domingo, 28 de marzo de 2010

Para que sirve la religión


Desde hace tiempo había querido tocar este tema, porque veo que en los perfiles de las personas dentro de las redes sociales y en la vida secular muchos usan el termino: “creo en Dios pero no en las religiones ó soy espiritual pero no religioso”.

Lo que puedo apreciar dentro de la sociedad actual son dos pensamientos, el primero; “el pensamiento de la eficiencia”, donde los hombres deciden sobre aquellas cosas a las cuales deben ó no deben obligación basándose solamente en los resultados, desechando ó aprobando aquello que les funcione, ejemplo: “Como nunca he participado de la religión por ende desconozco sus beneficios”, la conclusión personal es; “como nunca recurrí a ella por auxilio, puedo vivir sin ser participe de ella, pues, como no se para que sirve tampoco se para que me será útil y por lo tanto la anulo”. En el pensamiento eficiente, podemos ver también rasgos de egoísmo, pues cuando se habla de religión ó de ideologías que tienen que ver con el alma y el espíritu, el sujeto tomara como verdadero solo aquello que le de resultados, satisfacción ó le sea de utilidad: “Creo en esto, porque me sirve y me funciona” por lo tanto, si Jesús mismo no resulta útil bajo mi percepción entonces no hay motivos para creer en Él y mucho menos seguirlo, el inconciente moderno coteja de este modo apoyado en el relativismo: “Solo aquello que me funciona es verdadero para mi”.

El segundo pensamiento a mi modo de ver, es tomar a la conciencia como juez de vida: “Si no tengo cargos de conciencia, es porque todo esta bien en mi vida”. Pensar de este modo, estaciona la vida interior ó la enfrasca invalidado a la persona para crecer espiritualmente, pues solo las experiencias e ideologías personales son consideradas como tutoras, la perfección humana de ser exacta por el ejemplo de Cristo en caridad y servicio se ha convertido en algo abstracto por el juicio personal, teniendo como referencia fetiches modernos seleccionados según interés, aspiración ó satisfacción de cada individuo, siendo el marco legal solo aquello que norme la convivencia social, poniendo en un segundo termino los valores religiosos por la falta de espiritualidad personal.

Para religión, debo decir que la Iglesia cimentada sobre los doce apóstoles, sirve para compartirnos el testimonio inequívoco de Jesucristo, siendo su ejemplo el modelo de perfección interior y exterior para todo ser humano. La perfección abstracta de cada individuo por la resurrección de Cristo y la enseñanza de su Iglesia toma sentido de exactitud y de certeza, siendo la vida misma la que dio testimonio de la perfección pues la misma muerte fue vencida por la perfección de Jesús.

Haciendo un recuento para concluir, esperemos que el pensamiento eficiente y el juicio personal no resten en nosotros sensibilidad para mirar la pasión del Señor, observémosla para reflexionarla a solas, ó unirnos en oración con el resucitado.