¿Por qué mataron a Jesús?, aunque la pregunta
parece obvia, debo expresar que no lo mataron por ayudar a los necesitados y
hacer caridad. Si leemos capitulo por capitulo el evangelio de San Juan, el
primer verso que expresa: “los judíos deseaban matarlo…” aparece en el pasaje
del paralitico de Betzatá, cuando Jesús obro un milagro en sábado – día sagrado
para los judíos. El autor expresa que los fariseos no querían que hiciera estas
cosas en sábado pero es notoria la
incongruencia judía; en Betzatá se reunían enfermos y lisiados porque existía
la creencia de que el estanque los sanaba., Los fariseos no prohibían acudir al
estanque en sábado pero quieran matar a Jesús por hacer milagros ese día.
Los bautizados no tenemos problemas con las
leyes judías del sábado porque no somos judíos. El segundo verso que expresa
“los judíos lo buscaban para matarlo” aparece posterior al discurso eucarístico
en la multiplicación de los panes, en una retórica que tensa la situación entre
Jesús y sus discípulos, y se manifiesta la incredulidad de algunos. En este
episodio, después de que algunos lo abandonan, el apóstol San Pedro expresa:
“Señor, ¿a quién iremos?. Tus palabras son de vida eterna”.
Considero que hasta la fecha la expresión del
evangelio de San Juan donde Jesús afirma; “Les aseguro que si ustedes no comen
la carne del hijo del hombre y beben su sangre, no tendrán vida” (cap. 6, v.
53) sigue siendo escandalosa no solo entre católicos fluctuantes, sino también,
entre otros credos que se denominan cristianos. Algunos creen que Jesús hablaba
“en sentido figurado y que se refería a la palabra como pan de vida”, pero si
tomáramos esta hipótesis como válida – aunque es incorrecta – haciendo un
paralelo con otros eventos, por ejemplo; “el agua y la salvación”, cuando Jesús
habla con la Samaritana asocia el agua con la vida eterna (cap. 4, v. 14), en
la plática con Nicodemo asocia el agua con el reino de Dios (cap. 3, v. 5), y
ningún grupo, incluso, ni el más sectario, se atreve a creer que el bautismo no
es necesario para la salvación, como lo expresa el evangelio de San Marcos: “el
que crea y sea bautizado se salvara…” (cap. 16, v. 16)., Sin embargo, no sucede
así con el verso eucarístico del evangelio de San Juan: “Les aseguro que si
ustedes no comen la carne del hijo del hombre y beben su sangre, no tendrán
vida” (cap. 6, v. 53). Por lo tanto, Jesús no puede estar hablando en sentido
figurado cuando se refiere al agua y al pan en relación a la vida eterna,
porque el bautismo y la eucaristía son útiles para la salvación., y menos
cuando se muestra que el discurso eucarístico en la multiplicación de los panes
despertó la división e intensifico el deseo de matarlo entre los fariseos.
Para concluir, el motivo de esta reflexión no es
tener argumentos para discutir con los incrédulos de la eucaristía – aunque los
versos pueden servir – más bien, la reflexión está motivada para que los que
creen, no duden y sigan adelante., teniendo en consideración el peso de este
antecedente; los judíos deseaban matar a Jesús por dos motivos, por la ley del
sábado y por su discurso eucarístico., y sabemos quién es el autor espiritual
de todos los crímenes – Satán – solo así, puede comprenderse porque existe
tanta oposición, incredulidad y hasta profanación hacia la eucaristía, porque
es una gran revelación que Dios da a los hombres y es fuente de gracia.
Miremos a la Iglesia como cuerpo de Cristo que
es, consideremos que nadie se opondrá a que la Iglesia ayude al necesitado, sin
embargo, un discurso asociado a la eucaristía si genera controversia porque es
una invitación a vivir la gracia y dejar el pecado personal, poniendo este don
en medio de la mesa al modo de Jesús; “Si cuando es si y no cuando es no”. Así
de simple, comer ó no comer.