepto que tiene implicaciones morales”. Irónicamente, en esos días Obama
ponía a discusión en el senado de E.U. la aprobación para intervenir
militarmente a Siria.
Esa misma semana, el papa Francisco
I desde el Vaticano convoco a una jornada de ayuno y oración por la paz en
Siria, gesto que fue bien recibido por la comunidad Islámica de Siria, pues el
líder musulmán Ahmad Badreddin Hassou deseo sumar su presencia en la plaza de
San Pedro.
Muchos dirán que los rezos “no
sirven de nada”, pero vale la pena citar el pensamiento del Rabino Brener: “si
leo un libro y no aprendo nada, perdí mi tiempo, si leo y aprendo me convierto
en algo mejor, los hombres que rezan y no aprenden nada rezan de forma
superficial, quienes rezan y aprenden se transforman”. Dios está en la oración,
poner por obra sus mandamientos es una decisión humana.
Es una pérdida para la religión
cuando vivimos una fe superficial porque la caridad de Dios no la hacemos
presentes, echamos en saco roto los mandamientos. Los Presidentes de E.U. toman
protesta jurando sobre la Biblia y en ella las tres religiones: “judaísmo,
cristianismo e islam” podemos encontrar más coincidencias que diferencias. Los
tres credos afirmamos: “hay un juez y existe un juicio”. No mataras es un
mandamiento. Es tiempo que aquellos que nos llamamos “amantes de Dios” pongamos
por estandarte la hermandad ante todo.
El discurso de Francisco I, el sábado
7 de septiembre en la Plaza de San Pedro me pareció eficaz. El Santo Padre
afirmo: “en cada conflicto militar renovamos a Caín con tecnologías más
sofisticadas y un lenguaje sutil, pero el fin de Caín sigue siendo el mismo”.
Al citar el caso de Caín tácitamente se convoca a un punto en común entre los
tres credos: reprobar el asesinato del hermano. Todos somos descendientes de
Adán. Creo que el papa Francisco I con sus acciones está abriendo puentes y
sensibilizando al resto de los credos. Podemos tener la paz como unidad por
encima de las diferencias entre países, razas, credos, ideologías políticas,
amigos y familiares, pero si nuestra fe es superficial la paz será sin fruto.