La semana pasada compartí
una reflexión abordando el matrimonio de Moisés con Séfora. Hoy hare una
reflexión sobre la vida de Moisés pero primero hare un recuento de lo que ya se
menciono con anterioridad. Moisés fue el gran profeta y legislador de Israel,
recibió los diez mandamientos y las leyes más profundas del judaísmo se le
deben a él. Séfora fue una mujer de tierras de Median, hija del sacerdote
Jetro, provenía de un pueblo ajeno a las costumbres y la religión hebrea. Por
la diferencia de credos, supongo que, para poder estar unidos hasta el fin
ambos debieron vivir una espiritualidad superior a la de cualquier hebreo.
La vida de Moisés inicia
con una persecución, cuando el faraón desea acabar con los niños hebreos por
temor a que estos se multipliquen y tomen el poder de Egipto algún día. Siendo
Moisés un niño de tres meses, su madre lo oculta en una canasta entre el rio y
así fue como la hija del faraón lo encuentra, lo adopta y lo llama “Moisés”,
que significa: “de las aguas lo he sacado”. Por este acontecimiento y el afecto
que pudo recibir Moisés de la hija del faraón, quiero pensar que la juventud de
Moisés fue distinta a la de cualquier habitante de Egipto., si la hija del
jerarca te toma por hijo eso te da acceso al palacio, a los banquetes, a las
fiestas, a los lugares privilegiados, etc. ¿Cuántos viven anhelando algo así?.
El texto bíblico afirma;
“cuando Moisés fue mayor, visito a sus hermanos, los hebreos, y comprobó sus
penosos trabajos…” (Éxodo 2:11). Es fácil suponer que la esclavitud e
injusticia que vivieron los hebreos en Egipto fue ajena a Moisés, hasta cierto
momento de su vida.
Previo a su exilio, el
mismo capítulo (v. 11-15) narra cómo Moisés presencia la golpiza que un egipcio
propicia a un hebreo, y en un arrebato de justicia, Moisés, asesina
imprudencialmente al opresor y entierra el cadáver entre la arena., al día
siguiente, al observar una disputa entre hebreos y querer reconciliarlos,
termina acusando de asesino por su propio pueblo. Los versos narran que el
asesinato del egipcio despertó la furia de Faraón, que busco a Moisés para
matarlo. Por esto huyo Moisés de Egipto y se fue a vivir a las tierras de
Median.
¿Cómo habrá sido la vida
de Moisés en su exilio?, ¿se lamentaría por haber perdido las comodidades?, ¿no
hubiese sido más fácil permitir la injusticia, no hacer nada y vivir igual?,
pienso que Moisés debió experimentar cierta frustración natural, imaginémoslo; de
tener la buena estima de la hija del faraón a terminar como fugitivo, escondiéndose.
Hasta este punto, la vida de Moisés parecía ser la vida de aquel que tuvo
comodidades y acceso a la jerarquía más alta y perdió todo por un arrebato de
justicia, ¿vale la pena ejercer la justicia si lo pierdes todo?, ¡Qué respuesta
tan difícil!, no existen muchos hombres como Moisés, y quiero pensar que su
arrebato lo cometió por ignorante, aunque si lo cometió sabiendo que lo podía perder
todo, ¡Qué ejemplo de amor por la justicia!.
Cuando Moisés es llamado
por Dios para ir a Egipto y liberar a los hebreos, Moisés se niega constantemente,
entendamos que puede negarse por la vergüenza de volver como un hombre común,
pastor de rebaños y pisar aquel suelo que lo adopto por la hija del faraón.
Constantemente, el cristianismo pone a Egipto y su esclavitud como símbolo del
pecado que nos esclaviza. En la humanidad de Moisés, presentarse en aquellas
tierras con un mensaje de liberación lo hace, sin duda, recordar aquellos días de
su juventud donde no conocía la injusticia por su comodidad., y es que ahora
como profeta, Moisés va despojado de su comodidad como el menor de todos los
hombres, para abrirle los ojos a una sociedad que duerme ante la injusticia.