domingo, 18 de agosto de 2019

La biblia y la mujer


            ¿La biblia es machista?. Si miramos la biblia desde los ojos de la modernidad podríamos pensarlo, sin embargo, debemos considerar que las sociedades a lo largo de los siglos cargan costumbres, ideas y prejuicios. La biblia como fuente de revelación aporta luces para que los individuos se entiendan y construyan mejores sociedades. La biblia señala desde su primer libro “creó Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios lo creó, macho y hembra los creo” (cap. 1, v. 27). Ambos fuimos hechos a una misma imagen y ambos al mismo tiempo somos diferentes, no olvidemos que cada individuo posee una identidad única. En esta reflexión haré un repaso del papel que jugaron algunas mujeres dentro de la biblia.
            1.- Jacob recibió primogenitura porque su madre se lo dijo. El pasaje se encuentra en Génesis, capitulo 27. Cuando el patriarca Abraham estaba por repartir la bendición al primogénito Esaú, Rebeca esposa de Abraham, escuchó y hablo con su hijo Jacob promoviendo para que este tomara la bendición del primogénito. Aunque Esaú y Jacob eran hermanos mellizos, nacidos en un mismo parto, en la creencia hebrea es primogénito quien abre el vientre. Jacob después será llamado Israel y sobre él nacerá el pueblo del mismo nombre.  
            2.- Débora fue juez de Israel antes del tiempo de la monarquía. Débora fue profetiza, esposa de Lapidot, juez de Israel, el pueblo acudía ante ella en busca de justicia (Jueces 4:4,5). La estructura de los jueces fue la primera propuesta de Gobierno para la nación hebrea. En Débora vemos a una mujer siendo figura de poder, tomando decisiones políticas al interior del pueblo de Israel.
            3.- El pequeño David venció al gran Goliat, el guerrero filisteo más temido. Curiosamente, el hebreo más temido fue Sansón y fue derrotado por una mujer filistea, Dalila. El relato se encuentra en Jueces capitulo 16. Ningún filisteo podía derrotar a Sansón, la única forma ideada por los filisteos para derrotarlo fue mediante los encantos de Dalila. La biblia desde el relato de la caída del Génesis en el Edén (c. 3 v. 6) advierte que la mujer posee un poder que el hombre no tiene; el poder de ser mujer para convencer al hombre. Usen ese poder para el bien.   
            4.- Abimalec fue hijo del juez Gedeón y asesinó a los 68 hijos de Gedeón. Abimalec sembró violencia y gobernó a los Israelitas usando el terror pero fue derrotado por una mujer. El texto bíblico dice: “Abimelec se dirigió a la ciudad de Tebés; la sitió y se apoderó de ella. Pero había dentro de la ciudad una torre fortificada en la que se refugiaron hombres y mujeres, toda la gente noble de la ciudad. Cerraron la puerta tras ellos y se subieron a la terraza de la torre. Abimelec se acercó al pie de la torre para atacarla y avanzó hasta la puerta de la torre para prenderle fuego. Pero una mujer dejó caer sobre su cabeza una piedra de molino, que le partió el cráneo. Inmediatamente llamó a su escudero y le dijo: “¡Saca tu espada y mátame! No quiero que digan de mí: Lo mató una mujer”. Su escudero entonces lo traspasó y murió” (Jueces 9:50-54).
            5.- "Ruth" es el nombre de un libro dedicado a la fe ejemplar de Ruth, mujer de origen moabita. Imaginemos la capacidad de criterio de los hebreos antiguos al incluir en su compendio sagrado un libro que tiene por título el nombre de la protagonista; una mujer que no es descendiente de Abraham. Ni Moisés o Jesús tienen un libro que lleve su nombre.
            6.- La "mujer ideal" descrita en el libro de proverbios es mencionada como la esposa ideal que no depende del hombre y ayuda al necesitado (c. 31, v. 10-31).
            7.- Cuando el Verbo se encarnó, el Ángel dio el anuncio y la invitación a la Virgen María (S. Lucas 1:26-38), el Ángel no consultó con José pues la mujer no es propiedad del hombre. El Ángel invitó a José para que apoyara a María en su decisión.    
            Para concluir, los textos bíblicos manifiestan la capacidad de la mujer y lo expresa en personajes bíblicos femeninos. Sigamos caminando conociendo la herencia de nuestra fe.