Hace poco leía el cántico de Moisés descrito en el libro del Deuteronomio. El contexto en el que se desarrolla el cantico es el siguiente; Israel esta por poseer la tierra prometida despues de estar buscandola tras un largo peregrinar en el desierto. Moisés eleva este cantico como alabanza a Dios por el proximo triunfo: “La llegada de Israel a la tierra prometida”.
Dentro de este discurso encontramos algo que para mi es sumamente ilustrativo, pues existe una relación entre la humanidad, Israel y la Iglesia. El texto dice asi; “Cuando el Altísimo repartió las naciones, cuando distribuyó a los hijos de Adán, fijó las fronteras de los pueblos según el número de los hombres; pero la porción de Dios fue su pueblo Israel, Israel su parte de heredad. En tierra desierta le encuentra, en la soledad rugiente de la estepa. Y le envuelve, le sustenta, le cuida, como a la niña de sus ojos. Como un águila incita a su nidada, revolotea sobre sus polluelos, así el despliega sus alas y te toma, y le lleva sobre su plumaje. Sólo Dios le guía a su destino, con él ningún dios extranjero” (Deuteronomio 32:8-12).
En este pasaje Moises describe burdamente como Dios distribuyó los pueblos primitivos y escogió a Israel como su porción ó su heredad. Israel sera en los tiempos del antiguo testamento una porción escogida por Dios que tendrá la tarea de ser luz de entre todas las naciones. Analogamente cuando Israel toma posesión de la tierra prometida, Dios establece las fronteras entre los territorios de las doce tribus que forman Israel, y es Dios quien llama a los primogenitos de la tribu de Levi como “parte de su heredad” porque esta tribu sera sacerdotal. Levi no recibio territorio pues debia vivir del servicio del templo de Dios e inculcar las enseñanzas de Moises al resto de las once tribus de Israel. Levi sera dentro de Israel la tribu que dara luz a las once tribus restantes, y analogamente Israel sera el pueblo de la antigua alianza que dara luz al resto de las naciones.
Este cántico antiguo hecho por Moises tiene una gran semejanza con la labor de la Iglesia, pues la Iglesia es un pueblo errante ó “la porción de Dios” establecida por Cristo para instruir a todos los hombres en su enseñanza. La Iglesia no tiene territorio fijo porque se extiende entre todas las naciones, asi como Israel al ser desterrado fue un pueblo sin nación extendido alrededor del mundo. En Israel y en la tribu de Levi podemos encontrar un reflejo de la Iglesia, con Israel porque la Iglesia es un pueblo formado para iluminar al resto de los pueblos en la enseñanza de Cristo, y con la tribu de Levi porque en ella Israel recibia la labor del sacerdocio de la Antigua Alianza, y es en la Iglesia donde la totalidad de los fieles Cristianos reciben la plenitud y la totalidad del sacerdocio de la Segunda Alianza encabezada por Cristo.
Israel fue un pueblo formado para iluminar al mundo mientras el Verbo de Dios se encarnaba. La Iglesia es un pueblo que nace de la resurreción de Jesucristo y lo anuncia hasta que Cristo regrese.
Conozcamos que hemos recibido de Jesucristo una promesa en San Pedro el Apostol, permanezcamos unidos como creyentes para que los que no creen en Dios glorifiquen a Dios por la comunión que tenemos los unos con los otros como creyentes de Jesucristo. Una sola Iglesia, porque uno solo es Israel.