Micá fue un hebreo del antiguo testamento que practicó el pecado de idolatría, aunque es un personaje poco conocido debemos reflexionar en el pues por distintas circunstancias su idolatría no le fue condenada. En el pasaje de Micá aparece también un peregrino levita originario de Belén de Juda, este es una prefigura del Mesías. Cito dicho capitulo.
Había un hombre en la montaña de Efraín llamado Micá, el cual dijo a su madre: "Las mil cien monedas de plata que te quitaron y por las que maldijiste al ladrón, las tengo yo, yo las robé. Te las devuelvo". La madre le respondió: "Que Dios te bendiga, hijo mío". Él devolvió las mil cien monedas de plata a su madre, y ella dijo: "Quiero consagrar este dinero al Señor y que de mi mano pase a la de mi hijo para hacer con él una imagen tallada y chapeada". Tomó doscientas monedas de plata y se las dio al fundidor, el cual hizo con ellas una imagen tallada y chapeada, que fue colocada en la casa de Micá. Así Micá llegó a tener un santuario; hizo un efod e ídolos familiares y nombró sacerdote a uno de sus hijos. En aquel tiempo no había rey en Israel; cada cual hacía lo que le parecía mejor. Había en Belén un levita extranjero, de la tribu de Judá. Salió de Belén de Judá para establecerse donde pudiese. En su caminar llegó a la montaña de Efraín, a casa de Micá. Micá le preguntó: "¿De dónde vienes?". Él le respondió: "Soy un levita de Belén de Judá, y voy de camino para establecerme donde pueda". Micá le dijo: "Quédate conmigo y sé para mí un padre y sacerdote; te daré diez monedas de plata al año, de vestir y de comer". El levita consintió en quedarse, y fue para él como uno de sus hijos. Micá le dio la investidura sacerdotal, de forma que el joven le hizo de sacerdote y vivió en su casa. Micá dijo: "Ahora estoy seguro de que el Señor me bendecirá porque tengo a este levita por sacerdote" (Jueces 17).
Primero que nada debo poner en claro que la idolatría en el antiguo testamento está condenada y en la nueva alianza es pecado. En el pasaje se cita que en Israel “no había rey, y cada quien obraba a su mejor parecer”, estos eran los inicios de la nación que debía ser educada en los mandamientos de Dios. El relato habla de que Micá vivió en la montaña de Efrain, probablemente pertenecía a esa tribu hebrea. Otro acto que debe ser reprobado es que Micá nombro a uno de sus hijos como sacerdote y fabrico un efod, en la antigua alianza solamente los de la tribu de Levi (levitas) tenían el atributo de ser nombrados sacerdotes y llevar la vestimenta sacerdotal conocida como efod. Micá hizo una replica profana del culto hebreo y añadió un ídolo a su santuario.
Pero, ¿Podremos sacar una enseñanza de este pasaje del antiguo testamento?. ¡Si!, la enseñanza es que todos tenemos algo de “Micá” ó “todos tenemos algo de idolatras”, como creyentes reconocemos “al nacido en Belén” a Jesús, pero en el fondo también fabricamos santuarios para nuestros ídolos personales: dinero y vanidades. Al igual que Micá otorgamos un “efod” a quien no lo merece y lo nombramos pastor para que nos guíen con tal de alcanzar aquello que adoramos.
Como dice el pasaje de los jueces ¡El pueblo no tenia Rey!, no hay quien gobierne, necesitamos que Jesús sea Rey y Sacerdote de nuestra vida, que nos gobierne y sea nuestro pastor. ¡Que difícil!, pero ¡animo!, Dios no condeno a Micá, ni Jesus condenó a la mujer adultera (la idolatría es un adulterio contra Dios). Hay que tener la humildad para reconocernos tal y como somos para poder aspirar al perdón.