domingo, 21 de noviembre de 2010

Salvación: la torá y los judios

(primera parte)

Acabo de terminar de leer un libro titulado “Historia del Judaísmo” escrito por André Chouraqui http://www.jus.com.mx/webjus/?p=401. Para mi fue sorprendente conocer lo que los judíos esperan del Mesías. Según el autor, el Mesías para el Judaísmo es la encarnación del Verbo de Dios, el único que tiene autoridad para restablecer el sacerdocio para Israel, siendo también el Alfa y la Omega. Prácticamente los Judíos son unos Cristianos sin Cristo, pues todos estos atributos los encontramos en Jesús. El autor también señala que para los Judíos la “torá” es el Verbo de Dios (la torá son los cinco primeros libros de la biblia). Esto también tiene un sentido Cristiano, pues dentro de la torá es a Cristo a quien encontramos, solo hay que saber interpretarlo y para esto es necesario leer, estudiar y orar.

Estos datos anteriores me hicieron reflexionar sobre el tema de la salvación pero en un sentido mas amplio desde el Antiguo Testamento. En los inicios de la historia de Israel solo se tenia una noción vaga de la salvación y el salvador. Actualmente por la literatura que nos fue heredada por Israel y los dos mil años de vida de la Iglesia cuando hablamos de salvación fácilmente lo asociamos a “salvar el alma del infierno”. Estos dos conceptos “alma” e “infierno” no los recibió ni entendió la humanidad en unos cuantos días, sino que fue necesario que transcurrieran cientos de años para entender las revelaciones dadas por el Espíritu a sus siervos. Aun así, la Iglesia por la guía del Espíritu Santo los ha profundizado y afinado para que cada generación los comprenda. Si no hubiésemos sido evangelizados no asociaríamos la infierno con castigo eterno, ni asociáramos la palabra salvación con el cielo.

Hablando sobre el tema de la salvación, decíamos que para los judíos la torá era el Verbo de Dios. Aunque los judíos entendían la salvación de un modo distinto que nosotros, debemos exponer que bajo la interpretación judía la salvación no consistía solo en una confesión de fe, para el judío no solo basta creer en la tora como Verbo de Dios para salvarse. Muchos profetas del Antiguo Testamento solicitaron a Israel obras de arrepentimiento y no simplemente la fe, el mismo Rey David escribe el Salmo 51 dando muestras de arrepentimiento tras caer en adulterio.

La vida religiosa del judío se presentaba de la siguiente manera, la costumbre religiosa era circuncidar a los hijos al octavo día de nacidos, introduciéndolos así a la alianza del antiguo testamento, no bastaba solo la circuncisión y la fe para ser salvados, sino que los judíos debían guardar las enseñanzas de la torá. Por este motivo los fariseos acusaban a Jesús de no guardar lo escrito en la torá, pero Cristo siempre tuvo un argumento a favor, porque quienes lo acusaban hacían una mala interpretación de la torá, siendo el Verbo la inspiración misma de la torá, el Verbo encarnado es Jesús.

Cristo instruye a los judíos en la caridad, el reino de los cielos, y la correcta interpretación de la ley de Dios, etc. Jesús en muchas de sus enseñanzas solicita a los creyentes la caridad y no solo la fe. La labor de Jesús se desarrolla teniendo como contexto la Jerusalén en los tiempos de la alianza del viejo testamento. Cristo establece la Nueva Alianza en la cena pascual: “Esto es mi Cuerpo, esto es mi Sangre, Sangre de la Alianza Nueva y Eterna” (San Marcos 14:12-25), confirmándola Dios en su Resurrección. La próxima semana hare una reflexión sobre la salvación desde la perspectiva del Nuevo Testamento.