Uno como católico tiene simpatía por los judíos.
Jesús fue judío, la virgen María y los
apóstoles. Del mundo árabe y el islam conocemos muy poco, aunque, tenemos esa
imagen de terror y violencia. Por esta causa me di a la tarea de investigar
sobre el conflicto Israel – Palestina.
Para los judíos, Jerusalén tiene un papel dentro
de la liturgia. En la plática entre la samaritana y Jesús, ella dice: “ustedes,
los judíos dicen que en Jerusalén se debe adorar”. Jesús enseña para la Nueva
Alianza que la adoración no será en un monte ó en una tierra, sino que, los
verdaderos adoradores lo harán “en espíritu y en verdad”. En cualquier lugar donde
estemos congregados en torno a la Eucaristía ahí se adora a Dios. En la plática
que sostiene Jesús con los fariseos, estos estaban orgullosos de haber
reconstruido el templo de Jerusalén, pero, Jesús ha hecho de su cuerpo el nuevo
templo: “destruyan este templo y lo reconstruiré en tres días”, refiriéndose a
su cuerpo resucitado. Es en el año 70 d.C. cuando el emperador Tito rodea
Jerusalén de ejércitos, destruye el templo judío y da cumplimiento a la
profecía de San Mateo 24:2; “¿Veis todo
esto? De cierto os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea
derribada”. A partir de ahí, los judíos se dispersan por el mundo.
El deseo del Estado de Israel nace en
Inglaterra. Los judíos ingleses desean restablecer su propia nación en tierras
bíblicas por la intolerancia vivida por los judíos en Europa. Los británicos ven
en los judíos la oportunidad de tener un aliado en medio oriente contra el
imperio otomano y promueve el traslado de judíos hacia Palestina. De 1915 al 31
la población judía en palestina casi se duplico, de 87,500 a 174,000. El dato
interesante es que hasta este entonces: musulmanes, judíos y cristianos vivían
en paz en Palestina. En 1934, Adolf Hitler se convierte en presidente de
Alemania lanzando una campaña contra judíos, declarando la guerra a países
circunvecinos desatando la 2da guerra mundial. Es interesante saber que ni el
Gobierno Británico, ni el norteamericano abrieron sus puertas a los judíos alemanes,
estos no tuvieron más opción que emigrar a Palestina.
En 1947, las Naciones Unidas aprobaron la
partición de Palestina en dos Estados: uno judío y uno árabe. Hasta ese
momento, Palestina estaba de acuerdo. El 14 de mayo de 1948 el Estado de Israel
declaró su independencia, lo cual fue seguido por la Guerra árabe-israelí de
1948 con los vecinos Estados árabes, que se negaron a aceptar el plan de la ONU.
Analizando los conflictos y guerras posteriores
a 1948, puedo decir que a la fecha de hoy, existen grupos árabes y judíos que
desean la paz, desgraciadamente en ambos pueblos existen corrientes extremas,
por un lado, musulmanes que piden acabar con el Estado de Israel y por el otro,
extremistas judíos anhelan hoy que Israel posea los territorios bíblicos de
tiempos de Josué, eso es imposible.
Por otra parte, es importante señalar que
evangelistas norteamericanos promueven la idea de que el templo de Jerusalén
será reconstruido y es entonces cuando el Mesías “vendrá”, afirmando que “el
fin esta cerca” cuando “veamos a Jerusalén rodeada de ejércitos”, pero, ¡esto
ya sucedió!. Cuando Jesús habla con los fariseos el templo ya había sido
reconstruido, el Mesías ya estuvo en el templo de Jerusalén y esta ciudad ya
fue rodeada por los ejércitos del emperador Tito. No hay más.
Es una desgracia para el mundo este conflicto por
ser un nudo que entrelaza política, milicia, religión y racismo. Un grupo de judíos
ortodoxos jaredí ingleses formo una asociación denominada “Neturei Karta” que protesta
en contra de la creación del Estado Israelí, afirman que el “sionismo” es un
movimiento político que se aprovecha de la fe de los judíos para ocupar medio
oriente, para ellos, el judaísmo es una religión que persigue la espiritualidad
y dicen que no hay necesidad de un estado judío para recibir al Mesías.