domingo, 9 de agosto de 2020

El aborto, una óptica distinta.

                ¿Qué es más fácil y rápido: comprar algo de 100 pesos en oxxo o acudir a una institución de salud pública para ser atendido?.

            Estoy rotundamente en contra del aborto, estoy a favor del bien mejor: la abstinencia sexual y su práctica dentro del matrimonio de modo responsable. Sin embargo, entiendo que no todos piensan a mi modo, ni desean vivir bajo mis creencias. A quienes están a favor del aborto deseo exponerles esta óptica financiera, dado que parte del discurso es: “aborto legal, seguro y gratuito”. Pedir la gratuidad significa con cargo al erario público, subsidiado por todos los contribuyentes o ciudadanos que de algún modo pagan un tipo de impuesto. Aquí se presenta la primera ironía del discurso abortista; se afirma “su cuerpo”, “es libre para decidir” pero se desea el financiamiento público para cubrir los gastos. ¿Si es suyo por qué debemos pagarlo todos?.  

            Esta reflexión va en contra del aborto desde el sentido pragmático de las finanzas públicas. Aunque los abortistas sostengan: “sale más barato abortar a los pobres, hay muchos niños en pobreza y estos terminaran como delincuentes”, si esto es así, el aborto dejó de ser un asunto de mujeres para ser un asunto de clases sociales, pues una clase dominante sostiene que el aborto debe ser legal porque “hay muchos pobres que serán futuros delincuentes”. Este argumento es clasista y criminaliza la pobreza. La realidad de los reclusorios puede reflejar otra cosa: los pobres tienen menos capacidad para pagar fianzas, contratar abogados y soportar largos litigios.

            Haciendo énfasis en el tema del gasto público en un análisis somero de los costos, señalo; el costo de un aborto en CDMX oscila entre los $2,800 - $9,620 pesos dependiendo de la etapa de gestación, una pastilla anticonceptiva en Farmacias del Ahorro puede ser adquirida desde $86 - $400 pesos, un paquete de tres condones puede ser adquirido en Walmart por una cantidad desde $45 pesos, y curiosamente, el pañuelo verde abortistas puede ser adquirido en Mercado Libre desde $55 pesos más gastos de envío. Esto me hace suponer que dentro de la realidad, una abortista tiene la opción de comprar un pañuelo o un paquete de preservativos por la misma cantidad y regalarlos. El pañuelo verde le sirve para manifestarse pero no evita ningún embarazo, en cambio, los preservativos ─a precio de un pañuelo─ pueden ahorrarle al erario público entre $8,400 hasta $28,860 pesos, si son utilizados de modo adecuado.

            Lo anterior me lleva al raciocinio de un pensamiento básico, ajeno a cualquier adoctrinamiento; ¿por qué debemos subsidiar el costo y el riesgo más alto pudiendo subsidiar el costo y el riesgo más bajo?, ¿por qué debo pagar entre $2,800 hasta $9,620 pesos si tengo opciones desde $45 hasta $400 pesos?. Resulta más barato como Nación subsidiar la prevención del embarazo que subsidiar el aborto. Para darnos una idea, en CDMX el 88% de mujeres que se practicaron un aborto en una clínica eran mayores de edad, solo el 0.77% eran menores de 14 años. ¿Esto demuestra que las adolescentes son más responsables con su sexualidad que las mujeres adultas?, no lo sé.

            El aborto debiese estar penado por motivos financieros para obligar a las personas a utilizar preservativos subsidiados por el Estado, distribuidos de distintas formas. La cobertura en tiendas de consumo ─Oxxo y otras─ es mucho más amplia que el sistema de salud y algunos preservativos ayudarían en la reducción de contagios de enfermedades sexuales, hay beneficios colaterales. Por otra parte, despenalizar el aborto provocará que mujeres residentes en localidades carentes de centros de salud se practiquen abortos precarios con la novedad de ser legales. La despenalización presenta esa paradoja: volverse permisible dentro y fuera del centro de salud al no tener forma de pagar el traslado para acceder alguno.  

            Entre todas las opciones posibles para evitar un embarazo prefiero la abstinencia, el aborto es presentado como meta pero no lo es, es solo una opción: la más cara y de mayor riesgo.