domingo, 3 de octubre de 2010

No te harás imagen, ni semejanza


Los hebreos vivieron mucho tiempo en la tierra de Egipto, pero llegado el momento se multiplicaron tanto que representaron un peligro para los intereses del Faraón. Por esta causa, Egipto exploto al pueblo de Israel cometiendo con ellos grandes injusticias. Fue entonces que Dios envío a Moisés para liberar a Israel de la esclavitud del Faraón. Los Egipcios eran politeístas e Israel tenia una revelación limitada en el conocimiento de Dios, y es en el Sinaí donde Moisés recibe de Dios los diez mandamientos. Literalmente el primer mandamiento dice así: “Yo soy Yahvé, tu Dios, el que te sacó de Egipto, país de la esclavitud. No tendrás otros dioses fuera de mí. No te harás estatua ni imagen alguna de lo que hay arriba, en el cielo, abajo, en la tierra, y en las aguas debajo de la tierra. No te postres ante esos dioses, ni les sirvas, porque yo, Yahvé, tu Dios, soy un Dios celoso” (Éxodo 20, 2-5). Debemos entender que la conciencia Israelita de la época estaba impregnada de la influencia politeísta.

Tiempo después, cuando Dios ordena a Moisés la construcción del tabernáculo ó el lugar de adoración. Dios pedirá la construcción de querubines, arcángeles (Éxodo 25,18), y figuras talladas que serán una representación del santuario celestial y serán consagradas como objetos del Templo. Siendo estas piezas una pedagogía para que los hebreos descubran por ellas la similitud con el templo celestial ó el cielo, sin existir en estas piezas ningún motivo de pecado. La carta a los Hebreos se refiere a este evento; “Los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte” (Hebreos 8,5). El Tabernáculo de Moisés es una representación del mundo celestial.

Volviendo a citar el primer mandamiento para llevarlo a un contexto mas actual; “No tendrás otros dioses fuera de mí. No te harás estatua ni imagen alguna de lo que hay arriba, en el cielo, abajo, en la tierra”. Sin duda el mandamiento esta ligado con evitar la idolatría, que significa poner algo por encima de Dios, sean el dinero, las posesiones, ó logros personales, etc. Jesús lo traducirá como; “Amaras al Señor tu Dios con todo tu corazón, y sobre todas tus cosas”. Pero referido a “no te harás semejanza alguna de Dios”, yo tengo mi opinión. Previo al ministerio de Jesús, existieron dos hombres conocidos como “Judas el Galileo” y “Teudas”, quienes se mostraron ante los hebreos como Mesías, esto es una copia del Cristo verdadero, y quienes siguieron la copia también cargaron con el error de estos dos hombres.

Actualmente hay quienes hacen ó interpretan a Cristo a su modo ó antojo, abriéndole la puerta al sectarismo, distorsionando la enseñanza heredada por los Apóstoles y los Padres. Muchos grupos promueven con libertad su propia interpretación de las Sagradas Escrituras haciendo de sus doctrinas una “imagen ó copia” de la Palabra de Dios, mostrándola a otros como autentica ó genuina. Una interpretación equivocada que se enseña a otros como verdadera simplemente confunde y divide. Quien se aferra a su interpretación solo por sentirse iluminado y rompe su comunión con la Iglesia, ha hecho de su interpretación “un ídolo”, pues San Pablo llama a la Iglesia como la columna y el baluarte de la Verdad de Cristo (1era de Timoteo 3,15).

No fabriquemos por la ignorancia una semejanza de Dios ó de la Iglesia.