Es común que las personas que leen la Biblia sin tener preparación académica, encuentren discrepancias entre el Dios descrito en el Antiguo Testamento y el Nuevo, como si fuesen dos seres totalmente distintos uno del otro, el primero justiciero y el segundo piadoso. Es necesario poner en claro el porqué de estas diferencias, pues podemos llegar a pensar que la Escritura se contradice o caer en el fanatismo religioso por nuestra ignorancia.
Pondré un ejemplo análogo; tres hijos hacen una descripción de su padre. El más pequeño, un niño de 5 años afirmo que su papa “lo sabía todo” y era tan fuerte que “podía pelear contra Batman y vencerlo”. El segundo hermano, un chico de 15 años en plena adolescencia respondió que su padre “no sabía nada del mundo moderno” y que “parece alegrarse viéndome encerrado”. El hermano mayor, un joven estudiante de la Universidad afirmo que su padre “es comprensivo” y que “es un hombre tranquilo, que jamás defendería algo con los puños”. ¿Cómo pueden estos tres hermanos dar descripciones distintas hasta contradictorias de la misma persona?. ¿Cómo puede la misma persona “saberlo todo” y a la vez “no saber nada del mundo moderno”?, o ¿Cómo es que puede “vencer a Batman” y la vez “no defender algo con los puños”?, ¿están mintiendo los tres?. Ninguno de los tres está mintiendo, ni hay contradicción. Lo que sucede es que cada hijo distingue a su padre desde distintos ángulos: la niñez, la adolescencia y la edad adulta. El padre es el mismo, la descripción hecha por cada hijo está asociada al raciocinio y entendimiento que cada hijo tiene sobre su entorno.
Algo similar sucede cuando leemos las Sagradas Escrituras. Pareciera que se están describiendo a dos dioses totalmente distintos. Esto nos hace pensar que las Escrituras se contradicen, pero esto no es así.
Dios siempre ha sido el mismo desde antes de la creación y después de ella. No existe un Dios distinto en el Antiguo y Nuevo Testamento. Dios no cambia, sino que es el pueblo quien escribe por el Espíritu un mensaje bajo el raciocinio y la cultura de su época. Si el pueblo es primitivo, la descripción será el testimonio de un pensamiento primitivo, como el niño de 5 años. En cambio, si el pueblo posee una cultura sofisticada, arquitectura compleja, urbanismo, una estructura de gobierno, ejército y sacerdocio, entonces la descripción que esa sociedad dará de Dios será más compleja y completa si se compara con la descripción dada por una comunidad primitiva.
Pongamos otro ejemplo práctico; todos sabemos que el amor es un pilar fundamental del matrimonio. Si nos trasladamos cien años atrás el amor de la mujer por su esposo se manifestaba en que ella debía permanecer solo en casa para atender el hogar, sus hijos y a el sin tener una vida pública, en cambio hoy, esta sumisión puede considerarse injusta y aunque atender el hogar si es un acto de amor, también es un acto de amor que el esposo respete los deseos de su mujer para su desarrollo profesional. El amor como virtud continua pero cada generación va profundizando en el concepto.
Por lo tanto, no será lo mismo una descripción de Dios dada por Moisés, a una descripción dada por un Apóstol, existen cientos de años de diferencia. Es por ello que nosotros al tener las enseñanzas de Jesucristo como referencia, consideramos al Dios del Antiguo Testamento como violento, pero los hombres de la antigüedad que escribieron tales textos no tuvieron la referencia las enseñanzas de Cristo, sino que escribieron inspirados bajo una óptica de su entorno distinta. La Biblia es la palabra de Dios escrita bajo las limitantes de cada autor. Jesús mostro la imagen perfecta de Dios Padre que estuvo oculta en los siglos anteriores. Considero que el amor de Dios excederá por mucho el raciocinio de cualquier generación.