Cuando estudie en el Instituto Bíblico Católico
me enseñaron que dentro de la biblia convergen un sinfín de creencias y que no
necesariamente algunas son apostólicas ó están reconocidas por la Iglesia.
Daré varios ejemplos, el primer caso; el Génesis
afirma que hubo gigantes en la tierra (cap. 6. V. 4), segundo caso; del Edén
salía un rio que se divida en cuatro ríos; Pisón, Guijón, Tigris y Éufrates
(cap. 2 v. 10-14), tercer caso; los discípulos de Jesús sintieron temor y creyeron
ver un fantasma cuando lo vieron caminar sobre las aguas (S. Mateo 14: 25,26),
cuarto caso; Jesús señala que un hombre murió y fue llevado por los ángeles a
un lugar conocido como “el seno de Abraham” (S. Lucas 16:22). Ninguno de los
casos son dogmas de fe.
Para el primer caso, la Iglesia reconoce que el
antiguo testamento contiene creencias que corresponden a periodos donde la fe
de los hebreos no estaba formada, la creencia en gigantes es un mito antiguo
encontrado también en otras culturas como la sumeria ó griega. Sin duda, creencias
y mitos de culturas antiguas convergen entre si y esta influencia se plasmo en
fragmentos de la biblia aunque estos no sea parte de la revelación.
En el caso de los cuatro ríos que parten del
Edén, en ese periodo, la creencia hebrea se limitaba a suponer que el Edén era
un lugar físico que podía ser hallado en este mundo. Incluso, en tiempos del
descubrimiento de América se pensó que este continente formaba parte del Edén
porque los indios estaban desnudos, se creía que no sentían pena por estar
libres del pecado original.
Para el tercer caso, la creencia en fantasmas es
más popular, es lógico que los discípulos sientan temor al no comprender lo que
sucedía en aquel mar, sin embargo, después de la resurrección y en el
desarrollo de la doctrina para el nuevo testamento esta creencia no vuelve a
ser señalada por los apóstoles, ni inculcada por la Iglesia. En el cuarto caso,
“el seno de Abraham” era una creencia judía que afirmaba que el patriarca
recibiría a los hebreos justos, Jesús simplemente uso esta creencia judía para
introducir otra enseñanza; el castigo después de la muerte. El seno de Abraham
no forma parte de las creencias del nuevo testamento.
Debemos entender que la Iglesia parte de la
última revelación, esta es, la resurrección y la cátedra de Jesús, el resto de
información que contiene el antiguo testamento solo sirve para complementar,
cimentar ó anteceder teologalmente la llegada del Mesías a Jerusalén, cosa que
ya paso. Incluso, no debemos olvidar que los evangelios contienen mucha
información, creencias y expresiones judías, esto es porque Jesús enseño solo
entre judíos e introdujo sus enseñanzas usando la idiosincrasia hebrea. La
enseñanza apostólica no compartió creencias hebreas con los pueblos
evangelizados porque no lo considero necesario, solo basto compartir la
enseñanza de Jesús al modo en que cada pueblo entienda.
Con Cristo la revelación se considera concluida,
no hay más que añadir ó que restar. Para desgracia, la Iglesia vive tiempos de
confusión, algunos hombres de fe con cargo importante, en sus declaraciones
ponen en duda dogmas tratando de conciliar la razón y los tiempos modernos con
la revelación. Cuando un religioso introduce sus novedades atentado contra
principios y dogmas, en el fondo a perdido la fe pues necesita añadir novedades
para sorprenderse y sentirse satisfecho. No caminemos ese camino, menos cuando
el mundo experimenta principios volátiles, valores fluctuantes y huecos
espirituales. La Iglesia está para anunciar la obra de Jesús, no está para
sembrar más dudas. Es verdad que no todo aquello que está en la biblia debe ser
creído, pero nada –sin discusión- de lo que recibió la Iglesia en manos de los
apóstoles debe ser cambiado. Atengámonos a lo básico como el injerto se sujeta
al tronco, por pequeñas desviaciones cualquier oveja se extravía.