domingo, 22 de noviembre de 2009

Malos alumnos y Malos maestros‏

Jesús dijo a sus discípulos: ¡Pobres de ustedes, cuando todos hablen bien de ustedes, porque de esa misma manera trataron a los falsos profetas en tiempos de sus antepasados! (San Lucas 6,26).

En tiempos antiguos las comunidades israelitas tenían profetas que eran quienes exhortaban a los reyes para que estos cumplieran con la justicia que Dios exigía, el problema histórico de la corrupción de Israel fue que los reyes injustos se rodeaban de falsos profetas, que eran personas que no defendían los intereses de Dios sino que se hacían cómplices de los interés de los monarcas dejando así la justicia y la caridad de lado. Esta enseñanza dada por Jesús a sus discípulos toca el tema de “la complicidad que existe entre el instructor y el alumno” del mal instructor que tuerce la enseñanza y el mal alumno que se niega a seguir y estudiar las enseñanzas verdaderas. Jesús advierte que la exhortación del evangelio traerá discusión por la negativa de aquellos que no deseen vivir las virtudes.

En el sentido de la enseñanza me siento responsable pues Jesús nos ha confiado el mensaje de su reino para vivirlo y difundirlo, en ocasiones algunas personas me comentan: “me gusta mucho como escribes”, reconozco que este tipo de comentarios son alentadores y me da gusto que me los expresen, pero también me cuestiono: “¿me lo dicen solo por cortesía? ¿estoy siendo de beneficio en la vida de alguien que no conozco? ¿querrán codearse conmigo? ¿se beneficia el reino de Dios con esto que estoy haciendo? Ó ¿no estaré cayendo en discursos emotivos?”. Dios sabe realmente lo que está sucediendo en las vidas de quienes me leen y en la mía, sinceramente me daría gran gusto que el día en que tenga que rendir cuentas a Dios toda esta labor sea para beneficio y no para mi desgracia, porque sería de lastima para mí el terminar enamorado de los halagos de quienes me leen olvidándome de que yo también tengo oídos. Ojala que lo que escribo le sirva a usted y a mí para ser mejores cristiano ó ¡para empezar a serlo!.

Decía una historia que hace mucho escuche; “Una mujer le pide a Dios luz sobre la evangelización, ¿Señor a donde debo ir?, porque quiero hablarle de ti a alguien que no te conozca. La mujer pensando en países lejanos ó labores titánicas es respondida por Dios: “Ve con los niños”, quedando sorprendida de aquella sencillez y pensando que es una labor pequeña encamina su labor a catequizar niños, esto hace a lo largo de toda su vida hasta que muere. Cuando Dios la recibe en el cielo aquella mujer se sorprende de la cantidad de niños que catequizo en grupos pequeños año con año, y más al ver que algunos terminaron siendo sacerdotes, misioneros, religiosas incluso obispos, la mujer por esto exclamo: Señor si hubiera conocido al principio del llamado la suma final de todas mis pequeñas no me creería capaz de completarlas y mucho menos merecerlas”.

El tiempo será quien descubra las intenciones de nuestros corazones, ojala que en la distancia nos veamos como compañeros de trabajo en la viña a la cual Jesús nos invita todos los días, porque sin descartar también podríamos terminar como “el rey injusto y el falso profeta”, como “un mal maestro y un mal alumno”, como “cizaña en medio del trigo”.