martes, 23 de junio de 2009

El aborto como propaganda política

Tengo un amigo que esta contendiendo como candidato a presidente municipal de Hermosillo, yo conozco su trayectoria desde hace muchísimo tiempo y sé que es un hombre que nunca ha vivido de la política. Mientras yo estaba indeciso sobre a quién daría mi voto y al saber que el contendía para este cargo decidí apoyarlo porque lo conozco como persona. Un día me invito a una plática de su partido y cuál fue mi sorpresa que el partido que él representaba está a favor del aborto.

Daré algunos fragmentos de aquella plática partidista a la que asistí y daré mis reflexiones oponiéndome al aborto. El vicepresidente nacional del partido argumentaba; “hay miles de mujeres que mueren en abortos clandestinos en México por someterse a estas prácticas ilegales en condiciones insalubres”, mi simple razonamiento a favor de la vida me dice; ¿y qué podemos decir de las mujeres que mueren deseando dar a luz en las mismas condiciones? (¿esas valen menos?, ¿de estas no hay una estadística?) en México hay muchas comunidades donde no existe acceso a servicios médicos, medicinas, higiene, ya sean rancherías, comunidades indígenas ó invasiones. Creo que la insalubridad no es razón para despenalizar el aborto argumentando que teniendo condiciones higiénicas se evitaran estas muertes, porque si de higiene se trata sabemos que muchos pacientes del seguro social mueren dentro de hospitales por simple negligencia médica. ¿No será más bien qué? la mortandad en abortos clandestinos viene por atentar contra el cuerpo de la mujer, por lacerando y quitar la vida a un niño que se nutria del cuerpo de su madre.

El vicepresidente dijo; ¿ustedes conocen alguna mujer que se haya practicado un aborto?, si su respuesta es “si” ¿entonces porque no la denuncian?, bajo este argumento la audiencia se cuestionaba; ¡es verdad, yo no la denunciaría!, ¿lo ven? responde aquel político; ¡no lo denunciarían porque no es un delito! ¡hay que legalizarlo!. Pensando en estos comentarios tal vez yo no denunciaría a la mujer, pero sin duda denunciaría a quien hace del aborto un oficio. No he escuchado a ninguna mujer estar orgullosa por someterse al aborto más bien todas lo callan entonces, si el aborto avergüenza a quien lo comete es porque el aborto emocionalmente y psicológicamente es dañino.

Cada vez que uno habla del aborto se arma una discusión y discrepancia, esto da publicidad y de aquí viene el beneficio partidista (la promoción), las prioridades para la nación deben ser otras por ejemplo; resolver el tema de “la solvencia económica en la sociedad”, si resolvemos el tema de la falta de dinero de seguro tendremos menos; abortos, suicidios, delincuencia, narcotráfico y corrupción y de seguro habrá más; trabajo, hogares unidos y seguridad.

En fin, así es la política.