domingo, 25 de septiembre de 2011

Objetos que nos curan


En estos días estuve escuchando por la radio algunos promocionales sobre la medalla de Juan Pablo II, el promocional pregunta a la audiencia si conocen algún caso donde alguien haya recibido algún milagro por medio de este objeto. Dado que el mundo de hoy es tan escéptico debo decir que la Iglesia cuando de milagros se trata es cautelosa y escéptica no porque desee ponerle trabas a Dios, sino por la existencia de charlatanes y para no promover las fantasias y el fanatismo. Solo pensemos que para poder diagnosticar una grave enfermedad es necesario la opinión de varios especialistas y aun así en ocasiones se equivocan, ahora imaginen ustedes lo que se necesita para poder confirmar un milagro y comprobar que dicho evento escapa a las leyes de la naturaleza. Sobre la investigación y la fé es interesante saber que el evangelio de san Lucas inicia su relato haciendo una aclaración: “he investigado con diligencia los acontecimientos desde su origen, y deseo escribirlos en orden”, el destinatario fue un hombre llamado Téofilo. Es muy grato leer que un santo como Lucas antes de escribir su evangelio prefirió tomarse su tiempo e indagar.

Siendo san Lucas medico y también autor del libro de los hechos de los Apóstoles, en él describe cómo los enfermos eran sanados por medio de objetos (lo escribió un medico): “Dios obraba por medio de Pablo milagros no comunes, de forma que bastaba aplicar a los enfermos los pañuelos o mandiles que había usado y se alejaban de ellos las enfermedades y salían los espíritus malos” (Hechos 19:11-12). Otro caso de curación por medio de objetos es la mujer con flujo de sangre que toca el manto de Cristo tras atravesar la multitud (san Marcos 5,27-29), ella no tocó el manto por el valor intrínseco del manto sino por tocar a Jesús.

Lo que es importante entender es que el “objeto” adquiere un atributo: se convierte en instrumento de Dios y tiene como propósito fundamental la conversión. El ejemplo mas claro de esto es la convocatoria que recibía la serpiente que sanaba a los hebreos construida en el éxodo con Moisés por mandato de Dios. El creador mas haya de obrar milagros muestra que no desampara al pueblo de su Alianza, y para permanecer en esta es necesario la conversión.

El “objeto que cura” tiene una gran enseñanza dentro de la pedagogía de Dios, porque este recibe una función por deseo de Dios, parecido a lo que sucede con nosotros que recibimos la fe y la compartimos siendo así instrumentos del Dios que sana y exhorta por medio de nosotros. Es importante decir que San Pablo se describe así mismo en una de sus cartas como un “objeto” diciendo que la esperanza de la evangelización esta dentro de un “vaso de barro” refiriéndose al “vaso” como su cuerpo mortal. Nuestro cuerpo puesto al servicio de Dios es instrumento de este.

No debemos extrañarnos ni sorprendernos por los casos de los “objetos que curan", pues yendo en una dirección concisa y literal el “pan” y el “vino” son objetos que se convierten por la palabra del sacerdote en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Aquí el objeto se convierte en Cristo, y El nos salva. Haciendo un análisis, el Verbo se encarna y recibe de Dios un cuerpo, se hace instrumento de Dios como un “vaso de barro”, en su resurrección abandona este mundo dejando la Eucaristía que nos sana.

De todo lo que conozco estoy plenamente convencido de que Dios puede usar cualquier objeto, persona ó convertirse en Pan y Vino con tal de que usted crea, se convierta y sane. Dios lo puede todo, no tiene limite y lo que no tiene limite es un misterio para los limites de nuestro entendimiento.

domingo, 18 de septiembre de 2011

El temor de Elías en la cueva


La idolatría se había apoderado de Israel, el profeta Elías por medio de un rito confronta a los profetas de “Baal” un dios pagano, el merito era demostrar que creencia es verdadera. Elías invoca a Dios y demuestra que los ídolos paganos no son nada. Esto manifiesta la ira de la Reyna Jezabel y la persecución se desata contra Elías.

