El cuerpo de Cristo es
la Iglesia y cuando el sacerdote consagra el pan y el vino participamos del
cuerpo de Cristo. Al comer el pan un mismo cuerpo en Jesús todos los creyentes.
En los evangelios
encontramos a Cristo como humano, padeciendo sed, hambre, miedo, sueño y
cansancio. Estos sentimientos nacen de la condición humana, es el verbo eterno
el invencible, el divino, pero Cristo es la encarnación de ese verbo que se
hizo carne y habito entre nosotros; “verdadero Dios y verdadero hombre” dice el
dogma. Para nosotros Cristo es un misterio ¿dónde inicia ó termina su humanidad
ó su divinidad?, no lo comprendemos, lo creemos. No está fuera de lugar pensar
que la Iglesia siendo el cuerpo de Cristo sea semejante a estas dos formas
“humana y divina”, podemos decir que la Iglesia es débil por ser humana pero es
fuerte por ser divina. La primer Iglesia formada por los doce apóstoles tuvo
incrédulos como Tomas, traidores como Judas, arrebatados como los hijos de
Zebedeo ó temerosos como San Pedro. Hoy puede resultar perturbador el hecho de
que algunos hermanos no son ejemplares en la vida cristiana, incluso merezcan
el castigo de las autoridades civiles, pero, nos duele porque somos un solo
cuerpo y no miembros aislados como las sectas. Es San Pablo quien afirma: “si
un miembro de nuestro cuerpo nos duele, el dolor lo siente todo el cuerpo”, el
dolor provocado por el crimen de alguno de nuestros hermanos es un dolor que
soportamos todos porque nos perjudica a todos como Iglesia y nos desangra.
La Iglesia como cuerpo no
puede tener el control absoluto de cada uno de sus miembros porque es humana;
“débil pero fuerte de un modo divino”. ¿Por qué no muere la Iglesia?
preguntaran algunos, ¿por qué seguir creyendo en ella y hay tantos pecadores?
dirán otros, algunos atribuyen la vida de la Iglesia al fanatismo, a la
ignorancia de sus fieles y haciendo cita de sus errores ó crímenes pretenden
asesinarla como recibieran un beneficio con ello, pero aun así ó ante peores
adversidades la Iglesia sigue y vive. Entendamos que el Verbo se encarno
despojándose de lo eterno abrazando los limites humanos, Cristo formo la
Iglesia entendiendo las debilidades humanas de sus fieles, así la amo y la
sustento. Es la Iglesia la muestra viviente del amor de Dios por encima de lo
débil del hombre, es “La Alianza Nueva y Eterna” que camina dentro del mundo
teniendo en ella hombres virtuosos o detestables, ¿Qué acaso este mundo no
entiende la grandeza del mensaje?, ¡Dios le da vida a la Iglesia a pesar de los
Iscariotes así como da vida al mundo a pesar de los delincuentes!, Dios busca
que todos los hombres sin excepción se arrepientan y se salven. Su deseo es
nuestra conversión.