En tiempos de Moisés, la familia de Coré que pertenecía a la tribu de Levi servían dentro de las labores del templo ó tabernáculo, mas no en las labores del sacerdocio reservadas solo para la familia de Aaron. Todos los hebreos eran guiados por Moisés en busca de la tierra prometida, cuando acampaba Israel los de la tribu de levi erigían la tienda que funcionaba como templo, y Aaron y sus hijos oficiaban como sacerdotes. Cito el relato: “Coré, hijo de Isar, hijo de Quehat, hijo de Leví y también Datán y Abirón, hijos de Eliab, y On, hijo de Pelet, de la tribu de Rubén, se rebelaron contra Moisés. Les siguieron doscientos cincuenta israelitas, todos jefes de la comunidad, miembros del consejo y personajes conocidos. Se amotinaron contra Moisés y Aarón y dijeron: "Basta ya de ustedes dos, ¿acaso no están consagrados todos los miembros de la comunidad? ¿Y no está Dios en medio de nosotros? ¿Por qué entonces se creen ustedes superiores a la comunidad de Dios?” (Números 16:1-3).
La semana pasada estuvimos hablando de esta rebelión provocada por Coré en el antiguo testamento. El argumento de la revuelta de Coré era que todo Israel estaban consagrado a Dios, que Dios habitaba en medio de ellos, y que por lo tanto no necesitaban recibir instrucciones de Moisés ó Aaron. Coré afirmaba algo cierto pero erraba al querer destituir a Moisés y Aaron de su cargo. Esto me hace recordar el pasaje que es usado hoy en día por muchas sectas: “donde están dos o tres reunidos en mi Nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (San Mateo 18,20), creer que Cristo esta en medio de la asamblea es algo cierto, pero usar el pasaje para negar la autoridad Apostólica es un error, pues el mismo evangelista afirma que Jesús entrego las llaves del Reino de los Cielos a San Pedro (San Mateo 16:19) y no a quienes están congregados en su nombre. San Pablo autor de la mayoría de las cartas que forman el nuevo testamento enseño que “entre todos los siervos que forman la Iglesia Dios quiso poner en primer lugar a los Apóstoles”, para que exista orden dentro de las comunidades es necesario que alguien las guíe.
El nombre de Coré también aparece dentro del nuevo testamento. Coré es mencionado en la carta de San Pedro y San Judas. Estos dos Apóstoles usan la frase: “el camino de Coré” para referirse aquellos hombres que no reconocen las autoridades del Reino de Dios, que trastornan el evangelio a su conveniencia, y que motivan divisiones en la fe sin tener entendimiento sobre las cosas Sagradas. Un caso de rebelión particular que aparece dentro del nuevo testamento, es el de un hombre llamado Diotrefes que es mencionado en la 3era Carta del Apóstol San Juan, diciendo el Apóstol que este hombre que recibió una jerarquía disfrutaba tanto su mando dentro de la comunidad de creyentes que dejo de hacer caso al mismo San Juan y hasta llego a desprestigiarlo. Negándose Diotrefes a recibir a los misioneros y expulsando de su iglesia aquellos que los recibieran. Otro de los problemas que enfrento la comunidad Apostólica, fueron las predicas equivocadas que surgieron con distintos grupos y el sectarismo que estas podrían provocar. Por ejemplo, las tesis de los judaizantes decía que para ser cristiano se debía guardar la ley de Moisés ó los gnósticos que afirmaban que Cristo era hijo de las estrellas. También en la comunidad de Corinto la fe se partidizó, pero San Pablo exhortó a los fieles a dejar la división y estar unánimes en un mismo parecer (1era de Corintios 1:10). Fue labor de los Apóstoles, ordenar la cátedra y educar correctamente a los nuevos creyentes para ir creciendo en la evangelización, sin trastornar el mensaje de Cristo.
Crezcamos en el conocimiento de Jesucristo y la fe de la Iglesia, no sea que por la ignorancia caigamos en el error de Coré.
La semana pasada estuvimos hablando de esta rebelión provocada por Coré en el antiguo testamento. El argumento de la revuelta de Coré era que todo Israel estaban consagrado a Dios, que Dios habitaba en medio de ellos, y que por lo tanto no necesitaban recibir instrucciones de Moisés ó Aaron. Coré afirmaba algo cierto pero erraba al querer destituir a Moisés y Aaron de su cargo. Esto me hace recordar el pasaje que es usado hoy en día por muchas sectas: “donde están dos o tres reunidos en mi Nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (San Mateo 18,20), creer que Cristo esta en medio de la asamblea es algo cierto, pero usar el pasaje para negar la autoridad Apostólica es un error, pues el mismo evangelista afirma que Jesús entrego las llaves del Reino de los Cielos a San Pedro (San Mateo 16:19) y no a quienes están congregados en su nombre. San Pablo autor de la mayoría de las cartas que forman el nuevo testamento enseño que “entre todos los siervos que forman la Iglesia Dios quiso poner en primer lugar a los Apóstoles”, para que exista orden dentro de las comunidades es necesario que alguien las guíe.
El nombre de Coré también aparece dentro del nuevo testamento. Coré es mencionado en la carta de San Pedro y San Judas. Estos dos Apóstoles usan la frase: “el camino de Coré” para referirse aquellos hombres que no reconocen las autoridades del Reino de Dios, que trastornan el evangelio a su conveniencia, y que motivan divisiones en la fe sin tener entendimiento sobre las cosas Sagradas. Un caso de rebelión particular que aparece dentro del nuevo testamento, es el de un hombre llamado Diotrefes que es mencionado en la 3era Carta del Apóstol San Juan, diciendo el Apóstol que este hombre que recibió una jerarquía disfrutaba tanto su mando dentro de la comunidad de creyentes que dejo de hacer caso al mismo San Juan y hasta llego a desprestigiarlo. Negándose Diotrefes a recibir a los misioneros y expulsando de su iglesia aquellos que los recibieran. Otro de los problemas que enfrento la comunidad Apostólica, fueron las predicas equivocadas que surgieron con distintos grupos y el sectarismo que estas podrían provocar. Por ejemplo, las tesis de los judaizantes decía que para ser cristiano se debía guardar la ley de Moisés ó los gnósticos que afirmaban que Cristo era hijo de las estrellas. También en la comunidad de Corinto la fe se partidizó, pero San Pablo exhortó a los fieles a dejar la división y estar unánimes en un mismo parecer (1era de Corintios 1:10). Fue labor de los Apóstoles, ordenar la cátedra y educar correctamente a los nuevos creyentes para ir creciendo en la evangelización, sin trastornar el mensaje de Cristo.
Crezcamos en el conocimiento de Jesucristo y la fe de la Iglesia, no sea que por la ignorancia caigamos en el error de Coré.