El profeta se refugia en una cueva y pasa ahí la noche entera, el pasaje del libro de los reyes lo dice de esta forma: “Allí entró en la cueva, y pasó en ella la noche. Le fue dirigida la palabra de Yahveh, que le dijo: «¿Qué haces aquí Elías?» El dijo: «Ardo en celo por Yahveh, Dios Sebaot, porque los israelitas han abandonado tu alianza, han derribado tus altares y han pasado a espada a tus profetas; quedo yo solo y buscan mi vida para quitármela.» Le dijo: «Sal y ponte en el monte ante Yahveh.» Y he aquí que Yahveh pasaba. Hubo un huracán tan violento que hendía las montañas y quebrantaba las rocas ante Yahveh; pero no estaba Yahveh en el huracán. Después del huracán, un temblor de tierra; pero no estaba Yahveh en el temblor. Después del temblor, fuego, pero no estaba Yahveh en el fuego. Después del fuego, el susurro de una brisa suave. Al oírlo Elías, cubrió su rostro con el manto, salió y se puso a la entrada de la cueva. Le fue dirigida una voz que le dijo: «¿Qué haces aquí, Elías?» El respondió: «Ardo en celo por Yahveh, Dios Sebaot, porque los israelitas han abandonado tu alianza, han derribado tus altares y han pasado a espada a tus profetas; quedo yo solo y buscan mi vida para quitármela.» Yahveh le dijo: «Anda, vuelve por tu camino hacia el desierto de Damasco. Vete y unge a Jazael como rey de Aram. Ungirás a Jehú, hijo de Nimsí, como rey de Israel, y a Elíseo, hijo de Safat, de Abel Mejolá, le ungirás como profeta en tu lugar”. (1era de Reyes 19:9-16)

¿Podemos imaginarnos en el lugar de Elías?, alguien nos busca para matarnos y encontramos refugio en una cueva, Dios nos cuestiona por estar ahí y al momento se desata un huracán, un temblor, ¿no son esos motivos “el huracán” y el “temblor” razones de peso para no atreverse salir?, aun así, Elías se arma de valor y sale, permanece de pie junto a la boca de la cueva, ¿será que Elías está midiendo los riesgos y no descarta la posibilidad de entrar de nuevo pues teme por su vida?. Dios pregunta de nuevo, ¿Qué haces?, Elías acusa a Israel delante de Dios: ¡te han traicionado y desean matarme!, Dios contesta; “Ve a Damasco y unge a Elíseo para que tome tu lugar”, imaginen el sentimiento del profeta, “desean matarlo y Dios pide ungir un sucesor”, esta petición no es alentadora, pareciera que en la elección de Elíseo se infiere que Elías morirá. El profeta obedece a Dios, establece a Elíseo en su lugar, Elías es salvado de sus enemigos y recibido en el cielo. Elíseo con la ayuda de Dios continua la labor de Elías.

Dios pone paciencia en la angustia de Elías, desata confianza en el miedo del profeta, Dios no espera la muerte de quienes persiguen a Elías, pero levanta a Elíseo en atención a quienes son enemigos de Dios, para que estos por su predicación se conviertan, parece que Dios nos pide que en la persecución nos olvidemos de nosotros mismos porque Dios jamas se olvida de nosotros, pues, Dios ama al perseguido a quien persigue. Afuera en el mundo hay una tormenta, hay alguien que desea la muerte del evangelio, pero, hay que anunciar el mensaje que trae vida. Así como Saulo persiguió al cristianismo, se vio convertido a él, y fue perseguido por anunciarlo bajo el nombre de san Pablo.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Orar con los Santos difuntos

Es común que los fieles católicos sean hostigados por otros creyentes que niegan la intercesión de los Santos. Con la ignorancia religiosa que existe hoy en día, muchos desean negar la intercesión de los Santos utilizando el pasaje de 1era Timoteo 2:15 “Hay un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús”, ó Deuteronomio 18:10-12: “No ha de haber en ti nadie que haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, que practique adivinación, astrología, hechicería o magia, ningún encantador ni consultor de espectros o adivinos, ni evocador de muertos. Porque todo el que hace estas cosas es una abominación para Dios…”.

Existe una gran diferencia entre mediación e intercesión, la mediación esta relacionada a la redención del genero humano, ningún Santo a muerto para traer la redención del hombre, solamente Jesucristo es mediador en la redención del genero humano, Cristo es el único mediador en la reconciliación entre Dios y los hombres por haberse ofrecido en sacrificio y derramar su sangre. En cambio la intercesión es la oración de uno a favor de otro, de orar unos por otros para recibir algo de Dios. Existe una confusión en los creyentes pues la mayoría confunde mediación e intercesión, asociemos la mediación a la sangre del Cordero que quita el pecado del mundo y la intercesión a las oraciones elevadas hacia Dios por los Santos y los fieles que integran la Iglesia.

