En ocasiones nuestra fe es cuestionada por el hecho de las guerras descritas en los libros del Antiguo Testamento, pareciera ser una contradicción encontrar dentro de la historia de la salvación masacres perpetradas por Israelitas: intrigas entre reyes, reinos divididos, conflictos de intereses donde el asesinato, el odio, la intolerancia, la ambición es descrita con letras mayúsculas. Afirmo que existe una honestidad intrínseca departe de los autores sagrados, pues ninguno calla este tipo de actos, malo fuera que leyéramos estos capítulos tan obscuros de la historia de Israel y nos topáramos con un mundo antiguo pintado color de rosa donde la barbarie no existió en Israel. Pienso que los autores fueron fieles al describir los acontecimientos de su época desde la perspectiva de la misma y bajo el primitivo entendimiento de Dios que ellos tenían. De esto ultimo, debo decir que, entre mas se aleje la fecha de composición de un libro del antiguo testamento a la venida del Mesías, la revelación será mas limitada, por ejemplo; antes de Moisés los hombres no tenían los diez mandamientos, entendían su mundo y vivían una fe sin el decálogo. Cada periodo de Israel responde a un grado de revelación distinto sobre lo que Dios es, esto sucede porque Dios a lo largo de los siglos se va mostrando gradualmente a su pueblo Israel. Desde el entendimiento moderno los actos cometidos en el Antiguo Testamento nos parecen una atrocidad, y si lo fueron, salvo que hoy podemos distinguirlo y reprobarlos.
Hace poco termine de leer un libro sobre historia de México, actualmente estoy leyendo sobre historia de Estados Unidos. Cuando leo la historia de estos dos países con sus orígenes ensangrentados es fácil recordar las luchas que tuvo Israel para establecerse como Nación en el valle de Cannan. Más halla de los pecados cometidos por Israel, México ó Estados Unidos, pareciera que en el Antiguo Testamento leemos en Israel una analogía del origen de toda nación bautizada: “con actos justos ó injustos”, donde desde los orígenes de la Nación el nombre de Dios es nombrado en encarnizadas guerras, rebeliones, ocupaciones militares, etc. Pero entonces, ¿estoy dando una apología de la milicia en nombre de Dios?, ¡no!, la guerra no se justifica bajo ningún término, la guerra es un acto que va en contra de lo enseñado por Jesucristo. Sin muchos preámbulos, lo que puedo concluir mirando la totalidad de las batallas citadas en el Antiguo Testamento, es que, a pesar de todo Dios sigue empeñado en corregir a su pueblo, a pesar de que usaron el nombre de Dios para propiciar guerras encarnizadas, Dios permaneció por los siglos como creador que tiene paciencia para educar a un Israel primitivo que esperaba al Mesías. Mirando la historia de México, ¡nosotros también como nación fuimos bautizados en una Alianza, en nuestro himno se menciona “el dedo de Dios”, tuvimos nuestras guerras y las seguimos teniendo!, pero a pesar de todo nuestro error colectivo, Dios sigue estando ahí, Dios sigue estando inmerso la historia de los pueblos evangelizados, así vivan en medio de guerras si se practica un bautismo ¡Dios esta ahí!.
Nosotros, los seres humanos pensamos de un modo distinto al creador, nosotros actuamos por instinto, si alguien comente un error ó nos traiciona lo desechamos, pero, Dios no actúa así, Dios no desecha a los pueblos por sus errores, Dios sigue estando ahí, presente en la vida y en la historia de los pueblos. Tal como lo dijo Jesús: “Los sanos no tienen necesidad de medico”. Nuestras naciones nacieron enfermas por las luchas de poder (toda Europa, toda América), y como sociedad lidiamos con tal enfermedad, pero, animo, por esta enfermedad necesitamos ser sanados, Dios no se aparta.