El libro del Éxodo no se llama así,
en realidad se llama “Shemot” que significa “nombres”. La cultura occidental
cambio su titulo llamándolo “éxodo” por el evento del éxodo de los hebreo en
Egipto. ¿Por qué el libro se llama “Shemot” ó “nombres”?. No lo sé, puedo
inferir, quizá se llama “nombres” porque Dios se mostro como “Yo soy”.
Al leer la totalidad del libro uno aprecia
como este se divide en dos grandes eventos; el éxodo y la adoración a Dios. El
libro se compone de cuarenta capítulos y del capítulo veinte hasta el último, la
narrativa estará enfocada a la adoración en la nueva religión de los Israelitas
establecida por Moisés; desde sus mandamientos, la elección y consagración de
sus sacerdotes, los artífices del santuario, etc.
Dentro del libro, hay cuatro eventos
que puedo considerarlos como antagónicos, el primer par está ligado a la
liberación; las diez plagas en Egipto y los diez mandamientos. Creo que el
autor del libro –Moisés- plasmo estos antagónicos para mostrar la degradación
de Egipto (esclavos del pecado) y su retribución en diez plagas, pero a su vez,
la santidad que Dios desea compartir con su pueblo mostrándoles virtudes
expresadas en diez mandamientos (camino de liberación).
El segundo par está ligado a la
adoración; el Becerro de oro y la construcción del Tabernáculo. En ambos casos está
el deseo del pueblo para adorar y se manifiesta en el desprendimiento del oro
para edificar ó ídolo ó el Santuario. Los hebreos aportaron libremente y sin
objeciones, desprendiéndose de objetos de valor para edificar ambos hitos.
Construyeron un Becerro de oro en la
desesperación de no tener un dios, pues, creyeron que Moisés no retornaría del Sinaí,
así, construyeron un ídolo y lo adoraron; aunque cayeron en idolatría, su
preocupación por adorar era genuina pero perdieron la paciencia y terminaron en
la idolatría, adorando una ocurrencia.
Refiriéndonos a la construcción de
ambos hitos, en el caso de la idolatría, la Escritura describe en menos de un
verso como se construyo el ídolo; “Él los tomó de sus manos, los fundió en un
molde e hizo un becerro de fundición…” (Ex. 34:4). En el caso del Tabernáculo, las
instrucciones para edificar ese Santuario con todos sus elementos son descritas
en varios capítulos. El libro concluye con la consagración del mismo y en el penúltimo
capítulo se hace un resumen de los elementos que lo integran;
"Entonces presentaron a Moisés
la Morada, es decir, la Tienda y todos sus utensilios; los broches, los
tablones, los travesaños, los postes y las basas; el toldo de pieles de carnero
teñidas de rojo, el toldo de cueros finos y el velo protector; el Arca de la
Alianza con sus varas y el Lugar del Perdón; la mesa con todos sus utensilios y
el pan de la ofrenda, el candelabro de oro puro con sus lámparas, todos los
utensilios y el aceite del alumbrado; el altar de oro, el óleo de la unción, el
incienso aromático y la cortina para la entrada de la tienda; el altar de
bronce con su enrejado, sus varas y sus utensilios, la pileta con su base; el
cortinaje del atrio, los postes con sus basas, la cortina para la entrada del
atrio, sus cuerdas, clavos y todos los demás utensilios del servicio de la Morada,
la Tienda de las Citas; las vestiduras de ceremonia para el servicio en el
Santuario; los ornamentos sagrados para el sacerdote Aarón y las vestiduras de
sus hijos para ejercer el sacerdocio" (Éxodo 39:33-41).
El libro del éxodo me hace saber que
tenemos un Dios que nos llama a la libertad para seguir sus mandamientos, y en
definitiva, es un Dios sumamente litúrgico. Pidamos a Dios la sabiduría para
poder apreciar esto.