Por otra parte, el pasaje de Deuteronomio capitulo 18 referente a la consulta de los difuntos esta relacionado a la prohibición de la necromancia que es la adivinación, al vaticinio del futuro mediante la invocación de espíritus que es una práctica antigua común a la tradición mística, espiritista o sobrenatural de varias culturas paganas, entre ellas la egipcia, mesopotámica, persa, etc. La prohibición de Deuteronomio no se refiere a la Intercesión de los Santos pues la Intercesión se relaciona con las oraciones de los Santos ante Dios y no con la adivinación del futuro. Para que no quede duda de esto en Deuteronomio 34:7 se afirma que "Moisés murió" a la edad de 120 años y en los evangelios se narra como Jesús en la transfiguración "habla con el difunto Moisés", dicho pasaje aparece en San Mateo 17:3, San Marcos 9:4, San Lucas 9:30. Jesús no quebranto el mandamiento al hablar con el difunto Moisés pues el mandamiento prohíbe la necromancia. Los tres evangelistas no incluirían un pasaje para confusión sino por el contrario se muestra la comunión entre Moisés y Jesús y Este con los Apóstoles.

Es importante recalcar que cuando la Iglesia canoniza a alguien no significa que la Iglesia “los haga Santos” sino que los proclama como tales. El termino “canonizar” es usado porque la Iglesia los añade al “canon” ó al “catalogo” de difuntos que son considerados Santos, este catalogo es una lista inequívoca avalada por la Iglesia que confirma a los fieles vivos cuales fieles difuntos están hoy en el cielo con Dios, y pueden interceder por nosotros ante Dios en oración. La religiosidad popular ha mal interpretado la Intercesión de los Santos, pues sin autorización de la Iglesia ofrece sus oraciones a los iconos, tal es el caso de las oraciones a Jesús Malverde un narcotráficante ó las leyendas entorno a la santa muerte, en tales iconos no existe un de ejemplo de vida, de caridad, de devoción ó de comunión con la Iglesia y con Cristo.

La intercesión de los Santos, son las oraciones elevadas a Dios en la comunión que tienen los fieles de la Iglesia.

domingo, 4 de septiembre de 2011

¿Jesús fundo un religión?


Una vez alguien me dijo: “Jesús no vino al mundo a fundar una religión, el vino hablarnos del amor”, en aquel entonces acepte la frase pues no conocía sobre Sagradas Escrituras. Por esto, quiero compartir al lector esta reflexión.

Según el diccionario de la real academia “religión” es “El conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad, de sentimientos de veneración y temor hacia ella, de normas morales para la conducta individual y social y de prácticas rituales, principalmente la oración y el sacrificio para darle culto, observancia de doctrinas”. La carta del Apóstol Santiago afirma que “la religión pura e intachable ante Dios Padre es ésta: visitar a los huérfanos y a las viudas en su tribulación y conservarse incontaminado del mundo”, esta carta va dirigida a una comunidad de creyentes, refiriéndose el Apóstol a “religión” como la cátedra impartida por ellos.

Haciendo un repaso por los evangelios, lo primero que debo mencionar es que Jesús nació de acuerdo a las profecías de la religión de los Judíos, Herodes pregunto a los eruditos judíos ¿en donde habrá de nacerá el Cristo de Israel? y estos respondieron: “en Belén de Judea”. Otro punto muy importante es que según los escritos del profeta Jeremías (650-586 A.C) Dios establecería una Alianza Nueva, y es Jesús quien la establece según los evangelios: “Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre, que es derramada por vosotros” (Lucas 22:20), estableciendo la Eucaristía. Esta practica la continuarían los Apóstoles según lo descrito por San Pablo a la Iglesia en Corinto: “Lo que yo recibí del Señor, y a mi vez les he transmitido, es lo siguiente: El Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó el pan, dio gracias, lo partió y dijo: Esto es mi Cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía” (1era de Corintios 11:23,24). Llamo “Pedro” al Apóstol Simón y le dio las llaves del Reino de los Cielos (San Mateo 16:16-19). Después de la resurrección, Cristo dará autoridad a los Apóstoles según lo escrito por el evangelista: “A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos” (San Juan 20:23), siendo esto una creencia católica. También la creencia de que Jesús tiene potestad en los cielos y en la tierra, su petición de anunciar el evangelio en todo el mundo, hacer discípulos a las naciones bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo, teniendo la Iglesia la responsabilidad de instruirlos en las enseñanzas de Cristo (San Mateo 28:18-20).

Haciendo un resumen de lo citado, existe pues un conjunto de dogmas establecidos por el mismo Cristo; Estableció una Alianza Nueva, se refirió al pan consagrado como su Cuerpo, entrego las llaves del Reino de los cielos a San Pedro, dio autoridad a los Apóstoles para perdonar ó retener pecados, pidió la evangelización del mundo, bautizarlo y difundir su cátedra, todas estas creencias integran una religión.

Si creemos en Jesús ó en algo lo estimamos, confiemos en lo que El estableció.